Parte 2

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     —Creí decirte que no vinieras.

Tan pronto como Yuichi abrió la puerta, puso un rostro espantosamente enojado. Se había envuelto un suéter sobre su pijama.

—¡Es un momento crítico para ti!— continuó Yuichi. —Vamos, ve a casa. Sólo vete.

—O-oye, espera un segundo. ¡No hay necesidad de eso!— dijo Wataru.

Mientras Yuichi empezó a cerrarle la puerta, Wataru la empujó con ambas manos, luchando frenéticamente. Yuichi se detuvo, en apariencia sorprendido por lo serio que estaba actuando Wataru. Dio un suspiro teatral y fulminó con la mirada a Wataru, sus ojos disparaban afiebrados.

Lo siento. No fui a trabajar hoy. Te llamaré después.

Yuichi envió ese mensaje avanzada la tarde del día que habían prometido encontrarse. Si tenía que cancelar su cita que así fuera, pero el hecho de perder así su día de trabajo preocupaba a Wataru. Cuando Yuichi comenzó la universidad, tomó la oportunidad de mudarse de la casa de sus padres, y estaba viviendo solo. La pensión que sus padres le enviaban era lo mínimo que necesitaba, por lo que trabajaba medio tiempo para cubrir la diferencia y lograr sobrevivir.

Sea lo que sea, este chico está grave.

Wataru no pensaba que un chico con un fuerte sentido de la responsabilidad saldría del trabajo por nada. Dado que era diciembre, imaginó que Yuichi estaría en cama con un resfriado.

—Wataru, por favor considera tu situación. ¿Quieres que muera con conciencia de culpa?

—No exageres. Estaré bien. Compré un cubrebocas, ¿ves?

—Habría preferido que no hubieses venido si vas a estar raro.

Justo como Wataru sospechaba, Yuichi tuvo fiebre la noche anterior y había estado en cama. Yuichi miró con sospecha a Wataru que estaba parado en la puerta de entrada con un cubrebocas en su rostro. Wataru sabía que incluso si se lo preguntaba, Yuichi no sería honesto ni le diría que estaba enfermo, entonces sin precaución se había forzado a sí mismo dentro del departamento y ahora Yuichi estaba enojado con él. Podía entender la preocupación de Yuichi por no infectar a alguien que estudiaba para exámenes, pero no tenía que ser tan frío. Wataru se sintió un poco herido.

—Lo juro, iré directo a casa— dijo Wataru.

La expresión abatida de Wataru ganó a Yuichi, quien finalmente se rindió. Ásperamente le dijo a Wataru que entrara e inmediatamente fue a sentarse en su cama. Wataru se apresuró a la cocina y sacó las manzanas que había comprado para el paciente, luego siguió a Yuichi hacia la habitación. El calefactor trabajaba en el estudio del departamento y el bajo sonido de un humificador acentuaba un silencio incómodo.

—Y...vamos, vives solo, ¿cierto?— preguntó Wataru.

—¿Y?— preguntó Yuichi, mirando fríamente a Wataru.

—Y, por supuesto me preocupo si pienso que estás enfermo— dijo Wataru con un suspiro de exasperación. —No hay nadie que cuide de ti si te pones peor. ¿Qué harías para conseguir comida o medicina?

—No soy un niño.

—¡Y-ya lo sé! ¡Creo que sólo me iré a casa! Sólo estaba...preocupado por ti.

Mientras Wataru hacía esta excusa, sentimientos irrazonables comenzaban a llenar su corazón poco a poco. Sólo un poco más, había dicho Yuichi cada día para animarlo, y Wataru había trabajado duro, pero él detestaba su posición como estudiante preparándose para exámenes. Era horrible no ser capaces de verse, pero incluso ahora que había venido de visita porque Yuichi estaba enfermo, éste hacía un escándalo. Lógicamente, Wataru entendía que Yuichi sólo estaba siendo considerado, pero su corazón aún estaba lleno de hambre.

Only the ring finger knows Novela 4 'El anillo confesará su amor'Where stories live. Discover now