Tu primo Toni bajó las escaleras, te quedaste asombrada porque tu abuela no os había dicho nada de que él estuviese allí.
Toni: ¡Hola familia!
Tus padres junto con tu hermano se levantaron a saludar a tu primo. Mientras tú lo único que hacías era preguntarle a tu abuela pero con las voces no te escuchaba. Al final decidiste levantarte y saludar a tu primo. Intentaste olvidar un poco el tema ya que tu abuela parecía que no quería decirte nada. Entonces pensaste que si tu primo vivía allí ahora, a lo mejor sabía algo del colgante. Le contaste cómo y dónde te lo habías encontrado.
Toni: ¡Siempre se le cae! la próxima vez que vuelva le diré que se lo ate bien.
Tú: ¿De quién es?
Toni: De Nil, mi mejor amigo. Ya te lo presentaré cuando vuelva mañana. ¿No tienes amigos aquí?
Te quedaste pensativa durante unos minutos... ¿quién sería ese tal Nil? no lo sabías aún, pero te hizo sentir algo que no habías sentido nunca. ¿Mariposas en el estómago? ¡No! eso nunca. No querías serle infiel a Oliver, aunque ya empezabas a pensar que lo tuyo con Oliver tal vez no sería tan perfecto a distancia...
Tú: La verdad es que no, acabo de llegar. ¿y tú? ¿tienes muchos?
Toni: La verdad es que muchos no, pero con Nil y unos cuantos más me basta. Nos montamos nuestras propias historias aquí, ya lo verás.
Otra vez ese nombre. Era la segunda vez que lo habías escuchado y volviste a sentir lo mismo, como una punzada por dentro. Solo querías olvidar el tema. Se hizo de noche y estabas muy cansada del viaje. Te despediste de tu primo y subiste a la habitación, estabas bastabte cansada. Entonces tu móvil sonó.
???: ¿Cielo?
Tú: ¿Laura?
Laura: sí soy yo, siento tener que llamarte de un número desconocido, mi móvil a muerto y ahora uso el de mi hermano. Apúntatelo porque lo usaré por mucho tiempo.
Tú: Vale... lo apun -Laura te interrumpió.
Laura: Vale vale vale, no me cuentes más, quiero saber cómo está mi niña. ¿Cómo es aquello? ¿ya has visto chicos guapos por allí?
Ese nombre te vino de nuevo a la cabeza. El nombre de ese chico te volvió a retumbar en la cabeza. ¿Que ibas a hacer? ¿contárselo a Laura? pues sí, cuando ella acabó la frase decidiste contárselo.
Tú: Laura, tengo que contarte algo muy serio.
Laura: Dime
Tú: a ver... hoy, cuando llegué a casa de mis abuelos, justo después de llegar me senté en el umbral de la puerta y ví un colgante con forma de "N", me dijo mi primo Toni que por lo visto es de un amigo suyo que se llama Nil. No sé, es como que al escuchar su nombre...
Laura: ¡Te has enamorado!
Esas palabras te clavaban. Así era, te habías enamorado. Te habías enamorado de su perfecto nombre. Y ya empezabas a querer a ese chico, así, sin más, sin conocerlo en persona.
Tú: no... ¡No puede ser! también tengo que contarte otra cosa... hoy, antes de irme, fui al polideportivo a despedirme de Oliver. Y pasó...
Laura: ¿Qué pasó?
Tú: que nos enrollamos, joder. Me dijo que me quería, y que esperará a que yo vuelva. Yo le dije que también le quería y que nunca dejaría de hacerlo. Laura, no sé qué hacer, no quiero dejar a Oliver.
Tu mente no decía lo mismo. Cuando tu boca dijo "no quiero dejar a Oliver", una voz en tu cabeza dijo después "si que quieres". No sabías lo que estaba pasando y Laura estaba flipando.