Oblivious (Snowbaz)

10. Final

Dedicada a cardozodaiana , que recordó el insulto que Baz le había dicho a Simon y que este no había entendido y a Galilah_45 por recordarme seguir escribiendo y traer de vuelta el amor que le tenia a esta historia 💜

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—Penny, necesitamos ir a mi cuarto —repitió Simón por quinta vez—. Ya te dije que ahí está mi traje. No me puedo arreglar sin mi traje. ¿Acaso quieres que vaya desnudo?

—Ew, no —dijo Penny y lo volteo a ver con mala cara mientras lo seguía arrastrando camino a su cuarto—. Ya deja de hablar.

Simon hizo un puchero pero no dijo nada más. Cuando llegaron Penny hizo que Simon se sentará en su cama y buscó su maleta debajo de esta.

—¿Qué haces? —preguntó Simon—. ¿De verdad no has sacado las cosas de tu maleta?

—Claro que sí... Bueno, mis cosas ya, pero falta algo más. —Penny abrió la maleta y sacó de ella lo único que había adentro: un porta trajes negro. Se lo enseñó a Simon con una sonrisa—. Para ti.

Simon abrió los ojos como platos y lo tomó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Wow, Penny... No tenías que...

Penny lo interrumpió levantando una mano.

—Fue mas mi madre que nada. Después de que fuiste a la cena de año nuevo con ese viejo traje que ya te queda pequeño, decidió que necesitabas uno nuevo. Yo lo elegí con ayuda de papá. Espero que te guste.

Simon la estrechó entre sus brazos con fuerza, tomando a Penny por sorpresa, pero ella pronto se relajó y le devolvió el abrazo.

De pronto la puerta sonó. Penny le indicó a la otra persona que pasara. Era Agatha.

—¿Y tu compañera de cuarto? —preguntó, cerrando la puerta detrás de ella.

—Se fue a arreglar con sus amigas. Tendremos el cuarto para nosotros —contestó Penny.

—Esperen, ¿planean que me arregle aquí con ustedes? —preguntó Simon un poco asustado.

Agatha sonrió asintiendo muchas veces.

—Pues claro. Ahora que estás con Baz no podemos dejar que te vea arreglado hasta el baile. Eso es lo divertido de una cita: deslumbrarlos —explicó Agatha, sacando todas sus cosas de su maleta—. Por cierto, me tienes que contar el chisme después. Cómo se arreglaron, cómo te pidió ir al baile, cómo empezaron a andar.

—En realidad, no estamos juntos —dijo Simon como si apenas se hubiera dado cuenta de algo—. No somos novios y, ahora que lo pienso, nunca me invitó al baile. ¿Debería suponer que vamos a ir al baile juntos?

—Por supuesto, si llegara con otra cita a estas alturas del partido ahí sí tendrías que dejarme convertirlo en sapo —dijo Penny.

Simon hizo una mueca. Agatha miró mal a Penny y luego le dedicó una mirada tranquilizadora a Simon.

—No te preocupes. Si de verdad se andaban besuqueando debajo del Sicomoro como me dijo Penny, entonces es bastante obvio que van a ir al baile juntos.

Simon le sonrió ya más tranquilo.

—Supongo que tienes razón, gracias Agatha.

—No hay de qué —contestó ella con emoción—. ¡Ahora vamos a arreglarnos para el baile!