Capítulo IX

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~Mes 5~

¿Qué mejor que un buen vino después de un duro día de trabajo como ejecutivo de la Port Mafia? Chuuya no lo sabía y no lo quería saber.

Sentado en el sillón de su sala, con su laptop en el regazo, el pelirrojo revisaba sus correos recibidos mientras le daba un que otro sorbo a la elegante copa que contenía esa bebida que tanto le fascinaba. Puso sus pies descalzos uno arriba del otro en la mesita ratona, muy cómodo. Comenzó a tararear una de sus canciones favoritas de rock mientras movía levemente la cabeza al ritmo. El silencio y la paz reinaba al fin en su departamento.

Pero, lo bueno no duraba mucho tiempo.

De las escaleras bajó un alegre Dazai recién bañado, vestido de ropas cómodas y holgadas, con su cabello castaño húmedo y su tierno vientre ya más crecido.

-Chuuu~ yaaaa~

El pelirrojo bufó poniendo sus ojos en blancos y bloqueó la laptop, para llevar la cabeza hacia atrás apoyándola en el espaldar del mueble.

-¿Qué quieres ahora, bastardo? Estoy ocupado.

El castaño llegó hasta él y se sentó a su lado, con una sonrisa mostrando sus dientes. De uno de los pequeños cajones de la mesita tomó una libreta junto a un bolígrafo azul, y lo abrió en una hoja en blanco.

-Tenemos que elegir el nombre de Chibi.- Le dijo con un leve sonrojo. -¿Tienes pensado alguno?

Chuuya quedó un poco sorprendido, no esperaba que Dazai le entusiasmara tanto el hecho de tener un hijo con él. Sin embargo, por alguna extraña razón, sonrió al verlo contento. De lo que llevaba conviviendo con él le parecía increíblemente mucho más tranquilo de lo que se hacía ver en público, podría decirse que hasta le llegaba a gustar estar con él.

Claro que jamás se lo diría, sería una gran herida en su orgullo.

-Pues... no lo sé, no me he centrado en eso aún.- Le contestó con una mano rascándose la nuca.

-¡¿Ehhh?!- Los grandes ojos avellanas de Osamu lo miraron indignantes. -¡Chuuya! ¡¿Quieres que nazca sin nombre?!

-¡Estoy ocupado con mi trabajo, vagabundo!- Exclamó Nakahara a su defensa. -¡Al contrario de ti que estás de licencia, yo sí trabajo!

El castaño suspiró haciendo un leve puchero y se acomodó mejor en el sillón, colocando la libreta en su regazo y comenzó a apretar el botón de la punta del bolígrafo con sus labios, como si estuviera pensando en algún nombre.

Sonrió cuando algo se le pasó por la cabeza y volvió a dirigirse a su contrario entusiasmado.

-¿Soga?

El pelirrojo arqueó una ceja, mirándolo con cara de pocos amigos.

-¿Qué puta clase de nombre es ese, vagabundo?

-A mí me gustan las sogas~

-¡Un nombre normal, inútil!

-Entonces... ¿Cloro?

-¡¿Es una puta broma?!

-¡Bisturí!

-¿Sabes? Deja, yo le elijo el nombre.- Suspirando, Chuuya tomó su teléfono para averiguar algún nombre que le gustara, más ni siquiera llegó a abrir Google debido a que Dazai se lo quitó rápidamente. -¡Oye! ¡Devuélvemelo!

-No.

-¡¿Ah?! ¡¿Por qué no?!

El suicida se volvió a sonrojar, esta vez un poco más fuerte debido a la vergüenza que sentía, y se encogió de hombros mientras se abrazaba.

Consequence | Soukoku m-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora