Desperdiciando mi odio

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Voy vagando en carreteras de México, mi medidor de radiación me indica niveles bajos, han pasado 2 años desde que salí de la ciudad, no sé en donde estoy ni quien soy, solamente me conocen, como "El imperdonable"

Voy dejando restos de cabello, orina, sangre, costras, e incluso parte de mi vómito con lo que ha pasado mi tiempo en el yermo.

Me acerco a laguna verde, la única planta nuclear de México, siento la radiación cada vez más densa, y siento que moriré pronto de alguna enfermedad.

Llegué a un pequeño pueblo, había un pequeño letrero en la entrada.

Los llamaban, "nacidos para el átomo", ya que pudieron sobrevivir mucho a la radiación sin afectaciones en sus vidas.

Necesitaba pronto pastillas de yodo, o iba a morir pronto, las pastillas de yodo servían para controlar las partículas ionizantes en tu cuerpo.

Una señora, de posible 70 años, me vio desesperado, preguntándome varias cosas..

-Jovencito... ¿Que haces aquí?, No es apto para los que no nacieron para el átomo-

-Señora, necesito rápidamente pastillas de yodo, necesito ir al sur del país, quiero buscar un nuevo futuro-

-¿Cuál es tu nombre?-

-Me llaman el imperdonable... Pero realmente me llamo Gabriel... ¿Y usted?-

No podía contestar mas preguntas, yo estaba muriendo cada segundo que pasaba con aquella señora.

-Mi nombre es Bárbara, perdí a mi familia en el día cero, yo tengo una extraña condición que me permite vivir en la radiación sin afectarme-

-Acompañame Gabriel, creo que tengo lo que necesitas-

Entraba a su casa, era acogedora, pero nada limpia.

-Disculpa el desorden, no ha habido tiempo para limpiar, estamos pensando en mudarnos lejos de laguna verde-

Mientras me hizo la plática, encontró las pastillas de yodo.

-Aquí tienes querido, pastillas de yodo, me las dió un nieto para sobrevivir-

Solo quedaban dos pastillas, las suficientes para sobrevivir más tiempo cerca de laguna verde.

-Querido te veo en malas condiciones, deberías de ir con mi hijo, Pablo, el puede ayudarte con tu salud-

Partía rápidamente con Pablo, con la noticia de que estaba a punto de partir del pueblo

-¿¡Pablo!?-

-¿Te puedo ayudar en algo?-

-Mi nombre es Gabriel, necesito que me ayudes con mi salud, fuí expuesto a la radiación de laguna verde por mucho tiempo-.

-Lo siento Gabriel, pero estoy a punto de salir del pueblo y no puedo quedarme, iremos a Estados Unidos a buscar más suministros, y de paso, volveremos al pueblo para iniciar la jornada de mudanza al sur de México, allá hay mejor calidad de vida-

Era mi oportunidad perfecta, podía quedarme en estados unidos durante un rato, para buscar suministros suficientes y mudarme ahora sí al sur de México.

-Te acompañaré, pero de verdad, necesito que me atiendas-

-Ah... Está bien Gabriel, no prometo mantenerte con vida hasta tus 100 años, pero haré lo posible-

Había pasado dos días hasta que llegamos a nuestra última parada antes de llegar a estados unidos.

-Gabriel, es tu turno de buscar comida, ahora que pare el camión, solo tenemos pocas horas de luz solar-

-Bien, lo haré solo por qué me ayudaste a curarme-

-Ten mucho cuidado aquí en el norte, hemos intentado buscar suministros, y hemos vuelto con menos personas-

Fué entonces... Cuando tuvimos el accidente, las llantas del camión explotaron del calor extremo y el sobrepeso.

Se volteó el camión, perdimos el control... Y Pablo... Murió aplastado en el camión...

Salió disparado a tal velocidad, que el impacto al caer del suelo lo mató instantáneamente

Los 5 pasajeros restantes murieron por quemaduras y vidrios enterrados en su cabeza.

El conductor, murió estancado en el volante, ya que el mismo se rompió, casando una estaca mortal.

Yo logré sobrevivir, con heridas en mi espalda, vidrios enterrados en mi pierna, y un hueso roto.

Era momento de continuar solo, mi mala suerte no importando si estaba cerca de Grecia o no, odiaba cada maldito segundo que pensaba en ella.

Estaba a metros de estados unidos, pero decidí volver al sur, era mi último camino antes de morir.

Días, semanas, meses... Perdí el sentido del tiempo...

Mi aseo y descuido personal era obvio, una barba muy pronunciada, cabello largo y sangre seca en mi ropa, eran señales de un completo vagabundo

-¡Vaya suerte!-

Había encontrado suministros para varias semanas...

Encontré un cadáver colgado... lo habían acabado, con la siguiente nota:

(Era yo, o morir en este basto infierno, prefiero ir al verdadero infierno, que al que vivo en lo que parecía la tranquilidad)
(Roberto Velázquez).

La muerte estaba presente, y yo era su próxima víctima...

Eso no me detuvo en mi camino de descanso final, el sur de México.

Hubiera ido con más compañeros, ahora, yo soy el único que sobrevive, ellos murieron en el accidente

Con una escopeta armada, botellas de agua, suministros suficientes... Era cuestión de días a ser saqueado

Estaba perdiendo el conocimiento, veía borroso, era el momento de mi muerte...

-Para que odiarme... Solo es un desperdicio...-

-Lo qué fui... Nunca lo podré... decir...-


Por lo que me llamaron...



El imperdonable

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