Leyenda de la Reina Única

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            ¿Conoces las leyendas? Dicen que nuestro mundo es un sueño de otra persona. Que nuestra gente, sus países, guerras, reconciliaciones, animales, plantas, clima, el mismísimo Sol está ocurriendo en el subconsciente más profundo de alguien de otro mundo. Que nosotros viviremos eternamente en paz y armonía mientras este sueño esté libre del resto de la cabeza de ese misterioso dueño de este sueño. Es una creencia popular, ¿verdad? Y mucha gente piensa que es indudablemente verdadero. ¿Por qué crees que piensan eso?

Porque aquel ser nos ha visitado, muchas veces además. Ha soñado con nosotros recurrentemente desde que nos creó, desde que este sueño sólo era un espacio negro en la amalgama de su subconsciente, y cada vez que viene deja una huella tan grande en nuestro mundo que queda todo detalladamente relatado en la historia. Hasta que el suceso queda tan atrás en el tiempo, y es tan maravilloso y grandioso que se vuelve una leyenda que muchos consideran que es una exageración de lo que en verdad sucedió.

Nuestro país fue protagonista de una de esas historias, ¿sabes? Dicen que durante la época en la que la Gran Oscuridad aún rondaba por este mundo, este reino estuvo a punto de caer ante su terrible fuerza, y que la entonces princesa de este reino le hacía frente a diario, con su luz y su ejército dorado. Así como la hermosa luz que poseía, ella era la luz de la esperanza, la última resistencia frente a la Oscuridad, y todos la alababan y veneraban como si de su diosa salvadora se tratara.

Dicen que la princesa estaba destinada a caer muerta en una de esas incontables batallas que debía librar, y que ella, sabiendo esta profecía, seguía luchando sin descanso alguno. Eso hasta que el día del destino llegó, y separada de su ejército, su dorada luz fue consumida casi por completo por la Oscuridad. Pero alguien la salvó, alguien con un poder temible y nunca antes visto, aterrando incluso a la mismísima princesa, borrando de la existencia a la oscuridad que rodeaba a la princesa como si soplara el polvo de una mesa sin usar hace mucho tiempo. Al salvar a la princesa, la persona misteriosa eliminó con igual facilidad el resto de oscuridad que amenazaba al reino, y compartiría aquel gran secreto de su fuerza con la princesa, y luego con el resto del reino y el mundo. Esa persona nos regaló la Magia. ¿Te imaginas viviendo sin Magia? Pues ese ser la controlaba a un nivel que nunca ninguno de nosotros alcanzó. Ni cerca de sus talones estuvimos, pero nos esforzábamos, y lo que dominábamos de la Magia nos permitió defender el reino hasta hoy.

Además de haber sido el primer Mago, la historia cuenta que ese ser era una persona maravillosa, se podría decir que perfecta. Quizá porque éramos su sueño, y aquel ser lo estaba viviendo. Éramos la fantasía de aquel ser, y ese ser era nuestra razón de la existencia.

¿Cómo supimos que éramos un sueño? Esa persona nos contaba eso, y viendo su poder y carisma nadie podía negarlo. La princesa no era inmune a esto, y donde esa persona iba, ella iba. Le insistió que su poder era tan grande que podrían eliminar a la Gran Oscuridad de este mundo, y el ser aceptó intentarlo.

La campaña contra la Gran Oscuridad fue tan inmensa que aún hoy puedes ver sus consecuencias en el cielo, el mar y la tierra. Duró muchos años, y muchos sacrificios se hicieron. Alianzas se formaron, países surgieron y otros cayeron, mientras año a año el ejército dorado avanzaba. La persona y la princesa tuvieron una íntima amistad, tan grande que muchos no dudan de que hayan sido amantes, y que llegaron a necesitarse y apoyarse tan dulcemente que todos anhelaban llegar a tener una relación así con alguien, hombre o mujer, no importaba, y hoy seguimos diciendo Relación Dorada cuando creemos ver a dos personas con una conexión similar. ¿Te das cuenta del impacto de la venida de esa persona a este mundo?

La última batalla contra la oscuridad fue brutal y sanguinaria. Tan grande que el misterioso ser que nos ayudó agotó toda su energía para asegurarse de que la Gran Oscuridad nunca volviera a tocar este mundo. Sin su energía, desaparecería de este mundo una vez más, como tantas otras veces le había ocurrido. Despertaría en ese mundo desconocido para nosotros, para volver a soñar con nosotros cualquier otra noche, con nuestro pasado o nuestro futuro, sólo esa persona lo sabe.

Al saber el trágico final que le esperaba a aquella persona, e invadida de una profunda pena y agradecimiento por lo que había hecho, la princesa le regaló toda su luz dorada para quedarse con aquel ser unos momentos más, y despedir a esa persona con un beso tan lleno de amor que los pintores lucharían una y otra vez por recrear la escena. Pero ese momento igualmente bello también fue fugaz, y la princesa volvió sola al reino, sin olvidarse de todo lo que había vivido. Sin una luz dorada, lo único que le quedaba era la Magia que le habían enseñado, y a ella se aferró, como si no quisiera dejar ir los recuerdos.

¿Sabes lo que dicen que ocurrió después? Que la entonces Reina Única del reino habría encontrado la manera de atravesar este sueño gracias a la Magia, y que junto a su fiel asistente viajaron a la realidad de aquel ser, con la esperanza de volver a encontrarse. Dicen que desapareció doscientos años, y que al volver al reino con la misma edad con la que se había marchado, sin la Magia a la que se había aferrado tanto, contaría sobre ese mundo de una noche negra, con calles donde transportes mecanizados con luces blancas delante y rojas detrás recorrían rápidamente las amplias calles, iluminadas por delgadísimos pilares de concreto, que coronados por una luz anaranjada intentaban asimilarse al Sol. Y decía que no eran solo esos pilares, pero que los transportes, las calles, los gigantescos edificios y hogares ahogaban la noche negra con luces que imitaban al Sol.

Y fue en esa misma calle que el ser misterioso, con ropajes tan extraños como el mundo que habitaba, caminaba hacia ella. La Reina Única, sorprendida y en lágrimas por haber comprobado que esa persona seguía viva, no pudo evitar ponerse frente a aquel ser, y decirle sin poder calmarse lo alegre y aliviada que estaba de poder estar ahí...

El ser misterioso, viéndola con una mirada familiar como si la hubiera conocido de algún lado, pero sin entender o recordar nada, no le respondió.

Cuentan que por lástima esa persona llevó a la Reina Única a su hogar, sin recordar todo lo que habían vivido juntos, y que ese hogar, iluminado por soles desde el techo, sirvieron a la Reina para calmarse y contarle todo.

La Reina Única nunca contó todo lo que ocurrió en el hogar de esa persona, o si esa persona finalmente la recordó, o cómo volvió o por qué no se quedó en ese mundo, pero lo que sí sabemos es que la Reina Única estaba aliviada al volver, liberada de todo. Muchas veces podía encontrársela en la galería del Gran Museo de Arte, viendo con ojos brillantes y nostálgicos el gigantesco cuadro que narraba la última batalla entre la Luz y la Oscuridad, hecho en ese entonces hace doscientos años, donde ella misma estaba besando a la persona que salvó a su propio sueño de desaparecer, y a ella del destino profetizado.

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