Matices

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Durante un tiempo he estado levantándome a la misma hora, sin ninguna alarma o razón aparente, mi cuerpo me indica que hacer y lo hago, me levanto, abro la puerta de la terraza, subo a mi azotea y veo el cielo, un cielo estrellado, tras la montaña la luz del sol difumina el azul oscuro del cielo, resaltando las curvas y dándole profundidad a las colinas, tomo una foto, me extrañó levantarme a esa hora pero por algo debía ver el cielo ese día. Ahora se volvió un hábito, subir a mi azotea y fotografiar a la misma hora el cielo, me he percatado cada mañana es diferente,que puede tardar un poco más en amanecer y otras veces puede amanecer muy deprisa, la luz crea matices nuevos cada día, el aroma de cada amanecer es diferente, cada amanecer tiene su peculiaridad, pero tarde o temprano la luz esclarece la noche llenando de vitalidad lo que hace horas era una hora dónde solo yo despertaba.

Ver el amanecer me ha hecho entender varias cosas de las personas, es un poco loco contrastar un evento físico con algo irracional como lo son las emociones, pero sucede que en la vida todos somos un anochecer con un inevitable amanecer, con distintos matices y diferentes tiempos, la luz siempre vendrá a difuminar los problemas, distintos aromas, cada día es particular a su manera, puede tardar tiempo pero es seguro que en algún momento, el sol se pondrá encima de esa montaña.

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