Por una rosa.

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Al día siguiente, el muchacho de cabello rojizo anduvo merodeando por todo el recinto buscando a JinHyuk, era hora de sus exámenes de rutina y no tenía la menor idea de dónde se podría haber metido.

—Buenos días, MinHee ¿Has visto a JinHyuk?

Preguntó cuando se asomó por la bodega en donde almacenaban frascos con todo tipo de sustancias altamente peligrosas. Dicha estancia era custodiada por un peculiar chico.

Kang MinHee era un adolescente de su misma edad, un niño prodigio al igual que él, experto en química y el encargado de estudiar y elaborar miles de reacciones y compuestos. Conocía los gases y metales y las propiedades de éstos de memoria, como una enciclopedia andante. 

Al ver a su compañero, exhibió una sonrisa radiante y dejó de jugar con una pequeña pelota saltarina que tenía en las manos, le encantaba tentar la suerte y provocar mini infartos a Eunsang, pues todos sabían que estaba estrictamente prohibido jugar con una pelota en un lugar donde todo alrededor era de vidrio. Había letreros de "Frágil" y "Transite con cuidado" por todos lados.

—¡Piensa rápido! 

El chico de cabello azabache arrojó la pelota en el aire en dirección al pelirrojo, quien entró en pánico y se movió rápido para poder atraparla.

—No, no lo he visto. —Respondió finalmente, caminando hacia la puerta.

—MinHee, te he dicho muchas veces que no puedes jugar con eso aquí.

Eunsang comenzó a regañarlo metiéndose la pelota al bolsillo para requisarla, mientras le dedicaba una mirada grave de desaprobación.

—Eish, no seas amargado —El chico le restó importancia —¿Quieres un caramelo? A tu sangre le falta azúcar, te ves muy pálido.

El joven científico le entregó una paleta roja, Eunsang le miró dudoso un momento y luego la recibió entre sus manos, abriendo la envoltura y llevándosela a la boca.

—Definitivamente no tienes remedio —Terminó riendo el pelirrojo y su compañero alzó una mano para revolverle el colorido cabello.

—A veces es necesario ir en contra del sistema.

Eunsang entornó los ojos y siguió con su camino, cerrando la puerta y degustando la paleta que sabía a fresa.

 A lo lejos divisó la figura de JinHyuk en el jardín, un pequeño espacio que habían habilitado en el corazón del establecimiento en donde sembraron césped y un bellísimo huerto de rosas color durazno suave. 

Durante las últimas semanas, JinHyuk pasaba el tiempo cuidando y regando el jardín, completamente dedicado a eso, como una forma de matar el aburrimiento desesperante del encierro.

—Al fin te encuentro —Se aproximó al chico que se encontraba muy concentrado regando las plantas, éste se giró de inmediato al oírle —¿Cómo te sientes hoy?

—Igual que siempre, quiero irme de aquí —Expresó con molestia, dejando la regadera a un lado.

—Sabes que no puedes —Empezó Eunsang, pero el mayor lo cortó de inmediato.

—¿Eso es lo que te dice tu jefe? ¿Te ordenó también encerrarme aquí?

Eunsang suspiró armándose de paciencia y fue a sentarse en una de las bancas.

—Hyung, en primer lugar, él no es sólo mi jefe, es mi amigo y todo lo que hacemos es por tu bien, créeme que desearía que las cosas fuesen de otro modo, pero es imposible.

—El imbécil ese dice lo mismo, pero yo sé que sólo me ve como su jodido experimento, como "un objeto de estudio" —Le acusó, dejándose embargar por la molestia nuevamente.

«Flawless» [ WeiShin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora