El amor y sus efectos secundarios

Ocho

Sus manos en mis caderas, mi cabello cayendo a los lados de nuestros rostros como si fuera una cortina, mi mano enredándose en su cabello y su lengua haciendo maravillas en mi cuello.

Allan me tenía en las nubes, no sé cómo habíamos acabado en su sofá, conmigo encima de su cuerpo y besándonos como si no hubiera un mañana.

—Debería irme —Fue lo que logré decír antes de que sus labios volvieran a mis labios, silenciandome de un solo y uniendo su lengua a la fiesta.

Era sábado, le dije a mis padres que iría la casa de Kate, en donde Alana se nos uniría. No era mentira, pero cuando mi autobús pasó por la calle de Allan un impulso me hizo bajarme, tentando a la suerte porque sabía que él tenía clases los sábados. Pero, sorpresa, su clase había sido cancelada porque la profesora había entrado en trabajo de parto antes de lo esperado.

Así que acá estamos, yo sobre él mientras la sesión de besos solo continua y continua, oigo mi teléfono vibrar y vibrar con mensajes, seguramente de Kate y Alana porque debería haber llegado ya, pero Allan continúa distrayendome de ir a chequearlo.

—Allan —Beso—. Mi teléfono

—Tengo una hora más libre, después me toca ir a la universidad. Así que no te pienso soltar hasta que sea estrictamente necesario —Beso. Beso en mi mejilla. Beso en mi quijada. Beso en mi cuello. Beso. Beso. Beso.

Lo tomo del cabello y hago que me vea a los ojos, tiene los labios rosados e hinchados, las mejillas sonrosadas y el pelo alborotado. Se ve guapísimo.

—Déjame al menos decirles que tardaré más en llegar, con lo paranoica que es Alana seguro llama a mi madre para ver que diablos me pasó, y eso sería muy malo. —Con un resoplido Allan suelta mis caderas y me deja ir, me pongo de pie rápidamente y voy por mi teléfono que se encuentra en mi bolso. Varios mensajes de las chicas me hacen reír, son tan exageradas.

A: "¿En dónde diablos te metiste?

K: "No te perdiste ¿cierto? Porque sería la tercera en estos últimos seis meses y eso ya sería preocupante"

Ruedo los ojos, algunas veces me distraigo o me duermo en el autobús y me paso de mi parada y me termino perdiendo.

K: "Ashley Davis, contesta el maldito celular"

A: "¿Y si se perdió? ¿Y si le robaron? Ay Jesús "

K: "Voy a moler tu trasero como no me contestes en diez minutos, y llamaré a tu mamá"

Vi la hora del mensaje, hace seis minutos. Suspiré con alivio y les escribí.

A: "Me desvíe a la casa de Allan, perdón por no avisar, estaba... ocupada. Llego en una hora. Las amo.

A: "Te voy a partir la cara, casi nos da un ataque"

K: "MEDIA HORA ESPERANDO"

K: "Solo para que me digas que te estás enrrollando con tu noviecito"

Reí y dejé de leer los mensajes nada amigables, se les pasaría cuando llegara. Sus ancias porque les contara lo que había estado haciendo con Allan serían mayores. Deje el teléfono sobre la mesa que Allan tenía en la sala y regrese al sofa con él, había encendido la televisión y se había recostado a lo largo del sofá. Sus pies sobresalían porque era muy alto, aún así separó un poco las piernas para que me metiera en medio de estas. Recosté mi espalda en su pecho y mi cabeza en su hombro. Lo vi pasar de canales hasta que decidió dejar un capítulo de Friends. Sus dedos cepillaban mi cabello mientras ambos veíamos como Chandler estaba encerrado en el cajón mientras Joe trataba de seguir enojado con él. Sentía su pecho vibrar por la risa, giré mi cabeza un poco para poder verle, cuando se percató que lo miraba solo me sonrió, acarició mi mejilla y dejó un dulce beso en mis labios.