Saludos

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Skye

Esto tiene que ser broma, no me puedo creer que mi tío haya contratado a un mozo de cuadra sin preguntarme, ni siquiera sin decírmelo. Encima el muy idiota es un despistado y un chulo por no mencionar que es idiota.

Cuando llegue del instituto fui a ensillar a Pegaso, la verdad mi día no había sido el mejor. Sara no me ha dirigido la palabra en todo el día (se que no le durará mucho el enfado pero su orgullo le impide hablarme por el resto del día), no he visto a Gabe hoy porque se ha ido con su hermano toda la semana de viaje por carretera y no he tenido tiempo de hablar aún con el, ir en el hombro de Connor me ha producido arcadas y he acabado en el retrete, y por si todo esto fuera poco la señora Robins me ha dicho que como no le entregue el trabajo mañana tengo un cero. ¡Son 20 hojas en tamaño 12 sobre la percepción de la realidad!¡Como demonios se supone que voy ha hacer ese trabajo en una tarde!

Cuando por fin me siento un poco más relajada, vuelvo al rancho y me encuentro con una camioneta negra, está situación ya me parece extraña, pero se vuelve mucho peor cuando el muy idiota que la conduce casi me atropella. Pegaso se asusta pero consigo calmarlo, un chico sale de la camioneta con cara de susto. La que tendría que tener cara de susto debería ser yo, casi me da un infarto y otro a Pegaso.

Me bajo del caballo dispuesta a decirle un par de cosas al chico que tengo delante. Mirándolo desde aquí abajo, es un poco más alto que yo, bastante, pero me importa muy poco después del susto que me ha dado por descuidado.

—¿Eres idiota?—el chico me mira sin decir palabra—¿Acaso no sabes que tienes que mirar por el retrovisor antes de dar marcha atrás? Lo sé hasta yo y no tengo aún el carné —su expresión cambia, ahora me mira sorprendido como si no se esperara lo que le acabo de decir—¿Quien fue el loco que te dio el carné?—me mira con superioridad mirando mi altura, pero después de la mirada que le echo se encoge—Bueno que, vas a decir algo o te vas a quedar mirándome con cara de idiota como si yo fuese aquí la intrusa—

Sinceramente, me estoy empezando a cansar de que me mire como un mono de feria, ¿acaso nunca ha visto a una chica bajita enfadarse? Su mirada me incomoda y no me gusta sentirme incómoda con la mirada de alguien.

—Perdona es verdad no me he presentado, soy Blake Johnson, perdón por no haber mirado pero no había nadie y no te había visto venir, estaba pensando en mis cosas y no te vi, enserio lo siento.—este chico debe de tener problemas de oido porque yo no le he preguntado como narices se llama, me dirijo hacia Pegaso esperando a que el desconocido se digne a responderme—Siento haberme presentado así pero estoy buscando a Tyler Scott—

Vale, he de admitir que escuchar el nombre de mi tío me ha dejado un poco aturdida, ¿para que demonios busca esta cosa a mi tío?

—¿A mi tío?¿Para que?¿Que necesitas de él?— estoy empezando a perderme con esta conversación.

Parece que me iba a responder pero el Range Rover de mi tío nos interrumpe, bien, por fin podremos aclarar todo esto.

—Tu debes de ser Blake—¿lo conoce?— encantado yo soy Tyler Scott, veo q ya has conocido a mi sobrina—

—Bueno, más o menos—no le miro, solo miro a mi tío en busca de respuestas.

—¿Para que ha venido tío?—le pregunto harta de tanto secretismo.

—Va a ser nuestro nuevo mozo de cuadra, se quedará a dormir en el granero—mentira, eso no puede ser cierto, mi tío me sonríe.

—Esto tiene que ser una broma—miro al chico que sonríe, definitivamente esto es una broma, esta cosa no puede vivir en mi casa.

El chico se queda mirándome confundido, si pensaba que me iba a impresionar su complexión de jugador de futbol americano y su pelo negro estaba muy equivocado.

Me doy la vuelta y cojo a Pegaso y lo dirijo al prado para que paste un poco, mi día empeora por momentos.

La moraleja de hoy es que nunca debes decir que tu día no puede empeorar porque lo hará y mucho, la otra moraleja es que siempre hay que entregar las cosas a tiempo porque nunca sabes cuando te van a suceder cosas inesperadas en la vida.

• • • •

Cuando vuelvo al establo es de noche y Pegaso esta más nervioso que antes. Veo luz en el establo y cuando levanto la vista me encuentro con el idiota mirando lo que parece ser una foto en el balcón del establo.

De repente se percata de mi existencia y aparto la vista siguiendo mi camino. Cuándo entro al establo escucho pasos bajar por las escaleras, genial, este día no se va a acabar nunca, yo solo quiero llegar a mi habitación y hablar con Gabe, ¿tan difícil es?

—Hola,—Me saluda coqueto—creo que antes no nos hemos presentado como es debido y hemos empezado con el pie izquierdo.—me sonríe—Me presento me llamo B...—

—Mira Jake—lo interrumpo—me da igual como te llames, de donde vengas o para que vienes—el chico me mira confundido—no me caes bien y no voy a fingir que me caes bien, así que evita hablarme o tocar a mis caballos, después del casi accidente de esta mañana no quiero que provoques más, estos caballos ya tienen suficientes problemas—frunce el ceño.

—Me llamó B...—lo vuelvo a interrumpir.

—Y por cierto soy zurda— el se queda callado y yo salgo del establo.

• • • •

Después de haberme duchado me tumbo en la cama y llamo a Gabe por Face Time. A los dos tonos me lo coge y veo a mi novio con una sonrisa al otro lado de la línea.

—Hola rubia,— me llama así porque sabe que me molesta que me digan rubia, soy castaña y el rubio no me pega para nada—¿que tal te ha ido el día?¿Ya tengo que pegar a algún tío que se te haya insinuado?—le miro y le sonrío.

—Jajajajajsj no, tranquilo.—me sonríe, Dios mío porque es tan guapo— Sinceramente mi día a sido un asco, ya te contaré cuando vuelvas, y tú, ¿que tal el viaje de hoy?¿Ya has conocido a otra rubia que me haga la competencia?—se ríe, dios amo su risa.

—Nunca, tú eres la única rubia de mi vida, sin contar a mi hermana—tiene una hermana de unos 12 años que es adorable—mi día ha sido estupendo, a diferencia del tuyo— me guiña un ojo—hemos pasado ya por dos estados y te sorprendería como cambia la cultura de un lugar a otro—

Le escucho atenta a todo sobre su viaje y me voy a dormir, nos hemos quedado hablando hasta la una de la madrugada y mañana tengo clase otra vez. Sigo pensando en el caballo de anoche, no lo he vuelto a ver y en los ranchos que he preguntado nadie lo ha visto, es muy extraño.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora