Me quedo

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Blake

Estoy haciendo la maleta para ir a trabajar a un maldito rancho para limpiar mierda de caballo y recoger hierba. Os preguntaréis ¿para que vas si no te gustan los ranchos?, pues solo os diré que la vida da muchas vueltas y que cuando uno necesita trabajo coge lo que le dan.

Tengo unas cuatro horas de viaje y una camioneta que dudo que soporte una hora por carretera, quizás llegue esta noche allí si dios quiere.

—Es una lástima que te tengas que ir Blake te vamos a echar de menos en el barrio.—el viejo Chuck, lo voy a echar de menos, es como un abuelo para mi—Espero que vengas a visitarme, no le voy a dar mi herencia al gobierno— el pobre Chuck es viudo y nunca llegó a tener hijos, soy lo más parecido a uno que tiene pero no puedo quedarme más aquí.

—Tranquilo, cuando me aloje y me adapté un poco vendré a visitarte a menudo— me mira con ternura, enserio lo voy a echar de menos—pero no te preocupes te llamaré todas las semanas, yo también quiero esa herencia de la que tanto me hablas y no voy a dejar que te me mueras sin darme esos papeles—le guiño un ojo y el se ríe— ¿Seguro que estarás bien solo? Me preocupa dejarte aquí sin nadie que te eche un vistazo y te haga compañía de vez en cuando.

—Por supuesto que si, los del bingo quieren hacer una cena todos los martes y la vecina de al lado me traerá algún pastel de vez en cuando. —Mi cara no debe de reflejar mucha conformidad porque me dice:—Hace mucho que ya no eres feliz aquí Blake, es hora de que empieces de nuevo y no va a ser este viejo chocho el que te lo impida.

—Gracias de verdad, por todo, no se que hubiese hecho de haber tenido que pasar por todo solo.—Le doy un abrazo y entro en la camioneta.

Lo veo despedirse a través del retrovisor y arranco hacia mi nueva vida, dejando mi pasado atrás casi enterrado por completo, tocó mi collar y lo vuelvo a guardar, espero que me des fuerzas para este cambio.

• • • •

Llevo una hora y media de viaje, he tenido que parar en una gasolinera porque me estaba quedando sin aceite. En el suelo hay un charco bastante grande, puede que tenga una pequeña fuga.

Mientras el señor me echa el aceite me paro a mirar el paisaje, solo llevo una hora de viaje pero lo que tengo ante mis ojos es totalmente distinto a lo que hay donde yo vivía. Esto no está seco, hay colinas verdes, árboles, montañas, incluso algunas con nieve. No se como será el sitio al que voy, pero como sea la mitad de bonito que esto igual no es tan malo.

Cuando el hombre acaba le doy parte del poco dinero que me queda y me dirijo otra vez hacia la carretera. No voy a tener que pagar alojamiento, hable con el hombre que me contrató y me dijo que había una habitación en el granero para mi, las comidas también me las dan ellos, así que todo lo poco que gane será para mi.

Ojalá pudiera arreglar ya este viejo trasto, está en las últimas pero nunca he ganado suficiente para cambiarle las piezas que necesita y no soy capaz de abandonarlo, era de mi padre, además es una clásica y a mi me encantan las clásicas.

• • • •

El GPS de mi teléfono no es de última generación que se diga, solo me llega hasta el pueblo que está cerca del rancho pero a partir de aquí tendré que preguntar.

Veo un restaurante que parece que está abierto. Es el típico bar de madera con un cartel grande en lo alto que pone Martin's, al que va todo el pueblo a pasar la tarde, charlar con la gente y comprar cosas. Entro a preguntar para ver si saben dónde está el rancho. Por dentro es bastante grande, hay una barra amplia y muchas mesas donde hay chicos de mi edad o un poco más jóvenes. Me siento en una banqueta y una chica me atiende.

—Hola, ¿me puedes poner una cerveza?—la chica me la pone y le pago— ¿no sabrás por casualidad donde está el rancho Riverland verdad?

—Claro, ¿el rancho de la familia Scott verdad? —Yo asiento aún sin estar seguro del todo— Mira, tienes que seguir por esta carretera—me enseña un mapa de la zona— y en este cruce sigue un poco hacia delante y lo encontrarás, le diría a Skye que te acompañara pero hoy no ha venido—

—Tranquila, muchas gracias—le sonrío y la chica asiente y se va a una mesa con otras dos chicas y tres chicos.

Me gusta el ambiente de aquí, todo el mundo se ríe y charla con la gente, no parece que hallan peleas muy a menudo. Me acabo la cerveza y me voy por la dirección que me ha señalado la chica.

Ahora que me fijo este paisaje es muy similar al de la gasolinera, el aire está limpio y se pueden ver un montón de ganado de distintas clases al lado de la carretera.

Veo el cruce que me ha señalado la chica y lo tomo, a unos quince metros me recibe un portón con un cartel que pone Riverland. Sigo hacia delante pero cuando llego al rancho no parece haber nadie, toco la puerta y nada. Vuelvo al coche dispuesto a volver a pueblo y esperar hasta que vengan pero entonces algo me asusta detrás y freno.

Cuando salgo del coche puedo distinguir a una chica encima de un caballo nervioso, casi los atropello, ¿de donde han salido? La chica me mira enfadada, se baja del caballo y se quita el sombrero.

Vaya, como todas las chicas sean así en este pueblo no voy a poner oposición en quedarme.

—¿Eres idiota?—se acabó el encanto—¿Acaso no sabes que tienes que mirar por el retrovisor antes de dar marcha atrás? Lo sé hasta yo y no tengo carné —si, definitivamente se le acabo el encanto—¿Quien fue el inútil que te dio el carné?—me quedo callado, esta chica tiene genio, hay que reconocerlo, y puede que intimide un poco, pero mide como 30 cm menos que yo y eso no ayuda a su carácter tan fuerte—Bueno que, vas a decir algo o te vas a quedar mirándome con cara de idiota como si yo fuese aquí la intrusa—

Muevo la cabeza y salgo de mi ensimismamiento, le sonrío pero ella frunce aún más el ceño.

—Perdona es verdad no me he presentado, soy Blake Johnson, perdón por no haber mirado pero no había nadie y no te había visto venir, estaba pensando en mis cosas y no te vi, enserio lo siento—la chica me mira de arriba a abajo y se gira hacia el caballo que sigue un poco nervioso, pero ella lo toca y se calma al instante—siento haberme presentado así pero estoy buscando a Tyler Scott—la chica me mira confundida aún aferrada al caballo.

—¿A mi tío?—ooh, puedo deducir que esta chica debe de trabajar aquí también, vaya a sido todo un placer—¿Para que? ¿Que necesitas de él?— parece aún más confundida que antes.

Le iba a contestar pero justo un coche nos ha interrumpido, viene con un remolque de caballos por lo que parece. Un hombre baja del coche y nos mira, parece percatarse de algo y me sonríe.

—Tu debes de ser Blake—asiento— encantado yo soy Tyler Scott, veo q ya has conocido a mi sobrina—

—Bueno, más o menos—la miro pero ella mira fijamente a su tío.

—¿Para que ha venido?— pregunta ella frunciendo el ceño, parece que tiene un tic con eso, le va a salir una arruga.

—Va a ser nuestro nuevo mozo de cuadra, se quedará a dormir en el granero—sonríe el hombre.

—Esto tiene que ser una broma—le sonrío pero la mirada que me echa me hace desaparecer la sonrisa enseguida.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora