La escoria debe morir.

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Si a Wooseok le preguntaran cuál fue el error más grande de su vida, el respondería con certeza que el día en que dejó ir a JinHyuk. Probablemente la segunda cosa que se le venga a la mente sería haber traído a MinHee a su laboratorio.

Cuando despertó le tomó un par de minutos asimilar lo que había pasado. Su cuerpo estaba inmovilizado por algunos escombros, sus gafas estaban totalmente quebradas y podía sentir pequeñas heridas punzantes de cortes de vidrio tanto en la cara como en los brazos.

 Como pudo, empujó el resto de muralla que tenía encima y logró incorporarse, sacudiendo la cabeza para apartar todo el polvo del cabello y del cuerpo.

Miró a su alrededor, el lugar era una densa capa de tierra y humo, vislumbró pequeñas llamas iniciándose a los costados, el fuego buscando donde expandirse a través de los muebles de madera y reaccionando con sustancias que provocaban múltiples mini explosiones.

Una señal de alarma se encendió en su cabeza, recordó los minutos previos: Estaba trabajando en su despacho a esas horas de la madrugada, leyendo los artículos que Seungwoo le había entregado los cuales revelaban la verdadera identidad de Minhee: Un espía, un psicópata asesino, influenciado por las sucias y crueles ideas de Lady Cho.

Mientras más leía más asombrado estaba y Jinhyuk dormía profundamente en el futón de su oficina, luego de que tuvieran una larga conversación en donde Wooseok le explicó absolutamente todo lo que estaba pasando.

Su último recuerdo: Su esposo durmiendo con su libreta de detective en el pecho, le parecía tierna la forma en que tomaba nota de todo como si estuviera intentando resolver un caso.

 Si Wooseok no fuera un adicto al trabajo tal vez se habría ido a acurrucar a su lado y cubrir sus cuerpos con una manta, estaba por hacerlo cuando de pronto oyó un disparo...

Entonces la explosión ocurrió.

JinHyuk... ¿Dónde estaban los demás?

Wooseok se levantó con prisa, sintiendo el corazón oprimido. El doctor era de esas personas que fácilmente se entregaban al pánico y esta no iba a ser la excepción. Mientras removía los destrozos para despejar el espacio divisó unas piernas y un cuerpo de bruces sobre unas rocas, no demasiado lejos. Era JinHyuk.

—¡Jinhyuk!

Wooseok corrió a ayudar a su esposo, lo giró para dejarlo acostado y tomarle los signos vitales. Afortunadamente, el mayor sólo estaba inconsciente, el doctor sostuvo su cabeza con cuidado y la apoyó en su regazo.  Acarició su rostro, limpiando los restos de sangre que se deslizaban por su frente, intentando localizar dónde podía estar la herida.

—Mi amor, mírame, despierta, estoy aquí.

En algún punto del nerviosismo, el científico había comenzado a sollozar. Comprobó una vez más su respiración y su pulso, el joven seguía con vida pero bajo un profundo estado de inconsciencia, Wooseok lo abrazó con fuerza y se meció suavemente intentando despertarlo, mirando hacia todos lados mientras las llamas seguían expandiéndose y amenazaban con acercarse.

No supo cuánto rato transcurrió, a lo lejos vio dos siluetas aproximándose, era como si su vista se hubiese empañado por una espesa niebla, por el polvo y las lágrimas. De pronto a través de ella aparecieron Seungwoo y Anne, el mayor estaba muy malherido en uno de sus muslos y la muchacha lo traía apenas sujetándolo sobre sus hombros, los dos caminaban a tropezones pero sus rostros se iluminaron al instante luego de ver al científico y su pareja.

—¡Chicos!

Wooseok se limpió las lágrimas y dejó un momento a JinHyuk para ir a ayudarlos, el mayor venía cojeando y la niña tenía su vestido sucio y rasgado.

«Flawless» [ WeiShin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora