Juan Carlos, ocupando el asiento del copiloto, se dió cuenta de lo extraño que era que Tulio hiciera una fiesta en su casa. Pensaba que estaba de más no dirigirle la palabra al presentador siendo que había aceptado ir a su fiesta. Así que aprovechó en hacerle esa pregunta que rondaba en su cabeza, para a la vez, romper el hielo.
—Oye, Tulio —carraspeó—. ¿Por qué la fiesta es en tu casa? Me parece extraño que prestaras tu casa para algo así.
—Oh bueno, pensé que era injusto que las fiestas siempre se hicieran en casa de Juanín... Además mi casa es grande, mi sala es perfecta para una fiesta —respondió nervioso.
La realidad era que Tulio prefería que la «Fiesta Excusa» sea en su casa ya que el objetivo era recuperar su amistad con Bodoque. En su casa tendría el control de todo y le sería mucho más cómodo. Aunque sinceramente odiaba la idea de hacer un alboroto en su preciada sala pero, ya qué, Juan Carlos lo valía.
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Cuando llegaron, todos ya estaban ahí. El ambiente era oscuro, la decoración estaba puesta, los bocaditos servidos y sus compañeros de trabajo separados hombres de mujeres, conversando sin ganas debajo de las tenues luces de colores.
—¡Chicos, ya llegué y traje a Juan Carlos conmigo! —exclamó el dueño de la casa.
—¡Yeiiii! —respondieron todos al unísono. Empezaron a bailar hasta que Policarpo notó que el pelirrojo no traía su guitarra.
—¡Un momento! —gritó Policarpo ganándose la atención de sus compañeros— Bodoque no ha traído su maravillosa guitarra —Y como si de una comedia se tratara, todos dejaron de bailar a la vez que decían “Ooooh...” con tristeza.
—¡No se preocupen, chicos! Que si no se divierten, ¡esta vez los golpearé con mi maleta! —exclamó alzando su maletín. Inmediatamente, todos volvieron a divertirse.
A medida que pasaban las horas y las copas, se podría decir que Tulio y Bodoque ya estaban volviendo a tener esas conversaciones de amigos que siempre compartían cuando no estaban distanciados.
El ambiente era agradable, todos la estaban pasando a lo grande, hasta Mario Hugo parecía tener algo de suerte con Patana esta vez, ya que, la chica se reía de todo lo que el chihuahua le decía. De ahí a saber si su estado risueño se debía a que realmente se estaba divirtiendo con el azabache o era la copa de vino que sostenía en su mano derecha.—¡Chicos, qué alegría me da ver que ya se han reconciliado! —dijo Juanín interrumpiendo la entretenida conversación que estaban teniendo Bodoque y Tulio.
—Sí, Juanín. A mí también me alegra recuperar mi amistad con Bodoque —respondió Tulio, devolviéndole la sonrisa.
—¿Amistad? Pensé que eran pololos.
—Ay, Juanín... ¿¡Cuántas veces tengo que decir que Tulio y yo no somos pareja!? —dijo Juan Carlos con un tono de voz considerablemente alto, harto de las ridículas suposiciones de los demás.
—Ah, bueno, discúlpenme... Es que como los vi tan juntitos y sonrientes, yo diría que hasta noté chispitas en sus ojos, ji, ji, ji —rió un poco tímido mientras se tapaba la boca con una mano.
—¡Ay, Dios mío, pero qué cosas dices, Juanín! —exclamó Tulio llevándose los dedos al puente de su nariz para hacerse un masaje en la zona con la intención de desestresarse.
—Bueno, mejor los dejo antes de amargarles la noche —sonrió el albino para luego perderse en el otro lado de la sala.
—Pero qué inoportuno.
—Lo sé, Juan Carlos, lo sé —se cruzó de brazos—. ¿Pero qué le vamos a hacer? Es nuestro ami- ¡Oye! ¿No crees que estás bebiendo demasiado? —comentó al ver que el pelirrojo estaba tomando directamente de una botella de whisky.
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Rumores || 31 Minutos ⟨⟨Bodoque x Tulio⟩⟩
FanficCuando los rumores se vuelven una realidad, y la realidad es una completa mentira. [Basado en el final del capítulo "El funeral de Tulio"] ~~~~~~~~~~~~~~~~ ✓Personajes humanizados. ✓Aclaraciones, notas y avisos al final de cada capítu...