Capítulo 16

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Otro día Joshua volvió a sacarse la camiseta y al verlo semidesnudo, mi cuello se negaba a moverse a otro lado. No podía mover mi cabeza aunque quisiera. Mis mejillas estaban rojas como alguna especie de tomate o colorete y mis manos temblaban contra mi voluntad. Joshua yacía indiferente tratando de paliar el calor. Faltaba que se sacara el pantalón. 

—Sí que hace calor —musitó.

—No hace calor, Joshua. Estamos a quince grados.

—Siempre que me excito me hace calor.

«¡Dios! Trágame tierra», dije y me lamentaba no poder teletransportarme.

—Joshua, tienes que irte. Mi madre llegará dentro de poco.

—Eiza.. —dijo en tono serio.

—Dime y rápido.

—Quiero hacerlo contigo.

—¡¿Qué?! Pero si ya hicimos la tarea..

—No tarea, sexo.

«¿Por qué lo dice tan directo? Debería esperar un poquito... Como tres años exactamente», me dije.

—¿No sientes curiosidad?

—Un poco, pero...

—Me pareces sexy, Eiza.

«¡Dios mío!, si la mentira fuera un delito, esta sería igual a cometer homicidio».

Joshua se volvió a acercar y sus labios cayeron sobre los míos. Con una mano me sostuvo suavemente la cara y la otra se encargó de acariciar mis pechos: me iba a romper el corpiño.

—¡Oye! —dije asustada.

Me empezó a acariciar y apretar los senos una y otra vez. Su mano siguió bajando hasta llegar a mi abdomen y me subió la sudadera. Se quedó ahí unos segundos y comenzó a bajarme el pantalón con lentitud.

—¡Eiza, hija! ¡Ya llegué! —dijo mi madre y mi excitación quedó en modo hibernación.

Mi Crush Pervertido ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora