Octubre 2012.
Llevaba un par de meses ya en Bogotá, estudiando el primer semestre de Universidad, parece que apenas fue ayer el día que deje toda mi vida, aún no puedo acostumbrarme a vivir sola y mucho menos lejos de todo lo que conozco, de lo que me hacía humana. Seguí caminando por el campus universitario, aún no encontraba el salón para mi siguiente clase, gire sobre mis talones sin medir la rapidez con la que lo hice.
—Perdón, no te ví— se disculpó la chica que estaba estaba parada casi delante de mí.
—Discúlpame tu a mi— Levante la mirada para encontrarme con un par de ojos verdes que pertenecían a una chica de mi misma estatura, tez blanca, de complexión delgada, me miraba a los ojos con una sonrisa tímida. Le devolví la sonrisa.
—Me llamo Vero— extendió su mano en forma de saludo, la tomé sintiendo una calidez en el pecho.
—Poché— respondí, para recoger el libro que se le había caído, leí la portada del libro, estudia diseño gráfico, pensé. — Toma esto es tuyo.
—Gracias. Eres nueva, ¿Cierto? Jamás te había visto antes, además de que tú acento no es de por aquí, y no lo había escuchado...— entrecerró los ojos tratando de recordar algo.
—Soy...
No me dejó de terminar cuando su cara se iluminó con una risa contagiosa, y como si hubiera hecho un gran descubrimiento abrió los ojos un poco más de lo normal.
— ¡Eres de México! Sabía que había escuchado ese acento en algún lugar.
— Así es— me reí por que ella lo hacía, su risa era muy contagiosa. Mire mi reloj, cinco minutos para mí siguiente clase, maldición. — No quisiera ser grosera pero tengo clase en cinco minutos y no he encontrado el salón.
—¿Que salón es? Quizá pueda ayudarte— sonrió sin mostrar sus dientes.
—Aula 4B— alargue las últimas palabras tratando de no sonar patética.
—Fotografia ¿Eh? Tienes suerte, ese salón está por allá— señaló el último edificio que estaba a mis espaldas volteando la cara mirando la dirección que marcó — es el segundo a la derecha.
— Gracias, acabas de salvarme.
— Pues me gusta el helado de vainilla con crispetas— dijo sosteniendo su barbilla con el dorso de su mano poniendo una postura pensativa.
—Bien pues tendremos que ir por un cono después.
— Eso no paga mis servicios, tiene que ser un bote— hablo con semblante serio y después lo sustituyó por una risa— Te veo después chica pérdida.
Dió vuelta y se fue dejándome ahí parada con la palabra en la boca. Sonreí. Caí en cuenta de la hora cuando reaccione, comencé a correr hasta el salón que me había indicado Vero. Entre, me senté en un lugar disponible cerca de la pizarra, no dejaba de pensar en aquella chica extraña, parecía una pequeña chispa de alegría. La clase comenzó y yo no paraba de pensar que sí, mi vida si iba a cambiar.
Julio 2013.
Seguía frecuentando a Vero, aunque últimamente está pegada a una obsesión suya de ser modelo, parece que se tomo muy en serio eso de "trabajo de verano" y los reality's no han ayudado mucho.
Después de la primera vez que conocí a Vero la seguí viendo en la universidad, ella me invitaba con un par de amigos y amigas que ella tenía desde el colegio. Yo había conocido a dos chicos, Alejo y Manuela. Alejo y yo ahora vivíamos juntos así él me ayudaba con el arriendo y los servicios.
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"MI TORMENTA FAVORITA"
FanfictionNo te das cuenta de lo hermosas que pueden ser las tormentas hasta que te topas con una, que para tu suerte buena o mala hace que te encuentres dentro de ella hasta el grado de ya no poder salir tan fácilmente, incluso a pesar de los años, de las vi...