Frunce el ceño con profunda irritación; esta vez, su enfado es palpable. El hecho de que Milán la defienda es una cosa, pero que esté hablando con ella es simplemente la gota que colma el vaso. No puede soportarlo; sabe que lo hace para fastidiarla. Sus manos se tensan en puños mientras lucha por no darle demasiadas vueltas a eso; trata de no pensar en él, ni en Amber, ni en el hecho de que están hablando demasiado y de que Milán parece mirarla como si aún estuviera enamorado. Intenta apartar de su mente a su hermana y a su atractivo novio, quien se ofreció a llevarla esa mañana, aunque ella nunca le diría que sí. Definitivamente no.
Se aproxima a la mesa donde están Milán y Amber, pero no dice nada, simplemente se sienta en su lugar habitual, en la mesa de atrás. Fija una mirada intensa en Milán, esperando que se dé cuenta de su llegada, pero nada sucede.
Quien sí se percata es Amber, y le dirige una sonrisa burlona. Si no fuera por la pinky promise, le daría un golpe en la cara, pero ¿cómo es posible que Milán esté hablando con ella?
Quizás eso no estuvo incluido en la pinky promise; él nunca lo rompe.
En una esquina del salón están los "matemáticos", como los llaman aunque no sean realmente matemáticos, simplemente sacan buenas notas. En el otro extremo, algunos chicos desordenados rompen el ambiente con su actitud desenfadada; son los que rompen cosas y cambian de novia cada semana.
Y luego están las chicas que se maquillan cada dos segundos, mirando a los desordenados como si fueran extremadamente atractivos. Pero, ¿qué tiene de atractivo llevar los pantalones por debajo de la cintura y tener el cabello despeinado?
Después de unos momentos, la puerta se cierra y entra la profesora de matemáticas, con su falda ajustada hasta la cintura y su camisa blanca de siempre. Lleva un abrigo azul que combina con la falda, del mismo largo, y su cabello recogido en una trenza a un lado.
Los grandes lentes negros y su labial rojo hacen que se vea maravillosa; la señorita Regina es realmente hermosa, y joven, por eso la mayoría de los chicos del instituto se alegran cuando tienen una clase con ella, aunque lamentan lo que sigue después. Pasan dos horas escuchando sus explicaciones matemáticas, lo cual es una completa pérdida de tiempo para algunos. Sophie se desenvuelve bien en la mayoría de las materias, al igual que Milán. La diferencia es que Milán se esfuerza mucho para obtener esas notas, mientras que Sophie simplemente parece recibirlas por gracia divina.
Todos se levantan para saludar, y después de un prolongado saludo por parte de la señorita Regina, le responden. En ese momento, Milán se da cuenta de que Sophie ha llegado y teme lo que pueda pasar; espera que no haya llegado mientras él le estaba enseñando a Amber.
Amber le había pedido que le explicara la materia porque no la entendía, y Milán, siendo educado, aceptó. Pero no tiene la intención de ir más allá con Amber porque él sabe quién es ella realmente, aunque nadie más lo sepa.
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"ROMPIENDO CADENAS" [Editando]
Teen FictionPrólogo Quién iba a pensar que lo que comenzó con intercambios de miradas furtivas y sonrisas cómplices terminaría en un amor prohibido para Sophie. Se vio atrapada en un torbellino de emociones que le susurraban lo errado de su elección, pero dicen...