No entendía porque otra vez me había provocado lo de hoy, pero estaba segura que no quería volver a verla, no sí significa tener que sentir lo que creí hace años haber reprimido.
—
Había llegado a mi edificio en donde me estaba quedando, subí por el ascensor hasta mi piso, y lo único que estaba pensando era porqué hoy, precisamente hoy tenía que haberme encontrado con ella, ya había pasado el tiempo y no creo que sea correcto que la vea, ni siquiera creo que sea sano, al menos no para mí.
Seguía pensando en ella y de pronto mi teléfono comenzó a vibrar iluminando la pantalla con la foto de Laura, lo tomé y contesté.
– ¡Hola! – grito y tuve que despegar el teléfono de mi.
–Hola, Lau, ¿Qué pasó? ¿Necesitas algo? –
–Ahora que lo mencionas necesito que me recojas mañana, sabes que me fastidia pedir un servicio– dijo de forma irritable, muy típico de ella.
Justo cuando iba a contestar un pensamiento me volvió a la realidad, sin problema pasaría por ella mañana, la complicación venía cuando muy probablemente tenga que encontrarme otra vez con ella, no quería, el hecho de que la haya visto no significaba nada, que mal que mi cabeza no piense igual.
De todas formas ¿cómo se escapa de dónde alguna vez pertenesiste?, no lo sé pero era algo que no quería responder, ella me había hecho mucho daño, se había ido, me había destrozado, pero eso a ella no le importaba igual que caso tenía.
–Oye ¿sigues ahí?– sus palabras me sacaron de mis pensamientos.
-Eh, si, ¿a qué hora paso por tí?–
–A las nueve, y no llegues tarde que te conozco y siempre te retrasas, mi piso es el cinco, le diré al portero que deje pasar–
–Si, por cierto ¿cuál es el número de tú habitación?, no quiero parecer una loca buscando de puerta en puerta– escuché su risa al otro lado y yo por inercia sonreí.
–Es la número 211 –
–Si está bien, yo paso por tí–
–Gracias, eres un amor de persona–
Reí por sus ocurrencias, a veces Laura era así.
–Si, hasta mañana–
Colgué la llamada, sentía mucho cansancio, y probablemente mañana tendría que empezar con las locaciones a las que iríamos, fotos y más fotos, con escenarios muy buenos con personas no tan buenas, mi trabajo era así, implicaba a mi parecer, de mucha paciencia.
Me tumbe en la cama, había sido un día bastante complicado, sumándole el extraño encuentro que tuve con ella. Cerré mis ojos intentando conciliar el sueño, pero regreso un recuerdo de ella cuando estábamos en la preparatoria, de cuando yo creí amarla hasta el fin del mundo, hasta el fin de mi alma.
“Éramos ella y yo en una matine, un teatro que no hacía más que funciones de películas antiguas, el lugar al que nunca lleve a nadie, era nuestro lugar seguro después de esa primera vez en la que estuvimos.”
Abrí mis ojos de golpe, ya no podía atormentarme con recuerdos que se quedaron en eso, solo recuerdos, y que no se pueden abrazar.
Me levanté de la cama y fui hasta la pequeña mesa de noche, ahí estaba el teléfono para así poder llamar a la recepción, necesitaba algo de alcohol, no podía negar que algo sentí cuando la vi otra vez, pero no quería aceptarlo.
Llamé para pedir una botella de vino mismo que trajeron a los veinte minutos al igual que una copa. Verti el líquido dentro de la copa, deje la botella sobre la mesa y caminé hasta la ventana, quería relajarme y estaba funcionando.
Casi terminaba la botella, deje la copa y el resto del vino sobre el carrito de servicio, cuando otra vez el sueño se apoderó de mí, sin más me tumbe en la cama y me entregué a los brazos de Morfeo.
—
Desperté, y me di cuenta que ni siquiera me quite los zapatos para dormir, pero no le tome importancia. Caminé hasta el baño, lave mis dientes y me adentre a la ducha, el agua estaba un poco fría, sentía las gotas bajar por mi cuerpo, de repente recordé que tenía que recoger a Laura. Me apresure en terminar de bañarme y salí, envuelta en una toalla al cuerpo y otra más en mi cabello.
Me vestí con algo cómodo, revise mi teléfono para ver la hora, eran casi ocho y media así que me apresure, conozco a Laura y se que l e fastidia que llegue tarde y más cuando se trata de yo recogerla.
Cogí la pequeña maleta en donde llevaba mi cámara y otras cosas para las fotos de ese día, salí casi corriendo de mi habitación, tome el ascensor hasta el lobby del hotel y lleve mis cosas al estacionamiento donde estaba el auto.
Revise si llevaba todo lo indispensable y sí, solo faltaba que Laura no me matará por llegar tarde por ella.
—
Al llegar a su edificio respire profundo antes de entrar, debía estar preparada mentalmente.
Entre y pedí el elevador, tardaron unos minutos antes de que este anunciará que había llegado al piso de Laura, salí y toque la puerta que me indicó, tardo unos segundos en abrir, al otro lado de la puerta apareció una furiosa Laura.
–Te dije a las 9:00a.m., parece que la puntualidad no va con tu nombre– me lo dijo casi gritando, se notaba bastante furiosa.
–Lo siento no me di cuenta de la hora, me quede trabajando anoche– mentí un poco, la verdad era que ni siquiera pude dormir mucho.
–Ya no importa ahora hay que irnos– salió de su departamento con unas bolsas que suponía era lo que, en las próximas horas requeriría. La seguí hasta el elevador, ambas nos adentramos para después presionar el botón del lobby.
Al llegar al primer piso, la guíe hasta donde estaba el auto, del bolsillo de mi pantalón saque las llave de la cajuela para adentrar sus bolsas.
Ambas nos subimos al auto, ella en el asiento del copiloto y yo en piloto. Una vez que cada una estaba en su lugar y con el cinturón de seguridad, Laura se adueñó del estéreo, pasó todo el trayecto con una Laura cautiva de las canciones que sonaban, a pesar de todo desde que la conocía ella no había cambiado, seguía preservando su esencia, esa que la hacía más humana.Llegamos a la locación en donde serían las sesiones que utilizaríamos para la primera parte de la campaña, era una pequeña casa, pero era bonita con un toque rural y urbano que la hacían tener un contraste, de la parte trasera del auto saque las bolsas de Laura así como las mías, las de ella eran más pesadas pero no tanto como para que no pudiera cargar todo.
Ese día sería la primera vez que tendría interacción con las modelos que serían la “cara” de la campaña.
–¡Hey!– llame a lo lejos Laura para que se acercase a ayudarme con su única, no pesada bolsa. Además así aprovecharía para preguntarle acerca de las modelos.
Se acercó y antes de que pudiera decir alguna palabra una voz detrás de mí hizo que quisiera que la tierra me tragarse.
–Parece que no dejamos de encontrarnos.
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"MI TORMENTA FAVORITA"
FanfictionNo te das cuenta de lo hermosas que pueden ser las tormentas hasta que te topas con una, que para tu suerte buena o mala hace que te encuentres dentro de ella hasta el grado de ya no poder salir tan fácilmente, incluso a pesar de los años, de las vi...