Comenzando

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Edward pov. 

Me desperté por la mañana como siempre con el olor a café ese delicioso café que hacía mi amada esposa, era una receta secreta suya que hacía que el día fuera más perfecto que nunca. 

Me levante, me di una ducha y me vestí me puse una camiseta negra, un pantalón y tenis del mismo color y tome mi chaqueta, en Londres siempre era muy normal que lloviera. 

Baje a la cocina y vi a mi dulce y hermosa esposa dándome la espalda mientras cocinaba, me quede observándola por un largo tiempo recordando el día de nuestra boda. 

Hace ya tres años que estamos casados, nos conocimos cuando entramos como internos al mismo hospital, así es soy cirujano, neurocirujano me gustaba operar cerebros mientras que mi esposa se dedicaba a operar corazones y pulmones, era cirujana cardiotoraxica. 

Le había pedido que se casara conmigo mientras realizábamos una cirugía juntos, no sé me había ocurrido otro lugar mejor puesto que fue donde nos conocimos y fue ahí donde de le pedí que fuera mi novia, además que compartíamos la misma pasión por la medicina. 

-Se puede saber ¿cuánto tiempo llevas ahí? -preguntó mi esposa sacándome de mis pensamientos. 

-Lo suficiente para observarte -sonreí. 

Me acerque y la bese. 

-Buenos días. 

-Muy buenos días -sonrió.

-Huele delicioso -dije, mientras veía lo que cocinaba. 

-Me alegro que así sea porque ya esta -dijo mientras servía-. Así que coma señor Cullen. 

-Lo haré señora Cullen. 

Nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer en silencio, disfrutaba estos desayunos con mi esposa, aunque debo admitir que quisiera que hubiera un pequeño o más que nos acompañaran, habíamos hablado de ello y habíamos acordado que empezando el año nuevo nos pondríamos a eso. 

Estábamos a pocos días de que fuera navidad, así que estaba ansioso porque ese día llegara para comenzar a fabricar bebés. 

Después de unos cuantos minutos terminamos nuestro desayuno y salimos rumbo al hospital tomados de la mano, como todo un caballero abrí la puerta del copiloto para que subiera luego rodee y subí  su lado como piloto. 

Conduje al hospital, llegamos en menos de medía hora. 

Apenas entramos y Jasper el jefe de trauma nos recibió. 

-Que bueno que llegan -dijo. 

- ¿Qué pasa? -dijo Bella. 

-Tenemos un accidente de auto, toda una familia resulto herida los necesitamos a los dos. 

-Bien iremos a cambiarnos. 

Caminamos hacia la sala de cirujanos y apenas abrimos la puerta vimos a nuestro adorado jefe de cirugía plástica teniendo sexo con una de las enfermeras. 

-Oh, por favor, es en serio Grey -dijo mi esposa mientras se daba la vuelta para no ver nada. 

Bella me jalo para que no viera a la enfermera desnuda. 

-No deberías de quedarte viendo -me dijo con tono celoso. 

-Tranquila solo tengo ojos para ti. 

-Lo siento doctores Cullen -dijo la enfermera saliendo de la sala. 

-Yo no pienso disculparme, la sala estaba sola -dijo Christian poniéndose su uniforme. 

-Para eso existen las salas de descanso. 

-Sí bueno... estaban algo lejos y... 

-No me interesa saber lo que sucede allá bajo contigo. 

-Sabes Bella se que en el fondo estas secretamente enamorada de mí, ya te dije que dejes a Cullen y huyas conmigo. 

-Eso jamás -dijo mi esposa. 

Christian rió y salió de la habitación. 

Christian era también parte de nuestro grupo cuando eramos internos, él siempre fue un mujeriego hasta que conoció a Anastasia Steele quien estaba haciendo su especialidad en pediatría. Ellos llegaron a hacer novios pero bueno algo paso entre ellos que terminaron su relación. 

Bella y yo nos pusimos nuestros uniforme y salimos rumbo a urgencias. 

Esperamos a que llegara la familia del choque que no tardaron mucho en llegar. 

-Dr. Cullen trauma uno hombre con fuerte golpe en la cabeza apenas consciente, él venía conduciendo signos vitales alterados -fui con el paciente y comencé a revisarlo. 

-Necesito que tomen una tomografía, quiero ver si hay daño en su cerebro, la herida es muy profunda y necesito saber que tan grave es... urgente -comencé a dar indicaciones-. También quiero que tomen laboratorios y preparen un quirofano y llamen a ortopedia la lesión en su pierna no se ve nada bien. 

Christian pov. 

Estaba en el laboratorio después de que me encontraran teniendo sexo con una de las enfermeras, estaba revisando los expedientes de dos chicas que habían recibido fuertes quemaduras en su rostro y estaban aquí por un trasplante. 

Escuche como la puerta se abrió y cuando levante la vista la vi. 

-Oh, no sabía que había alguien aquí... regreso luego. 

-No, no tienes porque irte, el laboratorio es de todos Anastasia -dije. 

Ana, mi dulce e inocente Ana era la mujer de la cual estaba perdidamente enamorado pero que por idiota perdí, había intentado regresar con ella pero siempre que lo intentaba algo pasaba y claro que no tenía mucho de mi parte si me la pasaba teniendo sexo por todo el hospital. 

-Ana... 

-No comiences Christian por favor -dijo. 

-Pero yo... 

-No, no quiero que lo hagas ya hablamos de esto -suspiró-. Mejor me voy me necesitan en urgencia un niño esta lesionado -se fue. 

-Mierda -susurre. 

La quería de vuelta conmigo pero ya no sabía que hacer, aun recuerdo lo que paso como si hubiera sido ayer. 

Flash back. 

-Te espero entonces en la sala de descanso necesito que seas mía. 

-Y yo lo quiero pero tienes que esperarme un poco, necesito revisar a unos pacientes pero espérame allá y te sorprenderé -me dio un beso dejándome con las ansias de más. 

Me fui a la sala de descanso, me senté en una de las camas y la espere, vi que la puerta se abrió y pensé que era ella pero no. 

-Elena se puede saber que haces aquí -era la mejor amiga de mi madre  que siempre estaba metida aquí en el hospital. 

-Estoy aquí porque ya no puedo más -se lanzó sobre mí y comenzó a besarme y en vez de alejarla correspondí su beso... todo paso tan rápido que no supe en que momento estábamos desnudos y teniendo sexo en una de las camas. 

Estaba tan concentrado haciéndola mía que no me di cuenta cuando la puerta se abrió y escuche el grito de Ana. 

Me separe de Elena inmediatamente tratando de detener a Ana pero ya era tarde. 

Fin flash black. 

Así es, ya era tarde, Anastasia no pudo perdonarme aquello y con justa razón. 

Me odiaba por haberle causado ese dolor, ahora ni siquiera podíamos estar en la misma habitación. 

Sentí como mi busca comenzaba a sonar, lo vi y era una consulta... en pediatría. Esto no se podía poner mejor. 

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