Capítulo N.4

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Hongjoong a la mañana siguiente despertó en el apartamento de la empresa muy espantado cuando se percató del pequeño problema. Desesperado por ayuda, fue hasta el apartamento original de su amiga pelinegra. Ahora se veía frente al espejo del baño de Soojin, él estaba molesto, mientras Soojin y San lo veían.

—No se ve tan mal...—murmura San

—¡¿Qué no se ve tan mal?!—grita Hongjoong.—mira ésta maldita marca, ¿crees que voy a poder ligar con esto?, ¡qué hijo de perra!—exclamó para su encuentro de anoche.

—Tranquilo...—menciona con una sonrisa nerviosa.

—¡¿Cómo quieres que me tranquilice cuándo pasa esto?!.

San selló sus labios en señal de quedarse callado. Y Soojin reconfortándole como la madre que solía ser, le pasa la mano por los hombros y le sonríe, para luego ver amenazante al pelirrojo. Hongjoong se sintió pequeño. Rara vez Soojin se enfurecía en serio, cuando sabía que su comportamiento era horrible, ella aconsejaba como una madre pero también regañaba como una.

—Lo siento...—susurró.

—¿Por qué estás tan estresado?—preguntó ella—Woo mencionó que te fuiste con su amigo.

—Sí.

—¿Y qué te tal?

—Pues...

Hongjoong no sabía si decirle la verdad a sus amigos, pues había prometido no decirle a nadie. Y Soojin estaba bien, ella era como una tumba, San también lo era pero si por algún caso Wooyoung le pedía que le contase, obviamente no cerraría la boca porque el enano lo controla fácilmente.

—Creo que te gustó, hyung—Dice sonriendo San.

—No me sorprendería de ser así, parece su tipo. Sin duda Hongjoong disfrutó de buenas rondas anoche. Solo mira lo que hay en su cuello—se burló Soojin.

—No fue él... —suspiró—Fue otro cliente, luego de que Seonghwa se marchara.

— ¿Te aprendiste su nombre, hyung? —sonríe levantando las cejas.

—Habrá más de un encuentro. Te lo aseguro —sonrió Soojin.

—Luego nos critica a nosotros.

—¿Sí recuerdan que estoy aquí y ustedes están hablando en mi cara?.

—Sí, ¿y?.

—No fue nada!. El trabajo es el que me importa.

Soojin y San sonrieron queriéndose burlar de él. Hongjoong había renunciado completamente a fijarse en alguien más, por aquel causante cuyo nombre a mencionar en casa de Soojin estaba prohibido, ella juró que jamás quería escuchar del peli azul después de lo que le hizo a su amigo.

—¿Dónde tienes tu maquillaje, Soojin?—Preguntó Hongjoong sonriéndole

—Estás loco si crees que el maquillaje te quitará tu mutilado en el cuello—dice con desaprobación.

—Por favor~ sabes que me multarán si se dan cuenta lo que tengo en el cuello.

—Tienes demasiado dinero como para pagar una pequeña multa, Hongjoong.

—Él es avaricioso, Soo...—susurró San

—Por favor, Soojin.

Soojin pareció meditarlo un poco pero al fin de tantas, era su amigo y no podía negarse para ayudarle.

—Con algo de hielo y un leve masaje estarás bien... Y algún cuello de tortuga no te vendría mal.

Mientras Hongjoong sostenía su paño con hielo después de haber desayunado algo de la comida casera de Soojin junto con San. Porque si algo que hacían esos dos era escabullirse en el hogar de ella para poder comer algo bastante decente.
Los tres hablaban un poco de sus actividades durante la semana poniéndose al día; ya que no habían visto a Hongjoong luego de que desapareciera de la faz de la tierra en dos semanas seguidas. Toda la conversación en compañía de café.

I.W.K.S | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora