Capitulo seis: No juzgues al libro por su portada? cliché.

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Actualidad.

Escucho voces preocupadas, las distingo como personas cercanas, otras en cambio suenan decididas y firmes, y se que no traen buenas noticias para mi. Podrían ser policías, agentes en cubierto ya sea de los "buenos" o los "malos". No estoy segura. Solo sé que me quiero alejar de ellas. Y de las preocupadas. Quiero estar sola, ¿por que no me dejan sola? No dejan mi conciencia tranquila... ¿mi cuerpo? no le siento. Tengo la sensación de estar en las nubes, y si fuera así, desearía estar contando estrellas.

¿Estare muerta? Quizás, y como no dejan de pensar en mi, mi cuerpo ha de verse anclado a sus pensamientos arrepentidos. Que molestia. Mentalmente frunzo el ceño, lo siento físicamente, curioso. 

Jadeos y exclamaciones ahogadas. ¿Que sucede? No veo nada, solo oscuridad. Quisiera ver, ¡dejenme ver! Trato de abrir mis ojos, mis párpados se sienten tan pesados, estoy en un estado de ensoñacion, pero logro abrirlos, una blanca luz da directo a mis ojos, parpadeo. ¿Que mierda...?

Mas gritos, llantos de felicidad. Enfoco mi mirada hacia las siluetas distorsionadas, poco a poco, parpadeo a parpadeo noto quienes son, y el don del habla me ha abandonado. ¿Que hacen aquí? No deberían estar aquí...

-Ha despertado!

¿Asi que todo lo que hice fue en vano? ¿Jugarme la vida para nada? ¿Enterrar para encontrarlo en estado reluciente? Joder, y todo este tiempo los dos nos arriesgamos para... ¡Qué! ¿Como los dos? No recuerdo bien, mierda. Cierro los ojos e ignoro los sonidos, ojos esmeraldas felinos, cabellera negra despeinada, tez pálida de un muerto, labios rosados finos. Y una cara emerge de mi memoria.

¿¡ Y GERARD!?

                                                                               ***

Llegamos a un complejo de apartamentos, viejos de mal estado. Observe críticamente cada rincón, e hice una mueca de disgusto, ¿asi era el hogar de Gerard? Bueno... no esta tan mal, supongo. Tampoco quiero juzgar como una niña de papi. No lo soy, creo.

-Sígueme, es por aquí.

Gerard abrió el portón el cual hizo un sonido chirriante, me dejo los pelos de punta, a decir verdad. Me hizo un gesto con la mano y procedimos a subir las escaleras. ¿Ascensor? Claro, sigue soñando pequeña Del. Resignada le seguí. Tropecientas escaleras después, nos adentramos a un pasillo angosto, las paredes estaban deshaciéndose, el piso gris, sin vida, era irreconocible. Choque con la espalda de piedra del pelinegro, había tropezado con mis pies, el miro por encima del hombro y me regalo una media sonrisa, la cual respondí avergonzada. 

-Aquí es.

Saco unas llaves de su chaqueta de cuero estereotipada, y luego de encontrar la correcta, abrió la puerta descuidada, y con una inclinación de la cabeza hacia un costado, levanto sus cejas y me dijo,

-Pase, mi Lady.

Negué con la cabeza, y me adentre a aquel departamento. Y quede anonadada, era completamente lujoso, ¿que mierda? Boquiabierta empecé a balbucear sobre los sofás de cuero, el piso pulido, la cocina moderna, y los aparatos electrónicos de ultima generación, lo cual, hizo soltar una carcajada a Gee. Idiota... pero ¿como?

-No juzgues al libro por su portada, muñeca.

Por supuesto.

Cerrando mi boca, me gire hacia el y no se si, para bien o para mal... este se encontraba demasiado cerca mio y... chocamos. Su mirada bajo a mis labios y sonrió divertido. Fruncí el ceño, ¿se reía de mi, el imbécil?

-¿Se puede saber por que sonríes, idiota?

-Sonrió por ti, bonita.

-Así que volvemos con los apodos empalagosos patéticos, al terminar la frase, ¿no?

Me estaba fastidiando.

-No puedo evitarlo, además... me encantas enojada.

-Eres un id...

Su boca junto a la mía, me callo. Cerré los ojos y me deje llevar por sus labios. ¿A que nos llevaría todo esto?

IMPULSOS. (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora