Cuatro años después
Unos pequeños pies descalzos caminaban por aquella madera fría, había salido de su cuarto cuando recordó que su tía ChungHa no le había dado las galletas que le había prometido. Aquel bebé de meses ahora era un niño de cuatro años quien seguía teniendo esos ojos grandes y expresivos, su cabello oscuro estaba algo despeinado, según su tía ChungHa, cada vez se volvía más apuesto.
Al llegar a la cocina, el niño miró el estante alto, sin perder el tiempo, acercó una de las sillas del comedor, se subió a ella y luego al mesón para alcanzar el estante (cosa que no duró mucho rato)
Alguien más lo estaba mirando en aquella cocina, un gato de pelaje negro y ojos marrones lo veía intensamente. El pequeño con mucho cuidado bajó del mesón encogiéndose en la silla, sabía quién era esa gatita.
—Noona.
El animal se acercó mirando al estante y luego al niño. En un abrir y cerrar de ojos aquella gata se había convertido en humana dejando ver a YooRi, su cabello ahora era completamente rojo, tan rojo como la misma sangre.
—Qué bueno que no te pillé comiéndote las galletas o yo misma iba a sacártelas con magia—reprochó—Ya es muy tarde para que comas eso, vuelve a la cama.
Al niño le agradaba YooRi, no la llamaba tía, nunca lo había hecho, siempre la llamaba noona. ChungHa también le agradaba, pero le gustaba que YooRi cuando era cariñosa mostraba un lado que pocos tenían la dicha de ver.
Muchas veces aquella chica de rulos graciosos intentaba que le tuviera miedo, pero sólo conseguía que el niño la quisiera más.
— Pero la tía ChungHa prometió darme galletas si comía toda mi avena—hizo un puchero.
YooRi se cruzó de brazos entrecerrando sus ojos.
— ¿Te comiste todo?
—Sí—asintió energéticamente.
—Me pareció ver que el plato no estaba del todo limpio...
— Noona, lo juro, comí todo—unió sus manitos— ¿Puede darme mis galletas?
YooRi movió su mano y el estante se abrió. Acercó el frasco de galletas con su magia, no le daría fácilmente aquellas galletas con chispas de chocolates.
— Te daré dos.
— Tres.
— Dos y media.
—Cuatro.
— Tres.
— ¡Sí! —el niño sonrió mostrando sus hoyuelos. YooRi sonrió ladinamente negando con la cabeza, ese mocoso era muy astuto, estiró sus manitas dejando ver sus palmas.
—Pero debes ganar un juego.
— ¿Qué juego? La tía ChungHa dice que soy bueno en todo—sonrió de nuevo.
A YooRi le había comenzado a parecer un conejito desde que sus cambios comenzaron.
—ChungHa puede mentir diciéndote cosas lindas, pero yo seré directa contigo, bunny—colocó el frasco sobre la mesa. Bajó al niño de la silla devolviendo ésta a su sitio—Siéntate—una vez que lo hizo ella se colocó a su lado sacando la primera galleta.
— ¿Cómo es el juego, noona?
—Te haré tres preguntas básicas que siempre te hemos dicho ChungHa y yo, no es difícil, ¿Recuerdas cuáles son? —bajó su vista para verlo. El niño asintió admirando esos rulos rebotar con cualquier movimiento.
— Sí.
— ¿Cuál es la primera regla?
— Nunca salir de casa solo.
—Exacto—le entregó su galleta y tomó otra— ¿Qué debes hacer si hay intrusos en la casa y no estamos aquí?
— Esconderme.
— ¿Dónde?
—En el ático—señaló levantando su pequeño brazo—Debo esperar que una de las dos llegue.
— Así e...
— ¿No debería ayudar, noona? —frunció el ceño—Si alguien malo entra a la casa debo protegerlas.
YooRi sintió curiosidad.
— ¿Quién te dijo eso?
— ChungHa—sonrió—Dice que soy un lindo príncipe, los príncipes rescatan a las princesas, ustedes son princesas—sus ojos brillaron—Tú eres una princesa muy linda, noona, igual que tus rulos—extendió su manito para tocar un mechón.
YooRi recordó cuando hizo eso mismo de bebé, tal como esa vez, detuvo su mano tornándose seria.
— Memoriza estas reglas también, uno: No tocar el cabello de noona, dos, no eres un príncipe, eres un niño, no tienes que proteger a nadie porque nosotras te protegeremos a ti—cerró el frasco—Y tres, no soy una princesa, somos brujas, las brujas son malas, son peligrosas.
— ¡Mi galleta!
—Perdiste una por llamarme princesa, ahora a dormir.
El pequeño hizo mala cara, pero no se quejó. Tomó sus dos galletas dándole un mordisco a una.
— ¿Puede ir conmigo, noona? Me gusta cuando canta.
— No le canto a niños, sube—guardó el frasco en su sitio—Y si vuelves a tocar el frasco sin permiso te cortaré las manos.
Una semana después
—¿Tía?
— ¿Sí, cielo? —ChungHa dibujaba con él en el suelo de su habitación.
— ¿Por qué noona es tan dura?
— ¿Qué te hizo? —la rubia se preocupó para luego rodar los ojos—La voy a asesinar cuando regrese.
— Ella me da galletas.
— Oh—ChungHa no esperó eso. La verdad era que ni ella misma sabía porque su amiga era así, las brujas vivían miles de años por lo cual era difícil que una muriera, al menos no por causas naturales, su propia magia las ayudaba a no envejecer.
ChungHa tenía sesenta años y YooRi tenía cincuenta, pero ambas seguían viéndose joven.
Quizás el hecho de ocultar la vejez no implicaba ocultar los cambios de humores. Aunque eso era una loca idea y teoría de la propia ChungHa.
— Algunas personas son así, no tienes que preocuparte por ella, cielo.
Pero era lo contrario de lo que el niño pensaba, él si debía preocuparse por su noona, porque la quería.
Ya las veo diciendo que para tener cuatro años habla muy bien y bla, bla. Pero entonces si coloco lo contrario dicen que habla muy mal -_-
A los cuatro años yo hablaba perfectamente, así que me basaré en mí. Gracias ♡
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Sweet Prince 👑 [JJK] COMPLETA
Fanfiction》Un príncipe siempre necesita una princesa para poder convertirse en un rey. ------------------------ • No se aceptan copias ni adaptaciones. • Historia corta de 10 capítulos. • Disfruta la lectura. • Portada hecha por yoongiflavor. • Si encuentras...