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Se encontraba en el estudio. Estaban haciendo los arreglos de la última pista de su álbum, necesitaba grabar unas últimas pistas y ya estaría libre antes de volver a los escenarios. Ese mismo día se publicarían los teaser y estaba nervioso, a pesar de todos los años que llevaba haciendo eso, Jimin siempre estaba inseguro al momento de lanzar una nueva canción o un álbum. Tenía miedo de cómo sería recibido por el público, y lo más importante, si a los fans le iba a gustar.

Nunca fue un genio musical como NamJoon, Yoongi o Hoseok, y en un comienzo de su carrera, fue duró ser parte de la producción o de la composición de sus canciones. Con la ayuda de los chicos pudo ir creciendo como artista y perder ese miedo absorbente, pero el vértigo y los nervios en su estómago nunca desaparecerían por completo.

Mientras estaba grabando, sintió su celular sonar y no tardó en revisarlo.

De: JungKookie
¡te vez espectacular en los teaser!

estoy seguro que army te amara.

Jimin sonrió para sí mismo y le respondió con un breve mensaje de agradecimiento. Desde la reconciliación en su departamento, las cosas entre ambos mejoraron de manera significativa. Jimin aún no estaba listo para volver a compartir un piso con el menor, quería tomarse las cosas con calma y no acelerar nada. JungKook lo aceptó y estaba feliz solo con saber que Jimin quería seguir con su relación.

En el fondo de su corazón, Jimin sabía que a pesar de todo, era imposible que se mantuvieran demasiado tiempo separados. Jimin necesitaba de JungKook, era su complemento perfecto y nadie lograba sacar el mejor lado de Jimin, como JungKook lo hacía. Cuando estuvieron alejados, odiaba verlo totalmente desolado, en la miseria que tenía que pasar. Ahí se dio cuenta que en realidad podía pasar de todo, y Jimin nunca lo dejaría de amar.

Compartían una historia tan antigua. El uno, conocía tan bien al otro, que le era imposible encontrar otra persona que les haga sentir, como se sentían cuando estaban juntos.

JungKook era su otra parte. Su media naranja. JungKook lo hacía sentir vivo, llenaba el aire en sus pulmones. Ambos habían vivido tantas cosas juntos, observando el camino del otro para ser las personas que eran hoy en día, y sin duda, nunca habría alguien igual en la vida de ellos.

Ahora que estaban más calmados con su relación, JungKook le había contado sobre la exposición que estaba recibiendo. Apenas lograban alejarlo de los reporteros y periodistas, muchos incluso habían llegado hasta el departamento en el que se estaba quedando y la situación se estaba saliendo de sus manos. Los medios habían llegado hasta la familia de JungKook y eso solo logró provocarlo aún más. No quería que sus padres o su hermano tuvieran que sufrir por su culpa, no merecían pagar por sus errores.

Más tarde ese día, Jimin y JungKook se encontraban comiendo juntos en el departamento del mayor.

Observando en silencio a JungKook mientras hablaba, Jimin pensó en el menor. Últimamente, su novio, había comenzado a ser el de antes, lentamente se veía más lleno de sí mismo, confiado y con su cuerpo erguido. Sonreía más, su risa era sincera y sus ojos, si bien no eran brillosos como antes, tenían una sombra de felicidad. Aunque todavía luchaba con los comentarios sobre el escándalo, estaba aprendiendo a dejar de prestarle importancia.

La sonrisa de JungKook estaba mucho más brillante y sincera, su piel pálida y descuidada, volvía a tener vida. El menor que antes parecía estar en un punto de no retorno, ahora parecía que estaba pasando por su mejor momento. Solo por el hecho, que Jimin lo había perdonado.

— JungKook.

De inmediato el menor se calló y miró a Jimin con curiosidad.

— Mañana me gustaría que volvieras a nuestro departamento.

Esta vez, JungKook le regaló la sonrisa más grande que nunca había visto, y el pecho de Jimin se calentó. En ese momento supo que había tomado la decisión adecuada. JungKook era lo correcto, JungKook era su casa. Quizá muchas personas no entenderían su posición y mucho menos actuarían como él, pero a lo largo de su relación, tenía más cosas de las cuales agradecer, que cosas que tenía que perdonar.

Estirando la mano, toma la de JungKook y entrelaza sus dedos. Deleitándose, de manera cursi, como parecían acoplarse a la perfección.

— Te amo — Murmuró débilmente.

Sincronizados se levantaron de sus lugares al mismo tiempo. Se acercaron sin pensarlo mucho, y después de dos meses, se besaron.

Jimin no supo cuánto, realmente, lo había extrañado hasta que probó sus labios nuevamente. Sus manos se posaron en el cuello de JungKook y lo acercó más para evitar que se separaran, por el miedo que el momento fuese efímero. Aunque por el fuerte agarre de las manos de JungKook en su cintura, sabía que eso era lo último que el menor quería.

A pesar que sus labios ya no se tocaban, no había forma de que apartaran las manos del otro. Con la frente de uno recargada contra la otra, se miraron a los ojos y soltaron una risita nerviosa, tímidos como adolescentes. Parecía irreal, pero sus labios enrojecidos eran la prueba de que nada de eso era un sueño.

— También te amo, Jimin — Susurró bajo, pero con convicción. Nada los volvería a separar.

Trust Me →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora