Ven hacia mí, nunca sentirás rechazo

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Había pasado un año desde que conocí a Lidia, de hecho, ella y yo ahora estamos en una relación, aun que no hemos pasado a la parte sexual, y creo que es razonable.

-Lid, ¿Cómo lograste sobrevivir sola mucho tiempo?-

-Fué algo difícil, aun que hayan sido semanas antes de que tu llegaras a mi hogar, tenía que sembrar mis propios alimentos, ir a buscar cadáveres con comida enlatada, e incluso tuve que matar pobres animalitos para poder vivir...-

A ella no le gustaba la idea de tener que ver el proceso de obtención de la carne, y por fortuna, nos logramos acostumbrar.

-Tranquila lid, es un poco asqueroso lo sé, pero ¡hey!, vivimos hasta este día-.

-Lo sé... y agradezco cada cosa que has hecho por mi-.

En aquel instante, ambos nos levantamos, era de noche y nosotros estábamos en el patio, era hora de dormir.

-Te amo lid, haría cualquier cosa por ti-.

-Yo también te amo, con o sin brazo-.

Levantamos unas pocas risas, y al cabo de minutos, ella y yo nos empezamos a besar.

Había una lluvia de estrellas, una luna llena, y el sonido tranquilizante del desierto en la noche, aumentaba más el ritmo de mi corazón.

-Gabriel... No me abandones nunca...-

-Lidia... no te abandonaré...-

Ella me besó, y yo simplemente cerré los ojos.

Agarré su cintura con ambos brazos, sentía aquella espalda tan suave, sentía mi sangre recorrer mi cuerpo, sentía su respiración agitada, pero mostraba tranquilidad...

Poco a poco íbamos entrando a la casa, mi corazón cada vez palpitaba más y más; ella simplemente empezaba respirar más y más rápido.

Le quitaba aquella blusa que tenía, y ella la mía, Veía su figura cada vez más detallada, sus curvas resaltaban cada vez más y más...

-Eres Hermosa cariño...-

-Y tú... lo eres aún más-

No podía creerlo, ella era hermosa...

Empezábamos poco a poco, ella me abrazaba y gemía, sentía sus dedos aplastar mi espalda, en forma desesperada de sentir placer.

Sentir nuestra unión de cuerpos, sentir el calor en una noche fria, nos tranquilizó a ambos

-Lidia, te... amo...-

-Y... yo... a ti.... gabriel...-


Dormimos juntos aquella noche, abrazados en el frío desértico.

Nada más importaba desde hoy...

-Gabri... siempre dudé en que algo así sucedería...-

-Ven hacia mí...-


Nunca sentirás rechazo...


El imperdonableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora