Parte 88

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Puso su mano en mi cara, y apresando mis pómulos, casi dolía, caía.

Decía siempre que las canciones le apasionaban más, como el viento en su cara; como la lluvia en su espalda. De vez en cuando olvidaba el paraguas, eso decía... Tan sólo para mojarse.

Y tocaba sus mejillas, y las jalaba hacia sus orejas, y sonreía, feliz, feliz como siempre.

Caminaba lento, y respiraba lento. Comía rápido y dormía poco. Pensaba mucho y de todo, en soledad, en soledad.

Y sus labios sostenía, y los desacomodaba como para silbar, pero silbar no sabía. y echaba su labio hacia arriba.

Una vez oíle decir que le gustaba el cielo, el cielo ver. Directo al sol, hasta que nada viera por él. Y le gustaba sentir su cara quemándose en verano, y sus ojos cegados.

Su naríz trazaba, como arte, de artista ni un pelo; Y estripábale como a un botón; Acostándose en el suelo, como en locura completa, cerraba los ojos, y movía las cejas, como apreciando una canción. Mientras lloraba, lloraba y lloraba.

Empujándose al sí, siempre al sí; y viviendo, la poca vida que hay por vivir. Poca, y lo que basta.

El Poeta y el PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora