Capítulo 6

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Caminaban ambos hacia el edificio donde vivía jisung. La escusa más creíble que Minho pudo encontrar para arruinar su mañana juntos fue que Hyunjin necesitaba su ayuda. Por lo que al llegar, él junto a Jin y Jeongin se irían a su departamento. No les tomó demasiado tiempo por lo que pudo despedirse de Jisung correctamente. No quería, después de la noche que pasaron, que su novio pensara mal de él.

- Bebe, mandame un mensaje cuando te sientas mejor ¿Si?
- No te preocupes. Te veo después.… ¡Ah! ¿Minho? Yo también te amo.

Ante eso Minho se sonrojó fuertemente ya que había pensado que Jisung dormía cuando le había dicho aquello. Se dieron un corto beso y se despidieron.

Al llegar Minho fue rápidamente a agarrar el arma que escondía en su cuarto y, al salir, le pidió a su hermano que se quedara ahí porque él y Hyunjin tenían que hacer algo. A pesar de que se podía ver la duda en sus ojos no le dio más importancia porque el poco tiempo que tenían no se los permitía. Tenían la dirección de donde se encontraba Changbin por lo que fueron, sin más vueltas, hasta allí. Al estar a una cuadra su amigo lo frenó y le preguntó que es lo que iba a hacer cuando estuvieran frente a frente y se quedó en blanco. No sabía, lo único que tenía claro era que para salvar a Bin, debía evitar que mate al asesino de su hermano. Pero Minho no tuvo casi tiempo de formular la respuesta que escucharon un estridente ruido. Un disparo. Fueron corriendo lo más rápido que sus piernas pudieron. Al llegar al callejón se encontraron con algo que les rompió el corazón. Vieron como su mano temblaba mientras sostenía el arma, como las lágrimas caían de su rostro con furia. Vieron por primera vez a Bin completamente destruido. El odio no lo dejó ver más allá. Lo consumió y lo llevó a hacer algo que no tenía remedio. El hombre yacía quieto en suelo, ya muerto, con sangre manchandole el pecho. Sus ojos abiertos llenaban de dolor a quien lo viera. Ante el susto de pensar que era Changbin el herido Minho cargaba el arma en su mano. La escena lo paralizó, por lo que sus manos seguían apuntando a la persona equivocada. Lo seguían apuntando a él.

- ¿Te pidieron que me mates?
- Vamos a solucionar esto Binnie, estamos de tu lado.
- No Minho, ellos van a venir por vos y por mi. Ellos siempre ganan.
- No esta vez.

Lentamente se acercó a él y le quitó el arma sin tocarla con su mano descubierta. Todo su cuerpo temblaba por lo que lo abrazó con fuerza. Con amor. Con preocupación. Le escondió el arma entre su ropa como Bin había hecho por él tiempo atrás. Lo agarró de los hombros y se dio vuelta para irse de allí. Lo primero que vio cuando giró la cabeza fueron los ojos de Jeongin llenos de lagrimas y de horror. Los había seguido y había visto todo esto. El chico dio torpemente un paso para atrás tropezándose con la vereda. El ruido logró llamar la atención de Hyunjin por lo que se dio vuelta para encontrarse con su novio aterrorizado. No se pudo acercar porque éste salió corriendo. Y Jin fue tras él.

Corrió rápido hasta la casa de Chris, porque sabía que los demás irían a la suya. En su imaginación cuando llegara con él todo iba a estar bien, iba a estar protegido. Porque siempre Chris fue para él un lugar seguro. Se encontró allí también a Woojin y a Jisung. A penas se sentó en el sillón lloró descontroladamente, tenía tanto miedo. Su amigo había matado a alguien, su hermano tenía un arma y su novio le había mentido. El reciente recuerdo de los ojos abiertos del muerto lo aterrorizaba. Sus tres amigos lo abrazaron e intentaron consolarlo pero no había forma de que pudiera calmarse. Toda su vida su hermano lo había protegido de imágenes así, por lo que ahora no sabía que hacer consigo mismo. ¿Así había crecido él? No se lo podía imaginar. ¿Vio él a su madre morir? ¿Vio a su padre ser golpeado hasta estar inconciente y lo vio drogarse? ¿Realmente vivió él en un mundo tan oscuro y con tanto miedo? Minho nunca parecía tener miedo. Siempre lo vio como su ángel, lo protegió siempre del mundo y lo hizo sin dudar. Ahora temía que para protegerlo hubiera hecho cosas que no debía. Todo había sido tan rápido, en menos de una hora su vida y las personas que creía serían todo para él se vinieron abajo. Escuchó fuertes golpes contra la puerta del departamento y los gritos de su novio pidiendo que por favor le abrieran. Gritando preocupado su nombre, pero ya era tarde para preocuparse. Todas las mentiras de su hermano y de Hyunjin crearon distancia entre ellos que no estaba seguro si se podría romper. Pero por ahora lo único que quería era la verdad. Si sabía lo que le estuvieron ocultando podría estar en paz. Cuando le abrieron la puerta y Jeongin le pidió respuestas no supo que hacer.

- ¡Mierda Hyunjin! No es tan difícil explicarme que está pasando.
- Innie… creo que Minho debería ser el que te cuente.
- No me llames así y no te acerques. Decime la verdad ahora o te juro que no me vas a volver a ver.
- Llamaré a Minho para que venga y lo haga él, pero por favor no me hagas traicionar su confianza.
- Ya traicionaste la mía. Pero esta bien, llamalo.

Mientras esperaban que llegara él junto con Bin el ambiente era completamente tenso. Jisung no podía esperar para entender de que hablaban. Estaba preocupado ¿Qué había pasado para que la persona más dulce y buena se enojara de esa forma? No podía evitar sentir que también le habían mentido a él. Pero iba a dejar que Minho se explicara antes de suponer cosas. Lo amaba con todo su corazón por lo que no dudaría de él ni de su amor. Esperaría. Pero la esperaba lo mataba por dentro. Estaba demasiado inquieto. ¿¡Por qué se tardaban tanto!? Cuando llegaron su preocupación aumento al verlos. Bin estaba completamente demacrado. En el departamento había un silencio sepulcral. La cara de Jeongin estaba desfigurada por la furia. Todo era tan distinto a lo que conocía. Tuvo miedo de acercarse a su novio, pero algo le decía que necesitaba de su calor. Despacito fue hasta él y le agarró la mano sin mirarlo. La acarició con amor para darle fuerzas y finalmente la beso para darle un pequeño empujoncito para que empiece a hablar.

- Yo… no se por donde empezar.
- Empezá por donde te sientas más cómodo amor.

Minho apretó su mano con fuerza antes de seguir hablando. Les contó todo sin omitir ni un detalle. Esto para él era una de las cosas más difícil que había hecho. Nadie lo interrumpió, la sensación era la misma que había tenido al contarles a Hyunjin y a Changbin. No podía leer la expresión de su hermanito y tampoco podía dignarse a mirar a Jisung. Cuando terminó el silencio se sentía como dagas siendo incrustadas en su pecho. El miedo lo sofocaba. Creía que cualquier palabra, hasta una de odio, podría liberarlo de esta tensión. Todos los allí presentes sabían que él no había tenido opción alguna. Que su futuro había sido condenado desde el momento que su padre hundió en las drogas, el alcohol y las deudas. Y para Jeongin darse cuenta de eso dolía más de lo que había esperado.

- Creo que lo mejor sería que me vaya.
- ¿Vas a dejarme? ¿Vas a dejarme como papa nos dejó a nosotros?
- Si quiero que todos ustedes estén bien debo irme.
- ¿Y qué hay de Jisung? ¿Vas a dejarlo también? ¿Y Changbin?
- ¡Los estoy poniendo en peligro Jeongin!
- Es verdad que yo me acabo de enterar de todo esto, pero hay algo que se y que podría ayudar. Hace unos días me desperté en la madrugada y no podía dormir. Me fui a caminar. Pasé por al lado de un local que estaba abierto, el único en toda la calle. Escuché voces y me dio curiosidad por lo que entré sin ser visto. Estaban hablando de algo que no entendía, sobre algo llamado District 9. Ahora entiendo más. Esta gente quería pactar con el gobierno. Pero el gobierno anterior no quería saber nada y quería meterlos a todos presos. Por eso acordaron con el actual presidente, alteraron los resultados de las elecciones a cambio de libertad para hacer lo que quisieran. Podríamos amenazarlos y pedirles a cambio de callar nuestra seguridad.

La conversación había sido interrumpida por el celular de Minho, al cual le estaba entrando una llamada de Wongyong. Al agarrar el celular y ver quien era su mano comenzó a temblar notoriamente. El miedo lo estaba matando. Debían idear un plan rápidamente antes de que no halla vuelta atrás.

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