Prólogo

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El cielo nocturno era precioso y Jooheon lo veía con fascinación. Tan oscuro y repleto de las bonitas estrellas aunque se veían escasas en el centro de la ciudad.

Se suponía que debía estar empacando sus pertenencias para irse a las instalaciones del que ya sería su empleo fijo, pero algo le ataba a aquel paisaje.

Una estela de fuego se vio de pronto, como una estrella fugaz pero se veía más brillante y grande. Le pareció tan raro, pero después de ver eso decidió que seguiría empacando.

Por otro lado, el objeto que dejaba esa estela de fuego impactó fuertemente contra el suelo dañando los alrededores y también el objeto.

-¿Alguien más escucho eso? -Un soldado preguntó a sus compañeros y todos asintieron.

-Vamos a revisar que fue -Un superior que estaba ahí hablo y todos salieron portando sus armas y estando bien alerta.

Llegaron al sitio donde el fuego ya se estaba apagando pero aquella figura de metal seguía ahí. El superior de todos se acercó mientras la mayoría apuntaban con su arma al objeto desconocido, el hombre frente al objeto lo pateó y pareció no haber efecto en el objeto. Mientras el teniente se quejaba por el dolor en su pie un ruido salio del objeto poniendo a todos alerta, una luz cegadora y una especie de vapor provenían de dentro.

-Uno de ustedes, vaya y llame a los científicos -Señaló el teniente a un par que aún miraban la cápsula extraña con alfo de miedo -¡Ahora!, ¡Es una orden!

-S-si, señor -Uno de ellos corrió hacia el campamento para cumplir la orden.

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