Rumores || 31 Minutos ⟨⟨Bodoque x Tulio⟩⟩

Capítulo 9

—A-amigos... —balcuceó el conductor—. Quiero pedirles una disculpa de parte de Juan Carlos Bodoque, el cual no podrá estar presente para dar inicio a La Nota Verde... —dijo mientras sus manos inconscientemente ordenaban los documentos que traía.

Suspiró y unos segundos de silencio se apoderaron del estudio, causando incomodidad entre todos los presentes.

—Emm... Bueno, con ustedes... es un agrado presentarles La not-

—¡Buenos días a todos! Soy Juan Carlos Bodoque —exclamó el periodista quien acababa de irrumpir abruptamente en el estudio, arrasando con todo lo que se cruzaba en su camino, causando destrozos. Prácticamente se había tirado en la mesa en un desesperado intento por presentar su famosa Nota Verde.

—¡Juan Carlos! —exclamó Tulio completamente sorprendido.

—El día de hoy les traigo un reportaje de suma importancia; el impacto de los gases de efecto invernadero y su nefasta contribución al calentamiento global —anunció mirando a la cámara. Se dió inicio al reporte del periodista ambientalista.

Mientras se reproducía su reportaje, Juan Carlos aprovechó para acomodarse y arreglarse un poco, a la vez que se disculpaba por llegar de esa forma.

—¡Discúlpate por llegar tan tarde! ¡Por un momento pensé que no vendrías! —reclamó el ojimiel— ¡Casi me matas de un susto!

—Perdón, no era mi intención entrar casi volando, pero no tenía de otra, no podía permitirme que alguien más presente mi Nota Verde.

—¡No me refería a eso! —se acercó a su oído— Sabes a lo que me refiero.

—Oh... —el pelirrojo se quedó en silencio durante un rato, pensativo.

—Sí sabes a lo que me refiero, ¿VERDAD? —La penetrante mirada de Tulio hizo que Bodoque se sintiera un poco intimidado, algo que era increíble. El periodista tragó saliva, se puso firme y con total tranquilidad le respondió al engreído conductor de noticias.

—Por su puesto que sí, Tulio —aclaró con severidad en su voz— ¿Por quién me tomas?

La hostil mirada de Tulio se iluminó de forma automática al escuchar la respuesta del pelirrojo. Cómo gozaba de conseguir lo que quería.

—¡Fantástico! —exclamó— ¡Sabía que no me fallarías, no a mí! —El castaño se abalanzó sobre el más bajo, obligándolo a un abrazo—. Aunque si te soy sincero, tenía algo de miedo de que no vinieras —agregó—. Pero tú no serías capaz de hacerme algo así, ¿verdad?

—N-no, p-por su puesto que no...

—Vaya, tío Tulio, nunca te había visto tan feliz de que el tío Bodoque llegue al trabajo —interrumpió Patana, haciendo que los hombres se separen.

—Ya te expliqué lo importante que es Bodoque para la imagen de este programa, sobrina.

—¿No era para tu imagen?

—Mi imagen, la imagen del programa, es lo mismo, ja, ja, ja —empezó a reír.

—Esa entrada fue desastrosa, Juan Carlos —agregó Juanín—. Mira todos los destrozos que hiciste.

—Oh, lo sé, lo siento. Pagaré por los daños, lo prometo.

—Hmm, espero que así sea, Juan Carlos. Tú le debes dinero todo el mundo... Por cierto, ¿por qué llegaste tan tarde?

—Ah, eso... Eh... —pensó rápido—. Bueno, tuve un inconveniente, eso es todo.

—Menos mal que viniste, tío Juan Carlos —dijo Patana—, o te habrías perdido de la gran exclusiva en vivo que tiene mi tío para nosotros.