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D O S

Es Duro.

CENTRO PSICOLOGICO DE LOS ANGELES.

HISTORIAL CLÍNICO PSICOLÓGICO

FICHA DE IDENTIFICACIÓN.

DR(A): Kennedy, Mathew.

PX: Stilinski, Mieczylaw.
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO: Krakovia, Polonia. 11 de Marzo de 1998.
EDAD: 9 años.
SEXO: Masculino.
DOMICILIO: 0311 NW 2nd Street. Beacon Hills, CA. 98144 USA
OCUPACIÓN: Estudiante
ESTADO CIVIL: Soltero.
NACIONALIDAD: Polaca. Estadounidense.
RELIGION: Católica.
FECHA DE REGISTRO: 14 de Abril de 2007.

RESPONSABLE: Stilinski, Jhon.
RELACIÓN: Padre.
EDAD: 33 años.
SEXO: Masculino.
TELEFONO: (435) 793 2851
TIPO DE INTERROGATORIO: Directo.

QUIEN LO CANALIZA: Hospital General de Beacon Hills, California.

MOTIVO DE LA CONSULTA:
Constantes ataques de pánico, iniciales después del fallecimiento de la madre del paciente. No entabla conversación alguna desde el funeral.

OBSERVACIONES Y NOTAS:

Niño con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA). Recetado con Aderall. Huérfano de Madre.

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Stiles suspiro al leer la ficha que creyó sepultada. Le costaba demasiado recordar esas terapias.

No podía recordar lo que le habían dicho, en lo que habían trabajado o si es que le había agarrado cariño al hombre del cual, por cierto, tampoco recordada el nombre. A decir verdad, no recuerda ni siquiera que hubiera dejado de hablar.

Pero lo que si recuerda, lo que no le deja dormir, lo que le hacía llorar, era la muerte de su madre. Claudia Stilinski.

Recuerda el olor tan característico del hospital. Recuerda estar esperando a que llegase su padre, suplicando a Dios que llegara para despedirse de su esposa.

Aún puede sentir el calor de su mano contra la de ella desaparecer lentamente mientras moría. Y las lágrimas colarse bajo sus ojos para caer directamente en la cara de su madre, que era fuertamente sujetada por él, un niño huérfano de madre, suplicándole que abriera esos preciosos ojos que lo miraban con admiración.

Pero en definitiva, lo que más recuerda, lo que más se le clava en el pecho cada que ve a su padre, son sin duda, las palabras que este le dedicó al entrar en la habitación número cuatrocientos cuatro.

– Tu mataste a tu madre.

¿Cómo podía él haber matado a su madre?

Hizo a un lado el documento mientras que lo guardaba junto a todos los demás. Y aunque le dolía en demasía recordar la muerte de su mami, le dolía más la muerte de Grace.

Reprimió con fuerza un sollozo y comenzó a limpiar su casa. Después de dos años sin hacerlo, el comenzar ahora no había sido decisión suya, sino de Scott.

– Oye, Stiles, ¿que se supone que es esto? – Preguntó sujetando con dos dedos un frasco con algo de dudosa procedencia.

Stiles sonrió con maldad. Por mucho dolor que sintiera, tenía que empezar a superarlo.

– Es algo que comías mucho cuando eras bebé, Scotty, era la merienda de Grace. ¿Quieres probarla?

– Dios, que asco, eso lleva ahí dos años.

Habían decidido empesar por la cocina, tirando todo, menos los muebles. Había cajas de comida rápida, botellas de alcohol, productos ordinarios expedidos desde hace tiempo, leche cortada, cereal y carne rancia; verduras, frutas y vegetales prodridos y muchísimas cucarachas.

Stiles cada que tiraba algo se sentía un poco más liberado, pero no por eso menos vacío. Scott por su parte se encontraba cada momento un poco más nauseabundo.

Lavaron el refrigerador, las alacenas quedaron completamente vacías, lavaron cada traste y pusieron cada cosa para bebé en cajas.

Cuando terminaron con la cocina se dirigieron a su dormitorio.

Lavaron la ropa sucia, cambiaron las sabanas, tendieron la cama y colocaron en el closet todo aquello que correspondía. Limpiaron el baño de la habitación tallando todo con extrema precaución de dejar todo impecable.

Limpiarón los pasillos, el recibidor, la sala y el comedor. Dejando para el final lo más complicado. El cuarto de su hija.

Scott le dío un leve apretón en el hombro antes de que abrieran el cuarto.

Había perdido la cuenta de cuantas veces había terminado ahí después de botellas de alcohol y lágrimas derramadas.

Abrieron la ventana y se pusieron manos a la obra.

Cuando termino de recoger las botellas en el suelo, comenzó a llorar. Pero no paro. Scott no tocó ni limpio nada. Stiles quería hacerlo. Necesitaba hacerlo.

Acomodo los peluches, tendió la cuna, doblo las mantas, sacudió las cortinas y guardó cada paquete de pañales que jamas volvería a cambiar en el mueble. Puso las cajas anteriores con cada traste y juguete regado en la casa en una esquina. Y para finalizar coloco el lindo lobito rosa sobre la cuna.

Suspiro al ver la habitación limpia, pero se derrumbo al verla vacía.

Scott lo sujeto con fuerza mientras se deslizaban en el suelo. Era tan duro...

– Esta muerta, Scott. No me despedí de ella, no pude hacer nada, no la protegí. Dios, jamas volveré a abrazarla. — Se sujeto con firmeza a Scott mientras negaba con la cabeza. — Jamas le cambiare de nuevo el pañal o la llevare a la escuela...

Lloró toda el agua de su cuerpo y Scott junto con él.

Se levantaron después de un rato sollozando y cerrando la ventana, colocaron llave a la puerta.

Se dieron una ducha cada quien, y colocando se el pijama, Scott le tendió una pastilla para dormir.

Cuando Stiles se quedo dormido, Scott se quedo acariciando su frente. Era duro ver a su mejor amigo así. A su hermano.

Recostándose sobre la cama improvisada en el suelo, rogó a lo que fuera que existiera arriba, que sanara el corazón de su hermano, y que la llegada de Derek ayudara en algo.

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OMG YA SE VAN SABIENDO COSITAS

Porfa avisenme si tienen problemas con el capítulo, por que wattpad se fresea.

Voten, comenten y compartan.

Con cariño, Zhukulentha.