soulmates, peaches and cream ;; Bang Chan

01

—...Entonces así es cómo se hace el paso.— Escuché la voz de MinHo, pero ni idea de lo que estaba hablando, realmente tenía cosas más interesantes que escucharlo.

Pasé las imágenes leyendo la narración de estas y estaba a punto de darme una taquicardia aquí mismo porque ya quedaba poco para terminar lo que había de la historia y la autora solía actualizar cada que se le venía en gana.

"...Te odio, pero te necesito. Mierda ¿Por qué tenías que ser tú mi alma gemela? Ahora tengo tantos deseos de morirme para hacerte infeliz. Moriría para matarte."

—¡Mierda!— Exclamé tirando el celular a mi lado en el sofá frustrada porque la autora había anunciado que era el final de la actualización y que se iba a ver anime.

—¿Qué pasa?

—Minho...— Llamé a mi mejor amigo y me enganché a él en cuanto se acercó.

—¿Qué sucedió?— Con suaves palmaditas en mi espalda intentó reconfortarme pero la frustración que me comenzaba a crecer no cedía.

—Mi au favorito no ha sido actualizado en un mes.— Lloriqueé y como tengo al mejor de los mejores amigos que pueden llegar a existir en esta vida y en las otras, rápidamente al escuchar mi respuesta Minho me apartó bruscamente.— Animal.

—¿Te pusiste así por una historia? Dios ¿por qué soy tu amigo?— Se cuestionó.

—Minho.

—¿Qué quieres?

—¿Crees en las almas gemelas?— Me giré para verlo y pude ver que claramente, o se la estaba pensando mucho o estaba puteándome mentalmente en toda su gloria.

—Supongo.— Se limitó a decir.

—Pero, ¿no crees que es algo enfermizo y tóxico?— Pregunté y me enderecé para aclarar mi punto.— Tipo, estás atado a la misma persona toda tu vida y eres dependiente a ella, si algo le pasa tú lo sientes y si algo te pasa ella lo sabrá. Además, según leí si tu alma gemela muere te vas "puuff" así a la depresión.— Terminé de argumentar con una sonrisa y su mueca de gracia apareció.

—¿Según quién?

—Según la NASA, querido amigo.— escuché su risa y lo acompañé hasta que sentí la puerta principal ser azotada.— ¿Qué mierda?

Me levanté del sofá de mi habitación y salí de esta, seguida de Minho, antes de bajar las escaleras ambos vimos a mí hermano menor tirar sus cosas y encerrarse en su habitación, obviamente poniéndole cerrojo a su puerta.

—¿Qué le pasó a Minhee?— Minho miraba extrañado la puerta blanca y yo me encogí de hombros.

—¿Crisis de puberto, tal vez?— La verdad no tenía ni idea, Minhee siempre llora por todo.— No lo sé, Minho, seguro luego se le pasa.

—¿Estás segura? Porque con la fuerza que azotó la puerta me partiría la cara.

—¿En serio?— Sonreí mirándolo.— Deberías ir a hablar con él entonces, vamos.— Lo tomé del brazo y di toquecitos en la puerta.

—¡No estoy!— reí por la ridícula respuesta y volví a tocar con más intensidad.— ¡Dije que no estoy, maldita sea!

Okey, que tu hermano menor te maldiga con un tono espantoso ya no es divertido.

—¡Yah, Kang Minhee!— golpeaba la puerta con mi puño.— ¿Quién te crees para maldecirme, mocoso? ¿Quieres morir?

Seguí dando golpes a la puerta hasta que esta se abrió, dejándome ver la bonita cara de culo que tenía mi hermanito y su uniforme mal acomodado.