Sweet Prince 👑 [JJK] COMPLETA

3. Amor 👑

— Llevas cinco años con lo mismo, ¿Realmente crees que vendrá? —ChungHa sacó los platos del estante. YooRi terminaba de cortar algunas rebanadas de pan.

— No lo sé, ni siquiera me molesté en contestar la carta—suspiró.

— Los extrañas, ¿No es así? —miró a la chica de rulos rojos—Extrañas a tu familia.

— A veces.

— Mira el lado positivo, tienes una familia—intentó animarla—Mi caso es más deprimente, siempre fui de orfanato en orfanato hasta que tuve edad suficiente de valerme por mí misma y ya son años de eso.

Entonces una pregunta vino a la cabeza de la menor.

— ¿No has...pensado en formar una familia? —YooRi dejó de hacer lo que hacía para ver su reacción.

—Me gustaría tener hijos—asintió—Algunas creen que eso significa perder nuestros poderes, pero es una mentira, mira a tu madre o tu padre, ¿Acaso dejaron de ser brujos?

— No—le dio la espalda.

ChungHa supo que eso significaba que no quería hablar más. Entre ambas prepararon el desayuno sirviéndolo, Kookie se unió a ellas esperando paciente a que terminaran. Ahora era un joven de quince años, seguía teniendo esa mirada dulce y esa sonrisa ingenua, pero... ¿Realmente seguía igual?

YooRi tomó asiento comenzando a comer.

— Iré al pueblo a conseguir más comida.

— Quiero ir contigo, noona.

—Tú te quedas.

— ¿No crees que puede ser hora que dejemos que salga? Kookie tiene quince años, quizás conozca al amor de su vida como en los libros—la rubia sonrió tontamente sonrojando al chico.

—Ya, ¿Por qué te sonrojas? ¿Crees que esa tontería?

— ¿Celosa de que me enamore de alguien, noona? —sonrió divertido.

— ¿Celosa? Mira este mocoso—bufó mientras su amiga miraba divertida la escena—Puedes hacer con tu vida lo que quieras, no, espera, no puedes, ¿Sabes por qué? —Kookie no borraba su sonrisa—Porque yo te traje aquí.

— Pero no pedí que me trajeras.

Kookie adoraba molestarla.

— Tú me convenciste con esos dulces ojitos, ¿Sabes cuántos platos de comida he gastado en ti?

— ¿Tengo ojos dulces, noona?

YooRi miró a ChungHa quien también siguió el juego.

— ¿También tengo ojos dulces, cariño?

— Desayunaré en mi cuarto—se levantó recogiendo su plato y vaso—Termina de comer y te alistas, saldremos en unos minutos.

👑👑👑

El pueblo quedaba exactamente a una hora de casa, Kookie nunca había ido, las veces que había salido de casa habían sido a algún claro. Su noona y su tía nunca le habían llevado al pueblo, su educación había estado bajo el mando de ellas, todo lo que sabía era debido a ellas. Aquella multitud hizo que se acercara más a YooRi quien cubría su cabeza con la capucha de su capa.

— Hay mucha gente aquí.

— Ya te acostumbrarás.

Había tiendas por todos lados, personas por todos lados, no había nada que no vendieran, la gente del pueblo estaba metidas en sus asuntos, el chico soportó algunos empujones o golpes en sus hombros, YooRi al notarlo lo protegió lo más que pudo empujando a las personas que intentaban hacerle lo mismo. Se fueron deteniendo en algunas tiendas comprando lo necesario, Kookie veía aquellas monedas teniendo curiosidad.

— ¿Cómo tienen dinero si no trabajan?

— Trabajamos, claro que sí—asintió— ¿Por qué crees que en ocasiones no estoy en casa o ChungHa no está? Las personas nos buscan para ayudarlos con sus problemas—explicó.

— ¿No es más sencillo aparecer el dinero con magia?

— La magia no hace eso y habla más bajo, alguien puede escucharte—reprochó.

Kookie asintió guardando silencio. Caminó siempre a su lado ayudando con las bolsas, era imposible que el chico no tuviera curiosidad. En una plaza se detuvo mirando a todos esos niños jugar, se veían felices entre ellos, su felicidad siempre había sido dos personas.

— Noona, ¿Por qué nunca hice eso?

YooRi vio a los niños.

— Nunca necesitaste eso, siempre estuviste feliz de estar con nosotras—ladeó su cabeza mirándolo— ¿Quieres socializar con personas de tu edad? ¿Encontrar el amor? —bromeó.

Kookie miró a su noona. Sus hermosos rulos rojos estaban escondidos debajo de la capucha, sus ojos cafés lo veían atentamente, el chico sabía que su noona era muy hermosa, podría parecer extraño, pero sintió cosquillas en su estómago sonrojándose.

— Estoy bien, así como estoy—sonrió nerviosamente. YooRi retomó el camino y Kookie se prometió así mismo que si llegaba a enamorarse se lo diría primero a su noona.