CAPITULO 5

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Cuando las dos amigas vieron de quienes se trataban, no dudaron en levantarse rápidamente. Las dos quedaron shock, no pudieron ni decir alguna palabra, pero Anna rompió aquel silencio incómodo.

—Nuestros padres salieron de viaje y no tengo la llave de la casa, así que vine por ella.

Elsa tragó saliva.

—Podemos ir a casa de una vez, salí temprano y...

—Hola Anna— saludó Mérida de la nada. —Vi una foto en tus historias donde habías comprado boletos para la película de hoy.

—Ah si— rió la pelirroja. —Los vendimos.

—Queríamos comprar una pizza para las dos pero no nos alcanzó el dinero- y esta vez era Rapunzel quien hablaba. —Y aquí estamos.

Elsa y Anna se quedaron viendo fijamente a los ojos, así que Elsa habló.

—Podemos ir a casa ahora.

—¿Vienes en tu auto no? Porque necesito dejar a Rapunzel en su casa porque...-

—Las podemos llevar, no se preocupen- habló Mérida interrumpiendo a la hermana de su amiga. Las cuatro chicas empezaron a caminar hasta el auto de Elsa, en cuanto estaban en el vehículo, Anna abrió la puerta del copiloto para ir junto a Elsa, pero una mirada que la albina lanzó a su mejor amiga, hizo que esta actuara.
—Anna te aconsejo que no te sientes en ese lado.

—¿Por?- preguntó la menor.

—En la mañana tiré soda por accidente y está pegajoso.- Anna volteó a ver a Elsa y esta solo desvió la mirada. Anna bufó y se introdujo en la parte de atrás con su amiga.

Cuando las presentes estaban listas, Elsa encendió el auto y se pusieron en marcha para dejar a Rapunzel hacia su casa.

Anna y Rapunzel estaban hablando de lo que hicieron en su día y de algunos chismes de la escuela, mientras que Elsa y Mérida se miraban de vez en cuando e intentaban comprender lo que pasaba sin decir ni una sola palabra.

Cuando estaban por llegar, Rapunzel le tocó el hombro a Elsa. La albina la miró por el retrovisor y Rapunzel solo le sonrió apenada.

Elsa se estacionó en frente de la casa, bajó del auto y le ayudó a salir a la amiga de Anna.

Rapunzel le agradeció y se acercó al oído para comentarle que Anna quería una pizza. Después de decirlo aquello, se rio y caminó hacia la entrada de su casa.

Elsa empezó a crear muchas preguntas en su mente. ¿Por qué razón Rapunzel le dijo eso?
¿Acaso debe comprarle una pizza?

Cuando la albina entró al auto, Mérida le hizo una pregunta a Anna.

—¿Rapunzel no sale con nadie?

—No, ¿por qué la pregunta?

—Pues si yo tuviera su rostro, creo que andaría con algún chico— cuando dijo aquello, Elsa se rio.

—Eres hermosa Mérida, Rapunzel me ha dicho que le encanta tus rizos— comentó Anna y eso hizo que Mérida se avergonzara. Su rostro empezó a tomar un color rojizo.

—Me iré caminando— dijo la amiga de Elsa y salió del auto, la albina quiso detenerla pero no pudo.

—¿Qué le pasó?— preguntó Anna mientras miraba a Elsa en el retrovisor.

—Recibió un mensaje del chico que le gusta— mintió Elsa.

—¿Qué? No la vi que usaba su celular.

—Lo tenía en sus piernas pero no importa— Elsa se puso en marcha para llegar hasta su casa, pero en medio camino recordó las palabras de Rapunzel.

En un semáforo le preguntó a Anna si tenía hambre, a lo que ella decía que no. Pero las respuestas eran en tono muy diferente a lo que Elsa conoce de su hermana.

—Estoy bien, gracias.

—¿Segura? Porque podríamos comprar una pizza— dijo Elsa. Anna quedó sorprendida porque Elsa intentaba acercarse a ella, así que esta vez lo aceptó.

Cuando el semáforo se puso en verde, la mayor se dirigió a la pizzería más cerca que estaba por aquella dirección. Recordaba el camino y el lugar porque siempre llevaba a una chica allí.

A su última "novia" la llevó a ese lugar para terminar con ella.

Elsa se estacionó en el lugar y bajó para entrar al establecimiento. Anna iba detrás de ella, así que la esperó para abrirle la puerta.
Tomaron asiento y la pelirroja preguntó que pizza iban a comprar.

—Lo que tú quieras, no hay problema — dijo Elsa, sacó su celular de bolsillo y empezó a escribirle a Mérida.

—¿Tienes mucho dinero?— preguntó Anna tímidamente, Elsa dejó de ver su celular y enfocó sus ojos a los de Anna.

—Si, así que puedes comprar lo que sea, no te preocupes por eso Anna.

—Está bien- dijo la menor con felicidad y se fue a pedirla con los chicos que atendían.

Elsa se moría de ternura, tapó su rostro con sus dos manos porque esta vez le hablaba a Anna tan normal que no necesitaba hacerla sentir mal. Dirigió su mirada hacia donde estaba Anna, tenía ganas de inspeccionar todo el cuerpo a la pecosa pero un grito de su hermana llamándola, no lo hizo.

Entre señas Anna le pedía la tarjeta de Elsa, la mayor se levantó y caminó hacia Anna, cuando iba hacia ella, notó el peinado de su ex.

—Toma— dijo Elsa. La chica de quien se trataba, volteó y saludó a la rubia.

—Que gusto verte otra vez Elsa, ¿por qué no regresaste mis llamadas?— preguntó una chica castaña. Su nombre era Bella.

—¿Ustedes se conocen?— preguntó Anna integrándose a la conversación.

—Si.

—Y muy bien— dijo la chica mientras le sonreía a Elsa.

Y es aquí donde Elsa podría tener otro momento incómodo.

𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆 𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora