Scar kisses [Yuta]

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Enero 17,1822
Llevo al rededor de un mes con este maravilloso hombre a mi lado, gracias a los dioses por este detalle. Los susurros en la institución sobre mi se calmaron un poco, todo esta normal.
Todos los días afortunadamente son los mismos de siempre, pero hoy no. Al llegar a la institución veo un gran papel colgado en la entrada de esta, oh no, esta pasando.

-¿Señorita Mya?- un hombre regordete de tez muy oscura se me acerca, es un guardián.

Caigo al suelo de repente captando la atención de todas las personas que estaban presentes en dicha escena. Puedo ver sus ojos dirigirse a los míos y comenzar a espantarse y retirarse.

-N-no se que decir- digo tartamudeando con la mano derecha en la mejilla ardiente, la fuerte palmada que me dió el guardián hace un instante arde demasiado, joder.

-Es su primera advertencia, usted sabe lo que le pasará la próxima vez, termine con esto- el guardián se retiro junto con sus acompañantes hacía la salida de la escuela. Nadie se me acercó, todas veían como mi Alba estaba a nada de caerse pero no, no les iba a dar ese gusto. Me levantó sacudiendo mi larga falda y aprieto mi Alba, ¿Estaremos bien? Si, la gente terminará con esto, terminará con nosotros.

Rox no me vino a ver en todo el día, quién lo diría, yo tampoco me juntaría conmigo, sólo tengo atención para mí y no a mi al rededor, lo siento Rox. La campana suena, tomo mi bolso y me dirijo hacía la salida de la institución hasta que siento como unos pies pisan mi falda haciendo que mi cara se estrelle contra el suelo. Siento que mi Alba se acaba de romper pero no, sólo soy yo, risas es lo único que puedo escuchar, cada vez se alejan más y más. Me levantó con un ojo morado, no logro ver a la persona que me causo esto pero que mas da.

Al llegar a donde Yuta lo puedo ver sentado con una pequeña flor en la mano cerrada.

-Por fin llegas- dice abrazándome, me alejo dolidamente de el.

-Yut- Coloca su dedo índice en mi Alba, cómo no admirarlo.

-Terminemos con esto- dijo quitándose su Alba de un jalón de su mentón y labios, es jodidamente deslumbrante, hermoso, sus labios parecen sacados de un príncipe si hablásemos, parecen dos grandes cerezas, son hermosos, no puedo explicar como son pero son irresistibles. Me quedo viendo a estos por unos segundos, jamás olvidaré cómo es la cara de este chico, escucho demasiados pasos acercarse, mi corazón comienza a latir, arranco el Alba de mi cara y Yuta sosteniendo mi mano puedo ver cómo una pequeña lágrima desprende de sus bellos ojos, ¡Son hermosos! Si pudiera decir cómo es el paraíso diría que sus facciones faciales, suelto una lágrima, esto es increíble.

Siento sus brazos rodear mi cadera, ¿Que es esto y porque se siente tan bien? Su aroma a flores es un placer , sus largas y delicadas manos deslizarse profundamente por mi espalda, la diferencia de estatura es demasiado notoria aquí, sentir su respiración sobre mi cabeza, esto no es normal, esta sensación no es normal.

-El cielo esta azulado- respira el japonés y aprieta sus manos contra las mías.
Maldita sea, olvide la presencia de los guardias acercarse. Coloca sus manos en mis cachetes ¿Que?
-Donde sea, muy lejos, vamos a mirar incluso si el viento nos empuja, cara a cara, tienes que creer en un mejor día- dijo un sonriente ser, si podía decir que es la sinceridad, podria mencionar el nombre de este hombre, un fuerte sonido se escucho por todo el lugar, Yuta cayó de rodillas, soltando mi cara pero rápidamente tomó una de mis manos al caer completamente al ¿Ensangrentado? Suelo.
Sangre, había sangre, pude ver la pierna de Yuta con un enorme hoyo, provocado por estos hombres, pude comprender cuál era el motivo de el para hacer esto, eres muy astuto.

-Quédate cerca y di mi nombre- apenas oible y lleno de sollozos fueron las palabras que salieron de sus labios, me acerque a el, toque su labio inferior con un delicado roce de mi dedo índice.

-Yuta, esta bien, todo estará bien- dije con un mar de lágrimas desprendiéndose de mis ojos, aprete sus manos tratando de reducir el dolor que esta sintiendo, sin ninguna otra palabra o sonido ensanchó nuestra distancia, junto sus labios con los míos.

-Háblame con el viento- dijo el japonés, un raro objeto chocó increíblemente fuerte con nuestros labios, Yuta y yo caímos al mismo tiempo al suelo, sentía sangre caer por mi cara, se sentía bien, no soltaba su dulce agarre de mi mano, eres astuto. Más más más objetos chocaban contra nuestros labios hasta que por fin la mano de Yuta soltó completamente la mía.

Nakamoto Yuta ¿no me ibas a dar una flor?