Capitulo 5

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En el fondo de el enorme y bien cuidado jardín de Tulio, se encontraba Mario Hugo, meando en uno de los frondosos árboles de Jacaranda, con la esperanza de ser camuflado por la amplitud de la majestuosa planta. Moriría de vergüenza si es captado por la visión de alguno de sus compañeros.

Apresurado, se dispuso a dar las tres últimas sacudidas cuando una reconocible voz se hizo escuchar de forma estruendosa y abrupta, haciendo que un horrible escalofrío recorriera su cuerpo.

—¡Hey, nene! ¿Qué estás haciendo por aquí tan solito? Blaaah~

"Ay, no, no puede ser... Esta vez usaré la soga para matarme de verdad..."

Rápidamente terminó de hacer lo que estaba haciendo antes de que el de los revoltosos cabellos naranjas viera algo que no tenía que ver. De inmediato volteó su cuerpo por completo topándose con Guaripolo a menos de diez centímetros de distancia.

—¿Tú? ¿Qué estás haciendo aquí? —dijo retrocediendo un poco. Su voz y expresión denotaban incomodidad.

—Nada. Solo quería ir al baño, pero como me dió flojera subir las escaleras, preferí usar el jardín. Blaaaah~

—A-aah... —"Menos mal que no fue al baño..."

—Veo que a tí también te dió flojera, ¿te importaría prestarme tu baño, mi pequeño chihuahua?

—Adelante...

El azabache salió corriendo en cuanto escuchó a Guaripolo bajarse la cremallera. Como un pequeño rayo de luz, irrumpió en la sala, ocultándose debajo de las escaleras.

—¿Estás bien, Mario Hugo? —se acercó Patana al notar un pequeño temblor en el cuerpo de su compañero de trabajo.

—S-sí, por su puesto, Patanita.

—¿Pasó algo en el baño? Escuché unos gritos viviendo del segundo piso y pareces realmente aterrado —se unió Juanín.

—¿Q-qué...? —Ahora Mario Hugo no sabía qué responder ni cómo reaccionar, acababa de pasar por dos situaciones sumamente incómodas y en este momento lo único que quería era desaparecer—. Emm... No, no... Nada... Tepo Tepo ayúdame... —susurró para sí mismo tratando de no entrar en pánico.

—¡Sí, sí! ¡Yo también lo oí, eran unos gritos terriiiibles! —interrumpió Policarpo.

De inmediato llamó la atención de todos en la sala, recordando aquellos gritos de horror que hace unos minutos surgieron del segundo nivel. La gente empezaba a preguntar por ello. Aquellos murmullos que inundaban los aturdidos pensamientos de Mario Hugo, fueron disipados por Tulio, quien exigía una explicación de aquel alboroto en su sala.

—¡¿Qué está pasando aquí y por qué nadie me está prestando atención?! —gritó el conductor mientras se arreglaba la corbata.

—¡Tulio, Tulio! Le estábamos preguntando a Mario Hugo sobre los gritos que parecían venir de tu baño —dijo Juanín.

—¿Gr-gritos? —Tulio empezó a sudar— Ay, pero que cosas dices, Juanín —rió con nerviosismo.

—Sí, tío. Yo también lo oí.

Todos empezaron a apoyar a Patana.

—Ya basta —interrumpió Bodoque—, estoy seguro de que hay una buena explicación para esto... ¿verdad, Mario Hugo? —dijo echándole toda la responsabilidad a Mario Hugo.

—Sí, ¿por qué gritaste, Mario Hugo? —preguntó Huachimingo.

—¡¿Eh!?... Ah... Bueno... Emm...—el azabache pensaba y pensaba en una mentira— ¡Ha-había una cucaracha!

Rumores || 31 Minutos ⟨⟨Bodoque x Tulio⟩⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora