Cap. 23

216 19 8
                                    

POV Nico

Estaba alucinando.

Mi hermana sabe controlar el fuego.

Seguí pensando en eso cuando de repente me sacuden.

- Oye - me quejo - no me gusta que me toquen.

- Perdón - se disculpó Percy - es que tu hermana a salido corriendo hacia el bosque y Leo a ido tras ella.

Mi cara se deformó y empezó un tic en mi ojo izquierdo.

- ¡¡¡Qué!!!

Se tapó los oídos, grité un poco fuerte.

- Repite eso - le ordené.

- Que se fue y está con Leo.

En ese momento me fui por viaje sombra a buscarla.

La encontré con Valdez en la orilla de un lago.

Él estaba muy cerca de ella, demasiado para mi gusto.

Por viaje sombra aparecí en medio de los dos.

Le miré matadoramente a Valdez.

Tomé la mano de Chia y nos viaje sombreé (no se me ocurrió nada mejor) a mi cabaña.

- ¿ Por qué me has traído ? - me exigió Chia.

- Porque no quiero que estés tan cerca de Valdez - respondí con simpleza.

La escuché bufar.

- Ahora, te cambias y vamos al comedor. Sin rechistar - añadí.

Suspiró, se cambió, estaba hermosa y fuimos al comedor a comer :v.

Cuando entramos noté que mucha gente la miraba.

Tuve que lanzar muchas miradas amenazantes para que miraran a otro lado.

Esto de ser hermano mayor va a ser difícil con todos esos idiotas detrás de ella.

Y peor me lo pone que sea más preciosa que nadie en este Campamento, o eso es lo que hacen que piense con las miradas que le lanzan.

Y que tenga buen cuerpo.

Cuando estaba apunto de irme a mi mesa le dije :

- Espero que tengas cuidado con todas esas personas que te miran de más.

- Si lo sé, está bien.

****
Así pasaron muchos días.

Ella pasaba más tiempo conmigo y con Valdez.

Tenía que practicar sus poderes con él.

Perdí un poco la esperanza de que fuese mi hermana completa ya que no la reconocía nadie.

Le haré un mensaje Iris a mí padre o iré al Inframundo a hablar con él.

Ya conocía a Chia como si hubiese estado conmigo desde siempre.

Se convirtió a parte de ser mi hermana en mi mejor amiga.

Le contaba todos mis problemas y secretos y ella a mí los suyos.

Me encantaba ser su confidente.

Me encantaba que confiara en mí para todo sin vergüenza de contarme algo.

Ahora estábamos en mi cabaña hablando de cómo nos había ido el día.

Es que todas las noches nos reuníamos en la cabaña 13 porque es más silenciosa que la suya.

El reencuentro de los di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora