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Mi corazón iba a mil por hora. Quería besar sus labios. Tan carnosos y suaves. Tan cálidos y fríos a la vez.

Pero de repente, empecé a sentir un dolor en el estómago, que me hizo soltar un gemido de dolor y colocarme las dos manos en el estómago. Y de pronto, siendo un líquido bajar por mi parte femenina. Mierda. La regla.

Corrí como pude al baño y me puse en el wc.

-¿Becc? ¿Estás bien?-preguntó Ramon mientras daba pequeños golpes en la puerta con los nudillos.

-Sí. Solo que...

-Te vino la regla,¿no?

-Si.-susurré lo suficiente alto para que él me oiga.-necesito compresas.

Por eso tuve mi ataque de soltarle todo en la cara a Ramon, antes. Caca de menstruación. Siempre vienes cuando no tienes que bajar.

Depues de unos 15 minutos, estabamos los dos en el sofa viendo la tv.

Yo me cambie de ropa. Tenia su ropa. Una camiseta de 'Los Ramones', una sudadera y un pantalon de chandal. Me venian un poco grandes.

Necesito hacerle unas preguntas..

Vámos Becc, ánimo.

-Ramon...-dije atrayendo su atención.-¿por qué me llevaste hasta tu casa? ¿No era mas facil dejarme allí tirada o llevarme hasta la mía?

Se sorprendió por la pregunta.

-N-no... No podia dejarte allí tirada, Becca. Había demasiada sangre.

-¿Mía?

Él asintió.

-¿De donde? Que esque yo no me acuerdo. -mentí un poco.

-Ejem. De la cabeza te salia un poquito. Y... em... de los brazos.-miró a otra parte incómodo-

-Asi que ahora sabes mi pequeño secreto..-susurro.

Se me queda unos minutos mirandome y yo a él.

-¿Por que?-susurró.

Un nudo se me hizo en la garganta. No podia decirle que era su culpa. Que lo hice por él. Porque me destrozó. Mi corazón esta destrozado. El dolor que sentia por dentro no se podia comparar con ninguna otra cosa. Estaba muerta. Y todo por su culpa. No podia decirle eso.

Asi, que desvié mi mirada a cualquier parte del salón, incómoda.

Me encojí de brazos.

-Me tengo que ir.-dije levantandome del sofa.

Cuando pasé por su lado, me cojió por la cintura y me tiró hacia sus piernas.

-Ramon. Dejame.-dije. Menti. No queria que me dejara marchar. Estaba tan agusto en sus brazos...

Me puso de tal manera que estabamos cara a cara, con mis piernas a cada uno de los lados.

Me abrazó por debajo de la espalda. Y me atrajo hacia él. Inspiró mi aroma y yo hice lo mismo, cerrando los ojos.

Me empujó un poco hacia atras, estábamos a unos centímetros. Él inspeccionaba mi cara. Empezó por los ojos y acabó en los labios. Sentí un cosquilleo en el estómago.

No te dejes llevar, Rebecca.

Giré la cabeza a la izquierda. No podía besarle. Sino caería otra vez en su trampa.

Su delicada mano, con sus dedos, la colocí en mi menton y me hizo girar la cabeza para mirarle a los ojos. Los tenia puestos en mi. Otro cosquilleo más fuerte en mi estómago. Sentía que me estaba perdiendo en sus ojos. No podia apartar mi mirada de ellos.

Becca. No.

Pensé.

Él puso su mano detrás de mi cabeza, y me acercó más a él. Nuestras respiraciones se mezclaban. Nuestros corazones latían rápido. Estaba ansiosa. Como una niña pequeña cuando le dan un premio. En este caso, sus labios. Hechaba tanto de menos sus labios...

Se acercó y rozó sus labios con los mios. Se me puso la piel de gallina. Y de pronto, los unió con los mios. Los movimos al compás. Los dos. Juntos. Suave y lento. Cosquilleos por mi cuerpo y en mi estómago.

Para Becca. Separáte.

Empezamos a mover los labios un poco mas rápido.

Nos separamos por la falta de aire.

No. No pude haber hecho eso. Sé que cuando llegaré a casa, empezaré a llorar porque él no esta.

Me mordí el labio para no llorar, mientras ponia mis manos en su pecho para levantarme. Él me atrajo más a el.

-No... Déjame. -susurré.

Sabía que si hablaba, caería en un llanto.

-¿Por que? Me quieres.

Silencio por unos segundos. Le miré a los ojos por un momento.

-¿y tú? Me quieres?

No obtuve respuesta. Ya sabia la respuesta. Me levanté como pude y fui hacia la habitacion.

Encontré mi ropa rota y sucia con sangre. La metí en una bolsa que estaba en el suelo, cogí el movil y las llaves.

13.02

Me sequé las lagrimas que habian caido sin darme cuenta y bajé corriendo las escaleras.

Fui hasta la puerta, encontrandome a Ramon delante de ella.

Miré al suelo.

-Te daré la ropa lavada mañana. Gracias por todo.-dije susurrando.

-Yo... Lo siento.-dijo.

Vete Becc. No lo siente. Es un maldito gilipollas. Solo jugó contigo.

Mire hacia él y caminé hasta la puerta. Abrí la puerta mientras él me observaba. Le miré y una lagrima cayó. Asi que caminé a paso rápido hacia mi casa.

No miré atrás.

Hundí mi cabeza en su sudadera. Olía a él.

Llegué a casa. Metí la llave en la cerradura y entré. Fui directo hacia mi habitacion.

Revisé mi móvil.

Mierda. Mierda. Mierda.

Mi mayor error fue enamorarme de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora