Diez: Epilogo

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Ryoko y Touya reían alegres junto a la familia Todoroki. Celebraban aquel compromiso.

¿Quien diría que terminar en la comisaría por algo que no hicieron traería tantos cambios?

4 años después Ryoko se había comprometido con su amigo con derecho lleno de deliciosos tatuajes.

La chica que ahora estaba teñida de negro suspiró, el brindis que había hecho Izuku fue maravilloso, porque Izuku era el padrino de esa boda, aquel pecoso y dulce tatuado era el mejor amigo de Dabi.

- Espero que sepas que no tendrás Stripers en tu despedida de soltera. - murmuró Dabi tomando la mano de su futura esposa por debajo de la mesa.

- Eso lo deciden las chicas.

- Eso lo decidió mi bolsillo cuando le di 1000 Yenes a cada una.

- Solo me interesan chicos tatuados. - dijo la chica algo sonrojada.

Aquella fiesta continuó con mucha música y alcohol, sin ningún tipo de contratiempos como lo había sido su relación.

Luego de ¡por fin! Volverse novios empezaron a vivir juntos al poco tiempo, para después visitar juntos países diferentes cada vez que podían, Dabi se volvió modelo y de algún modo y sin darse cuenta Ryoko terminó volviéndose influencer en redes sociales.

Ambos estaban teniendo vidas que jamás imaginaron, que no pidieron pero que les fascinaban.

Cada uno se fue a su despedida de soltero con sus amigos y como era de esperar no había ningún stripper, Dabi y Ryoko maldijeron lo fáciles de comprar que eran sus amigos y que gracias a eso no tenían una despedida memorable.

Durmieron a las 11 como si fuesen niños de escuela y despertaron temprano para por fin ir a su boda. Sería temprano ya que su luna de miel sería al otro lado del mundo.

Todos ahí presentes. Amigos y familiares de ambos listos para que ellos dieran el si.

- No quiero que me rechaces. - Susurro Dabi.

- Jamás haría eso.

- Lo se, soy muy genial y bueno en la cama como para que me rechaces.

- Solo me caso contigo por los tatuajes.

Ambos sonrieron y decidieron prestar atención a lo que decía el hombre junto a ellos. Dieron aquel maravilloso "si" que tanto ansiaban y todos aplaudieron con enorme Alegría.

- Todoroki Ryoko. - murmuró Dabi besando sus labios. Ella correspondió.

- ¿Algo que añadir? Amado esposo.

- Te amo demasiado, esposa.

- Yo amo tus tatuajes.

8 meses después...

- Estás embarazada. - afirmó Dabi viendo a Ryoko con la cabeza en el inodoro.

- ¡Que tu boca se haga cenizas! - gritó en una pausa de sus vomitos. Su novio le lanzó una tercera prueba de embarazo.

La chica de ahora cabello rojo no quería hacerse ninguna prueba. Era la tercera que el le daba en el día y ella estaba empezando a irritarse.

- Me haré esta porqueria solo para probarte que es una simple intoxicación.

Ryoko orinó en cada prueba y las colocó en el lavadero. Salió del baño mientras el resultado salía. Se sentó junto a su esposo y su mirada viajó al tatuaje con su nombre, recordó ese día y fue todo una locura.

Ella pensaba que era el peor error de su vida, pero sin saberlo ese día marcó su destino y ahí estaban esperando el resultado de tres pruebas de embarazo caseras.

- Te amo, pase lo que pase. - murmuró ella.

- Mientes, solo amas mis tatuajes. - ella dejó escapar una risa y Dabi la besó.

- Eres un mal necesario.

Con eso se dieron otro beso. Beso que fue cada vez más apasionado, la mano de Dabi bajo por el vientre de Ryoko. Dabi no perdió tiempo y metió la mano en sus pantyes, ella suspiró contra sus labios.

- ¿Como puedes pensar en sexo? Se supone que estamos nerviosos. - interrumpió Ryoko callando uno de sus gemidos.

- Del mismo modo que tú - contestó sacando los dedos de su interior. Llenos de fluido. Al verlo la vergüenza invadió a la chica y se puso roja cuando Dabi los chapó.

Dabi se dirigió al baño y ella se quedó en la cama, pensando que su vida de pareja feliz quizás acabe cuando tengan un hijo. Pero eso era imposible porque ella no fallaba al tomarse su pastilla diaria.

- ¿Crees que estamos listos para ser buenos padres? - preguntó.

- Eso espero. Sino me arrepentiré de cambiar tus pastillas por vitaminas.

Ryoko saltó de la cama con un tacón en la mano. Lo clavaría en el cuello de su esposo y quedaría viuda. ¡Pero se desquitaría!

- positivo. - dijo el mostrando las tres pruebas.

La ira se disipó por arte de magia. Se fundieron en un abrazo.

- Te amo.

- También te amo, tonto tatuado.

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Stigmatophilia - DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora