Los polos opuestos... ¿Se atraen?

17. No todo podía ser perfecto...

[Jennifer]

Las semanas pasaron y mi relación con Javier iba bastante bien. Solíamos discutir por cosas que carecían de importancia, como quién sería el primer player, o qué disco de Taylor Swift era mejor, porque sí, a Javier le gusta Taylor Swift, y canta You belong with me como el macho que es.

Las notas de ambos iban bastante bien, el semestre estaba por acabar y Javier se había eximido prácticamente de todo, mientras a mí me quedaba dar un par de pruebas y podía respirar tranquila.

—   Hija —dijo mi madre, sacándome de mis pensamientos— He notado que pasas cada vez menos en casa. ¿Hay algún motivo en especial?

—   ¿De verdad te has percatado de eso?

—   Trabajo todo el día, pero aun así estoy pendiente de lo que haces —sonrió— Vamos, cuéntame.

Dudé unos segundos.

—   Es que… tengo novio… —dije casi en un murmuro.

—   ¡¿Un novio?! —dijo en voz alta— ¿Qué esperas para traerlo a la casa?

—   No sé si sea buena id…

—   ¡Ya está decidido! —se levantó de la mesa— Invítalo a almorzar este fin de semana. Justo viene tu hermana de visita, así todos lo podremos conocer.

No tuve tiempo de responder algo, pues madre salió del comedor y me dejó ahí, con una cara de mierda, intentando asimilar lo que había sucedido recién. Javier es muy sencillo, y mi familia es muy distinta a la suya. Además sé cómo es mi madre y lo tapizará en preguntas. Lo peor venía siendo mi hermana, de seguro contaría anécdotas vergonzosas de mí.

Esa tarde no pude ni estudiar, me la pasé pensando en cómo sería el fin de semana. ¿Y si mi familia no le agrada a Javier? ¿Y si cree que soy una consentida que tiene todo lo que quiere y me deja? ¿Y si no se siente cómodo?

—   Disculpe —miro hacia la puerta y veo a Rosita— La señora me ha dicho que su novio vendrá a almorzar el sábado —sonríe— ¿Alguna comida en especial?

—   Sorpréndeme —me encogí de hombros y ella me sonrió.

—   No se preocupe por su familia. Estoy segura que todo saldrá bien, más que mal se trata del chico que hace feliz a la señorita últimamente.

—   Ya sabes cómo mi familia fue con Rodrigo —le dije— Y pese a que Javier es muy distinto a él, igual tengo miedo.

A mi familia nunca le agradó Rodrigo, para ellos era un patán sin futuro, y no tenían problema en decírselo en la cara. Tuvimos muchas discusiones con él por lo mismo, y pese a que no fue la razón por la cual terminamos, si fue uno de los motivos.

Al día siguiente me junté con Javier luego de clases, estábamos sentados en el pasto de una plaza mientras unos perros jugaban con nosotros. El fin de semana se acercaba y tenía que hacerle la invitación.

—   Javier —él me miró— ¿Tienes algo que hacer el fin de semana? —iba a contestar, pero por alguna razón no pude dejar de hablar— Si tienes algo que hacer no importa, será en otra ocasión, no hay drama. De verdad, solo dilo y lo dejaremos para otro momento…

—   Jennifer —me puso la mano en la boca para que me callara— No tengo planes, ¿Qué ocurre? —liberó mis labios de su mano, dejándome hablar.

—   Es que mis padres quieren conocerte —gruñí.

—   Me parece bien —lo miré sorprendida— Últimamente me estaba preguntando por qué no me presentabas ante ellos, ¿Te da vergüenza?