Capítulo 1

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Era fin de semana y esto como siempre significaba un gran alivio para nuestro periodista estrella Juan Carlos Bodoque. Aquel pelirrojo esperaba ansioso los viernes para salir del estudio con la hermosa sensación de no tener nada que hacer al día siguiente.

La jornada ya estaba apunto de terminar, solo faltaba el segmento de Policarpo y al fin podría huir de sus compañeros. Era irónico, estar en el trabajo se sentía casi igual que estar en la escuela. Mientras esta sensación lo hacía recordar su tortuosa secundaria, el equipo ya había concluido su transmisión. Bodoque suspiró contento, tomó su maletín y salió a paso rápido del estudio. Se detuvo en una máquina expendedora de café que estaba en el pasillo, como hacía frío decidió tomar un café. Sacó un cigarrillo de la cajetilla que traía en el bolsillo de su chaqueta para poder fumar en lo que se hacía el café. Buscaba y buscaba el encendedor que supuestamente debía de estar en su otro bolsillo, pero no lo encontraba.

—¿Qué sucede, Juan Carlos? —resonó la voz del presentador en el pasillo, haciendo que el pelirrojo alzara la mirada prestándole atención.

—Mi encendedor, Tulio. No lo encuentro —refunfuñó.

—Ah, entonces ya sé de quién es esto —sacó un encendedor azul del bolsillo de su pantalón para devolvérselo—. Lo encontré en el suelo, toma.

—Gracias.

El periodista tomó su encendedor y prendió fuego su cigarrillo, lo llevó a sus labios y dió una larga calada. Unos cuantos segundos de silencio se hicieron presentes, Bodoque fumaba bajo la mirada espectante de Tulio quién esperaba poder tener una conversación decente con quién aún consideraba su mejor amigo. Después de ese escándalo su relación de amistad había cambiado notoriamente. La verdad es que Juan Carlos no tenía la intención de distanciarse de él o cambiar la forma en la que llevan su amistad, él solo se limitaba a desmentir los rumores, no es del tipo de persona que permitiría que una tontería como esa modificara una amistad tan antigua. Además, si se distanciase de Tulio eso atraería más sospechas, lo mejor era hacer como si no hubiera pasado nada y continuar con su amistad normalmente.

Por el contrario, al principio, Tulio había pensado que lo mejor sería distanciarse un poco para evitar hacer o decir cosas que puedan resultar sospechosas para sus compañeros. Aunque no duró mucho, en una semana, el presentador ya quería volver a su rutinaria amistad con su amigo de toda la vida. El problema era que para cuando se arrepintió, Juan Carlos ya se había resentido. Tulio lo había ignorado demasiado y ésto, de alguna forma y, aunque le cueste aceptarlo, lo había herido. Quizás Bodoque había esperado la misma reacción por parte de Tulio, él quería seguir con su amistad de siempre pero, desde su perspectiva, Tulio decidió apartarse de él.

—¿Y cómo te ha ido esta semana, Bodoque? —dijo Tulio rompiendo el silencio— ¿Le has vuelto a apostar a Tormenta China?

—Sí —apagó su cigarrillo y tomó el caliente vaso de café entre sus manos.

Su respuesta sonó tan cortante, que si no fuera porque conoce bien a su amigo, habría pensado que estaba molesto con él... Pero, esa posibilidad cabe teniendo en cuenta lo acontecido así que...

—Ehhh... Juan Carlos... —balbuceó nervioso.

—Dime, Tulio.

—¿Estás molesto conmigo?

—No, ¿por qué la pregunta? —el periodista no estaba molesto, ni enojado, quizás sí un poco adolorido y resentido, eso sí, pero no iba a decírcelo.

—Te noto muy cortante conmigo ¡y eso no lo puedo permitir! —exclamó Tulio en medio de su indignación.

—Te parece, yo soy así siempre.

—¡No, señor! Ni siquiera haz mostrado el más mínimo interés en mí, ni me quieres voltear a ver o hablar a menos que sea absolutamente necesario por el trabajo.

El más alto penetró su mirada en las pupilas negras del pelirrojo, quería saber la verdad. Si su mejor amigo estaba molesto con él, quería arreglarlo. Tulio ya no podía soportar esa tención entre los dos, quería volver a como eran antes.

—No sé de qué hablas, Tulio —desvió la mirada, luego dió un último sorbo a su café, lo depositó en el tacho de basura y tomó su maletín nuevamente—. Debes estar imaginándote cosas, adiós —dijo ésto último emprendiendo camino hacia la salida.

—¡No, Bodoque, espera! —corrió ligeramente hacia él.

Inesperadamente, Juan Carlos se detuvo. Ni siquiera él sabe porqué obedeció al insoportable Tulio, su cuerpo simplemente dejó de caminar.

—Escúchame bien, Juan Carlos Bodoque; si realmente no estás molesto conmigo —continuó frunciendo el ceño—, quiero que vayas a la fiesta que estoy organizando en mi casa, hoy esta noche.

—¿Hoy? ¿Esta noche? —dió media vuelta para mirar al más alto— Eso quiere decir que tendría que ir ahora mismo, ya es de noche.

—Exactamente —llevó ambas manos a sus caderas, pretencioso—, podemos irnos juntos ya que es en mi casa, yo te llevo.

—Imposible, me niego.

—¡Aaaay, ¿por qué?! —se desesperó— ¿ves? Sí estás enojado conmigo, de lo contrario, aceptarías ir conmigo a la fiesta.

—Ay, está bien —contestó con un tono de enfado en su voz—, qué molesto eres, vamos.

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Este capítulo fue desarrollado y escrito por su Servilleta.

Nota de autor: Holanda, soy Servilleta y estoy un poco nerviosa porque éste es el primer fanfic que publico en mucho tiempo y la verdad no soy muy segura de mi imaginación y forma de escribir, así que les pido disculpas por adelantado(?.

Besos en la cola~

Rumores || 31 Minutos ⟨⟨Bodoque x Tulio⟩⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora