40 4 0
                                    

Viendo un cielo sin estrellas, olas golpeaban mi barcaza, sediento, sin saber a dónde me dirigía. De entre las rocas se asoma un puerto, puerto en el cual desembarco. Luego de vagar en un océano en las manos de las corrientes siento la tierra en mis pies, un aire puro y fresco, siento al mundo y el mundo me siente a mí. Creo nunca me iré de este lugar, este lugar, es mi hogar, desato mi barcaza, desato mi única vía de escape de mi felicidad.

AmalgamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora