26. Cumpleaños.

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Las vacaciones habían acabado, los universitarios se encontraban ya en sus sedes dispuestos a comenzar un segundo semestre lleno de ramos nuevos, preparados para aprobarlos todos y acercarse cada vez más a lo que todos anhelaban: Su titulación. Sin embargo a Javier aún le quedaban un par de años más antes de poder lograr eso, antes de ser capaz de ser un médico de verdad. Desde ese día que no se había vuelto a encontrar con Jennifer, pero si con Natalia, y es que había algo que él quería aclarar. ¿Realmente sentía algo aún por su ex?

Flashback.

—   ¿Por qué me has llamado? —preguntó la chica curiosa mientras jugaba con un mechón de su cabello.

—   He terminado con mi novia. —contestó el pelinegro, a lo que Natalia la miró sorprendida— Cometí un grave error y ahora estoy pagando por ello. La llamé por tu nombre.

Ambos guardaron silencio, pero no apartaban la vista del otro. Finalmente la chica soltó una pequeña risa, mofándose de Javier, quien frunció el ceño al ver que su ex le hacía gracia aquella situación. Natalia se acercó a Javier, acortando cada vez más la distancia entre ambos. Tomó su rostro y unió sus labios en un suave beso. Se alejaron y se quedaron mirando un par de segundos, la chica sonríe y da un paso hacia atrás.

—   ¿Cómo te hice sentir? —Javier iba a contestar pero ella niega con la cabeza— No me digas, respóndete eso a ti mismo. Cómo te sientes cuando besas a tu novia y cómo te sentiste con ese beso.

—   No te estoy entendiendo —masculló.

—   Vaya que eres lento —ladeó la cabeza y sonrió— Cuando te vi hubo algo en mi pecho que reapareció, y quizás fueron esos sentimientos por ti que no concluyeron en su totalidad. Quizás lo mismo te pasó a ti, sin embargo tú ya tenías a alguien en tu vida. ¿Qué sentimientos son más fuertes para ti? —la chica se acercó a él y acarició suavemente su rostro— Tal vez aún estás a tiempo de hacer bien las cosas.

—   Lo dudo —contestó con tristeza mientras miraba hacia el suelo— La he dañado.

—   Ese día que la conocí, vi en su mirada el temor de poder perderte, y la verdad es que la entendí. Si yo hubiese estado en su lugar habría sentido lo mismo. ¿Cómo no tener miedo de perderte a ti? —sonrió— aunque eres algo tonto y lento, eres un chico increíble, y si tan feliz te hace ella, deberías intentarlo por última vez.

El chico le sonrió y asintió.

Fin flashback.

Por otro lado, Jennifer estaba junto a unos amigos (una de ellas Marcela) cantando mientras unos tocaban la guitarra. La chica, quien había vuelto a teñirse el pelo rojo hace unos días, acompañaba con la voz y un pandero. A ese lugar llegaron Laura junto a su novio Marcos, quien también estaba acompañado de su amigo…

Ambos compartieron miradas, pero rápidamente Jennifer la apartó y siguió cantando con una sonrisa. Al finalizar la pelirroja corrió a los brazos de su amiga Laura, e inclinando la cabeza saludó a los dos chicos.

—   Vaya, has vuelto al rojo —dijo su amiga con alegría mientras la abrazaba— Definitivamente ese es tu color.

—   ¡Y tú te has dejado crecer el cabello! —ambas rieron y Marcela se les acercó, así que la integraron al abrazo— ¡Las extrañé tanto!

Jennifer volvió a sentarse y comenzaron a tocar una canción de Silvio Rodríguez. El pelinegro no le quitaba la mirada de encima a quien ahora era su ex. La chica por su lado lograba sentir la mirada de aquel cuatro ojos, pero hacia su mayor esfuerzo por no regresársela.

Los polos opuestos... ¿Se atraen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora