✄・・・6

15 1 0
                                    

Diciembre 3, 1821
Van varios días que el cielo se ve más opaco, sin menos color, la institución me ha estado dejando agotada recientemente y Yuta y yo no nos hemos visto hace 18 dias para acabarle de mal. El llegar a la institución y hacer lo mismo de siempre es más agotador aún siempre siempre siempre es lo mismo. Los días pasan demasiado lento y lo único que deseo es salir y ver a ese japonés detrás de un árbol esperándome tratando de no ser visto por nadie, si alguna vez me preguntan como me siento espero piensen que mi respuesta es ese chico, aunque estemos en otra vida no me fijaría en otro chico, me quedo con la idea de que estaremos bien.

Tomo mis cosas, ato mi pelo en una trenza y me coloco el bolso para de nuevo dirigirme a casa, el alba cada vez se me hace más incómodo y menos atractivo incluso Rox ha estado más interesada en esto del Alba; me siento orgullosa de ella jaja. Hablando de Rox, la veo acercarse a mí y despedirse, dice que va a ir a un picnic con su hermana menor, correspondo a la despedida y me dirijo a la salida, veo a algo desde lejos viéndome fijamente, acaso...¿Es Yuta?

Trato de acelerar mis pasos en dirección hacía el y tenía razón, es Yuta, nos quedamos viendo por un rato nuestros ojos, se nota de nuevo ese brillo en sus ojos, haciéndome confundir todos mis pensamientos, el dijo que no sentía nada por mí pero ¿Porque siento que sus ojos dicen lo contrario? Seguimos en incomodidad dirigiéndonos hacía una pequeña banqueta lejos de la escuela, nos sentamos, ¿Como terminamos así cuando no dijimos ni siquiera una palabra? Lo único que nos decía que siguiéramos caminando era el roce consecutivo de nuestras manos. -¿Q- quieres? Dice sacando un pan de su bolsillo, asiento a su reciente pregunta, lo tomó dirigiéndolo a mi boca y recuerdo que tengo el alba puesto, Yuta mantiene sus ojos en mi Alba, trato de ignorar lo que esta haciendo y veo como sus ojos al ver que no haré lo que estaba esperando estos se colocan en los míos.

Pasan varios minutos simplemente viendo a todos lados y a nuestras miradas hasta que me digno a preguntar algo ya que este hombre parece que nunca lo hará, ¿Que esta pasando? Es lo primero que sale de mi boca y lo primero que se me ocurre pero, ¿Enserio Mya, esto fue lo primero que se te ocurrió? Yuta no responde, aleja su mirada de mí y ubica sus ojos al pequeño arcoíris que estaba reflejado en el cielo, ¿Desde cuándo esta tan soleado el día? digo en mi mente.

El japonés da un largo suspiro, se puede sentir la angustia y preocupación que estaba siendo aguantada a lo largo de estos días sin vernos, después de finalizar el suspiro coloca su mano sobre la mía volteando completamente su cuerpo; hermoso cuerpo; hacia mí.

-Estoy enamorado de ti. Dice en una forma seca y lo más directa posible.

-Yuta, nos acabamos de ver después de varios días y ¿sigues bromeando? Creo que ni tu ni yo sabemos que es el momento para bromas...digo cansada.

-¿Quien esta bromeando? ¿Tu? Porque yo no.

-¿Yo? ¿Acaso parece que estoy bromeando?

-Tonta..., toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos, ¿Y- Yuta? Pregunto nerviosa sintiendo mis mejillas arder... ¿No está bromeando?

-Mya, ya no quiero esperar por ti, por favor.
Esta es la nueva cara de Yuta, una que muestra sinceridad, seriedad y formalidad. ¿Cómo no sentir nada por este chico con esa forma de hablar y esa mirada?

-¿Y qué pasó con lo de antes? Dijiste que estabas bromeando, digo algo desilusionada tratando de quitar la seriedad y la tensión entre nosotros.

-Pues yo...yo... yo no quería que vieras ese lado de mí y no estoy seguro si tu me ves de la misma forma..., dice con ojos tristes. Lo tomo más fuerte de la mano, Vámonos, le digo levantándolo de la banqueta y sin soltar su mano lo llevo a una calle que no es muy conocida y por ende no hay tanta gente en esta.

Todo el camino estuvimos hablando de cómo nos han ido estos días sin vernos y nos dimos cuenta que coincidimos en como nos sentíamos, el estrés, las miradas de todos, el vacío, la preocupación, la angustia, etcétera. En una larga plática y varias miradas, nos damos cuenta que estamos por llegar a su casa, le suelto la mano y lo volteo a ver. -Mya... no me has dicho que piensas tu de mí, sabes- llevo mi dedo índice a su Alba sin tocar sus labios haciéndole que guarde silencio, dirijo mis labios hacía sus cachetes. Yuta se queda intacto y con los ojos casi en el suelo, QUE ACABO DE HACER MYA QUE ACABO DE HACER, de acuerdo, contrólate, sólo es... ¿Una juntada de labios y cachetes?... ¿Tengo sangre, Yuta? Le digo preocupada tocando si sigo viva y completa o si no me he desmayado, -S- sigues viva... dice Yuta asombrado al ver que no pasa absolutamente nada con mis labios o sus mejillas, nos volteamos a ver rápidamente al mismo tiempo y sonrío, puedo ver los pequeños hoyuelos que se le hacen debajo de los ojos al sonreír, gracias a esto puedo saber cuando esta sonriendo. Nos abrazamos y lo despido con un gran apretón de manos, veo cómo corresponde con una sonrisa y un tierno parpadeo, nos despedimos y se dirige a su hogar.

¿Porque me siento tan pero tan feliz? Puedo decir que nunca había experimentado esta felicidad extrema, puedo decir que me quitaría hasta el Alba solo para que la gente vea mi gran sonrisa. Llego a casa e inhalo ese exquisito olor a hierbas medicinales que mi mamá esta preparando, saludo a mi mamá y me dirijo a mi cuarto, cierro la puerta, aviento mi Alba al más allá y me dirijo corriendo al espejo para ver mis labios y ¡ESTAN PERFECTOS! Grito y me tapo la boca ya que mi mamá vendrá a ver si todo esta bien. Me pongo la pijama y no dejo de pensar en lo que somos ahora Yuta y yo, en lo que hicimos; bueno, que hice; y en porque rayos las reglas nos impiden mostrar nuestros labios. Después de un largo rato de pensar creo que es hora de cerrar los ojos...

Scar kisses [Yuta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora