Capítulo tres.
Después de unas horas ya Rin estaba lista, había llegado una enfermera con ropa tal y como Sesshomaru dijo, después de eso, ella no hizo más que esperar a Sesshomaru, el cual, se tardó más de lo que Rin imaginó.
—Se ha tardado mucho, ¿se habrá olvidado de mí?—estaba sentada en la cama, sus piernas juntas y sus manos sobre su regazo.
En eso se abrió la puerta, era él, ella lo miró en silencio, y él se acercó.
—Iremos a mi casa—dijo al fin.
—¿Uh?—Rin lo miró sin entender—¿a su casa?
—Eso dije—reafirmó el hombre sin expresión alguna.
—Eso...—ella empezó a negar levemente con la cabeza, incrédula.
Sesshomaru alzó una ceja y la miró expectante.
—Es que...—ella volvió hablar, nerviosa, mientras jugaba con sus dedos—¿en serio? Usted no me conoce, ni yo a usted.
¿Por qué él se ofrecería a eso? Ella es una completa desconocida, y ella no podía confiar en nadie. Pero ese hombre tenía algo que la llamaba levemente, no le temía, ni le provocaba desconfianza o incertidumbre.
Sesshomaru la miró fijamente por unos segundos, sin decir absolutamente nada. Se sintió algo estúpido, nunca había ofrecido su ayuda, y cuando lo hace no es aceptada.
—Sino quieres está bien, no es necesario que aceptes. Ya puede retirarte de aquí, entonces, te daré dinero en efectivo, eso es todo.
El doctor giró sobre sus pies y empezó a caminar de vuelta a la salida de aquella habitación.
—¡Espere!—el grito de aquella chica lo detuvo.
Cuando ella lo vió girarse y marcharse, sintió una incómoda sensación en la boca de su estómago, en definitiva, no quería quedarse sola, tampoco es como si tuviera otro lugar a donde ir.
—Espere...—volvió a decir—muchas gracias por su amabilidad—hizo una amplia reverencia— lléveme con usted.
—No hagas eso—Sesshomaru entornó los ojos.
—Muchísimas gracias, de verdad se lo agradezco—seguía agradeciendo luego de terminar con la reverencia.
—Hmp, ¿por qué cambiaste de opinión? Soy un desconocido.
—¿Eh? —Rin alzó su cabeza con un expresión de confusión.
—Vendrás conmigo a mi casa sin saber quien soy, o qué podría hacerte.
—Yo... —volvió a bajar la cabeza—usted parece una buena persona—sonrió y volvió a mirarlo. —me salvó la vida—y no mentía, probablemente si aquella noche él no la hubiese atropellado aquellos hombres la alcanzarían.
—Yo te atropellé, tenía que—fue interrumpido por Rin.
—No sólo me refería a eso, pero ya no importa—tenía los ojos cerrados mientras sonreía.
—Como sea, vámonos.
—Sí. —Sesshomaru se giró y caminó hacía la salida seguido de ella.
Llegaron después de un tiempo, vivía en un lujoso edificio casi a las afueras de la ciudad, nada que sorprenda a Rin, ella había nacido entre lujos.
Llegaron al apartamento de Sesshomaru, entraron y entonces Rin habló por primera vez desde que habían salido del hospital.
—Muy bonito lugar. —halagó.
—Hpm—Sesshomaru solo la miró—sígueme, te mostraré la habitación que vas a utilizar.
Ella asintió y lo siguió. Era una habitación bastante amplia, pintada en un tono gris, disponía de una cama igual de amplia, con una mesita de noche en el lado izquierdo, un tocador, y dos puertas, Rin supuso que una era del baño y la otra el armario.
—La cena estará lista en un rato. —dijo Sesshomaru y se dió madia vuelta para irse.
—Sí. —fue lo único que dijo.
Después de que el mayor cerró la puerta, ella se tendió en la cama, era bastante suave. Llevó sus manos a su pecho, cerró los ojos y suspiró con pesar. Las aterradoras imágenes llegaron a su memoria otra vez, lluvia, juegos, risas, ¡Dios!, todo parecía estar bien, hasta que... Hasta que esos encapuchados llegaron a arruinarlo todo.
Lloró en silencio, tenía un gran nudo en su garganta, quería gritar, quería ir por su hermano, abrazarlo y asegurarse de que estuviera bien. Le rogaba a Dios porque así fuera, que se encuentre vivo, y poder volverlo a ver.
No supo cuánto tiempo estuvo llorando, hasta que, dos toques en su puerta y la voz de Sesshomaru le avisaron que debía ir a cenar. Obviamente no tenía hambre, pero no podía ser descortés con aquél hombre. Salió hasta el comedor, allí cenaron en completo silencio, ninguno decía nada, terminaron de comer al mismo tiempo, Rin se ofreció a lavar los trastes sucios, pero Sesshomaru se negó rotundamente, diciéndole que ella aún debía descansar, y sin más objeciones, Rin se retiró a su habitación.
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Este capítulo es super corto, lo sé, no me maten, pero tengo una resaca del día anterior algo pesada que no me deja escribir bien xd, pero aún así quería actualizar esta historia, estoy aprovechando que no tengo muchas tareas para entregar en estos días. Así que disculpen las faltas ortográficas y hasta el próximo capítulo <3
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Por un accidente.
FanfictionDespués de una tragedia ocurrida una noche, la vida empuja a Rin agresivamente a la soledad, con la cual deberá aprender a vivir. Otra historia de la pareja Sesshorin, espero la disfruten.