Cap. 12

307 24 30
                                    

POV Leo

Cuando Quirón me llamo estaba un poco confundido.

No había hecho nada.

Ni a la cabaña Ares, Hades, Hermes e incluso a la de Apolo.

Bueno, a la de Apolo sí.
Le había puesto pastillas.

Lo que hacían es que te distorsionan la voz por unos días en sus botellas de agua.

Ahora no podrán cantar.
Aunque espero que no me llame para castigarme.

O espero que no se haya enterado.
Pero con las chicas con voz gravísima.

Y los chicos con voz variable de ardilla a globo perdiendo aire.

Creo que se nota demasiado.

Pero lo bueno es que no me han hecho nada y se han apañado.

Ahora el coro es un poco raro pero va bien.

Aquí estoy vivo.

Ahora a intentar seguir así de bien después de lo que me tenga que decir Quirón.

Cuando llegue a la Casa Grande me encontré con sombritas 2.0.

Mejor me invento otro apodo porque ese es muy largo.

Aparte de que está cogido por Nico.
Ya pensaré.

Ahora el Señor D me había cambiado el nombre a Lao Caldez.

Por lo menos se parece más a otro que al parecer me había puesto antes.

Lía Vatez.

¿ De dónde saca este hombre tantos nombres inventados ?

Menos mal que solo tenía que llevar a Chiara a dar el recorrido.

Le besé la mano y vi un leve sonrojo en sus mejillas.

Cómo tenía la piel clara olivácea se le notaba más.

Ya sabía cómo llamarla.
Ángel.

Le pegaba ya que aunque intente parecer fría es muy adorable en algunos momentos.

Ángel está muy bien.

Al salir de la Casa Grande.
Ví en su tono de voz un deje de emoción, curiosidad e impaciencia.

Como si hubiese estado esperando este momento durante años.
Creo que va a ser otra fangirl.

Por lo menos ella ha intentado ocultar sus emociones.

Y no ha hecho ninguna locura, por ahora.

Lo más demente que han hecho fue que :

A Quirón mientras dormía le vistieron de bailarina de ballet.

A Percy le robaron trozos de cabello para clonarlo.

A Nico le robaban los boxers mientras no estaba en su cabaña.

Y a mí cada vez que me veían.
Me tiraban al suelo dándome besos por donde podían.

Era un descontrol.

Después se dedicaron plenamente a entrenar y nos dejaron.

Empecé con las cabañas.

- Que sepas que te tendrás que quedar en la cabaña 11, la de Hermes.
Él acoge a todos los campistas que sus padres no han reconocido.

Lo expliqué bastante bien.
Entramos y nos dieron la bienvenida los Stoll.

Con su típica cosa de gemelos de terminar la frase del otro.

El reencuentro de los di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora