PRÓLOGO

57 4 0
                                    

Siempre he pensado que las personas no solo guardan un mundo dentro de ellos sino que albergan todo un universo infinitamente indescriptible, que sin duda sería el más grande misterio de la humanidad. Ella era lo más parecido que yo conocía a un acertijo, no le encontraba lógica o algún indicio de que quisiera responder todas mis dudas. Había pensado que sin ella mi vida no tendría nada de interesante, me podía pasar horas mirándola hacer nada pero pensando en todo y eso hacia que su magia emanara de ella sin que se diera cuenta, pero yo sí lo hacía.

Cada que hablaba me perdía en ella, en sus palabras, en sus manos, en todo, pero sin duda de lo que jamás podré salir, a pesar del tiempo, es de eso que tanto hacia pero pocas veces lo realizaba sinceramente, su sonrisa. La había visto romperse en mis brazos y yo le ayudaba a reconstruirse, conmigo; el único problema era que iba con alguien más para disfrutar de aquello que a ambas nos había costado tanto armar, no es que le reprochará, pero a veces me parecía que era un poco egoísta y no la culpo, yo también lo fuí, pero hubiera preferido que eso no influyera en mi decisión.

En fin, las personas somos un mar con mil cosas por descubrir y, que muchas veces nadie se interesa por sacar a flote, y otras más somos nosotros quienes para no salir lastimados nos refugiamos en nosotros mismos y no dejamos que nos quieran, así sin más, y tal vez por eso quedamos mínimamente solos, sin embargo, no todos nos quedamos solos por eso, probablemente dejamos entra en nuestra vida a personas un tanto cobardes que se asustaron al descubrir que clase de persona se escondía bajo la gran armadura que cubría la persona que habitaba dentro y que por ello huyeron, o visto desde otra perspectiva, nosotros los dejamos irse.

"MI TORMENTA FAVORITA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora