Capituló 6: es hora de enfrentar la realidad.

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Capítulo seis.

Rin no durmió en toda la noche, y es que ¿cómo hacerlo? Su vida simplemente se había ido por el caño en tan solo unos días, tenía tantas ganas de llorar, y es que ni siquiera eso podía hacer libremente. Tenía tanto miedo, miedo de todo, especialmente de que aquellos hombres volviesen.

Miró en el buró el reloj, seis de la mañana, suspiró, era temprano, pudo ver por la ventana lo nublado que estaba el día, el clima perfecto para dormir todo el día, más sin embargo, ella sabía que no lo podría hacer, sino logró dormir antes mucho menos ahora.

Se puso de pie, ya no tenía caso retrasar más su hora de ir a la comisaría, esperaba que el doctor estuviese despierto, le daba vergüenza tener que despertarlo para informarle que se marcharía.

Inició su día con una ducha caliente, y se demoró más de lo planeado por estar sobre pensando las cosas. Una vez completamente aseada, salió del baño.

Buscó ropas en aquel armario, la noche anterior, después de que Kagura se marchara, ella le hizo llegar una maleta con ropas, muy lindas y de su talla, aquella mujer era muy buena y considerada con ella, y sobre todo tenía muy buen gusto con las ropas.

Se decidió por unos mom jeans oscuros, un top básico blanco, se quería abrigar un poco debido a que como ya había visto, el día estaría frío, en el peor de los casos caería una torrencial lluvia, así que se decidió por un blazer largo del mismo color blanco.

Se sentó al borde de la gran cama y miró desde allí su reflejo en el espejo, ella se veía bien, su vestimenta estaba bien, y se preguntó cómo es que podría verse bien aún estando de luto.

"Antes muerta que sencilla, Rin, joder" recordó la voz y famosa frase que su mejor amiga solía decirle cada vez que se encontraban en la universidad o salían de fiesta.

Sonrió muy levemente y miró sus pies descalzos, parece que Ayame tenía razón después de todo.

Al final abrigó sus pies con unos botines negro con algo de tacón, peinó y secó su cabello, para luego amarrarlo en una un poco desordenada coleta.

Suspiró, hizo su cama y salió de la habitación, ya era hora de marcharse. Caminó hasta la cocina, y encontró a Sesshomaru con solo un pantalón de pijama puesto, el cual la inspeccionó de pies a cabeza con una ceja en alto, más no dijo nada.

—B-buenos días— dijo tímida y sonroja cuando sus ojos accidentalmente viajaron a su fuerte torso y de ahí a sus definidos abdominales. Se regañó y quitó sus ojos de ahí.

—Buenos días—dijo Sesshomaru sin inmutarse—¿vas a algún lado?— preguntó con aparente desinterés mientras le daba la espalda para rebuscar en el refrigerador.

—Sí, así es—por alguna razón empezaba a ponerse nerviosa—y-yo quería hablar con usted al respecto.

—Sí—él se volvió hacia ella y la miró fijamente—tenemos que hablar.

Rin asintió rápidamente de forma consecutiva, cada vez más nerviosa, él tenía una mirada muy intimidante

—Yo siento... siento que le debía una explicación, usted ha sido muy amable y bueno conmigo, le agradezco mucho su hospitalidad—ella no continuó hablando, estaba pensando cómo proseguir.

Sesshomaru se le quedó mirando, esperaba a que ella continuara, pero al ver que la chica no proseguía, decidió hablar él.

—Tú tienes algo más que decirme, ¿no?— pero claro que tenía algo más que decir, y él sabía exactamente que era, pero quería dejar que ella lo diga.

—Uju— volvió asentir—así es...

—¿Entonces qué esperas?—mantuvo su ceja en alto mientras le preguntaba.

—Sí, yo... es que...—estaba tartamudeando— usted... usted me pone algo nerviosa—confesó con el corazón en la garganta— ¿podría por favor girarse?—empezó a hacer señas sin sentido con las manos— sus ojos me intimidan— terminó de decir y por los nervios se rió levemente.

Sesshomaru seguía con la ceja en alto, pero esta vez con algo de diversión levemente plasmado en su rostro, ¿la estaba poniendo nerviosa?

—Está bien—dijo él al fin, y se giró para darle la espalda nuevamente, que niña esta, quiso reírse de ella en su interior—¿mejor?

—Sí, gracias—suspiró—yo ya debo marcharme de aquí, como ya le dije, le agradezco muchísimo, en algún momento se lo pagaré, pero ahora debo ir a la comisaría.

—No me debes nada, lo hice porque quise, ¿a qué vas a la comisaría?

—Debo ir a rendir declaraciones.

—¿Estás metida en problemas?

Rin quiso llorar con esa pregunta, ¿problemas? Era más que eso, su familia está muerta.

—Mi familia está muerta, fue asesinada el día que usted me encontró—dijo levemente debido al gran nudo que se había formado en su garganta.

Sesshomaru ya sabía algo de eso, recordaba la noticia que había visto. Miró sobre su hombro a la niña que estaba al otro lado de la isla que había que la cocina, la voz se ella se escuchaba desgarrada.

—Tenía mucho miedo de enfrentar las cosas—continuó hablando Rin— yo acepté su hospedaje y me refugié aquí, pero estoy segura que allá fuera debe ser buscada—suspiró—así que debo salir y enfrentar la situación, hay cosas de las que debo hacerme cargo—finalizó, sintiendo que se había desecho de peso en sus hombros al contarle la verdad al doctor.

Sesshomaru al fin volvió a darle el frente, y la miró en silencio, esa chiquilla había pasado por cosas fuertes, aún siendo tan joven para conocer el sufrimiento y desolación.

—Entiendo, lo lamento—fue todo lo que él dijo.

—No—Rin negó con la cabeza—no se preocupe, ya no importa, solo quería pedirle un último favor—sus mejillas se tiñeron nuevamente de un ligero color rojo.

—Adelante—animó Sesshomaru.

—¿Podría acompañarme? No quiero ir sola.

Sesshomaru se mantuvo en silencio, así que ella agregó rápidamente.

—Si usted no puede o no quiere, está bien, yo entiendo...

Sesshomaru la interrumpió: —Está bien.

—¿Sí? —preguntó aún dudosa. Él asintió.

—Estaré listo en un momento.

—Muchas gracias— Rin hizo una leve reverencia y salió de la cocina, esperaría por él en la sala.













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Bueno, después de días dejaré este capítulo aquí y me marcharé nuevamente xd.

Perdón por las faltas ortográficas.

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