Salí del baño y empezó mi tortura, me había dado una rápida ducha y no tenia que ponerme mas que la ropa de Gerard la cual me iba algo... demasiado grande. Así que no me quedo de otra que colocarme una camisa negra sin mangas y... uno de sus bóxer. Nada mas. Me sentía muy desnuda pero ya que, después resolveremos el tema de la ropa. Nuevamente entre al baño para auto-criticarme. Bueno... no era tan malo, supongo. No es que hoy justamente tenga ganas de salir y sonreirle al mundo así que, duh, esta bien. Además el único que me vería era Gerard y... oh, sus amigos. Mierda, respira, por favor, respira. Apreté mis puños hasta que mis uñas se clavaron en mi piel, solamente dejando marcas. El dolor me hizo aliviar la presión y me calme. Si, tengo estos arranques de ira leves, menos mal. A veces son mas subidos de tono pero no ha pasado a mayores. Cuando descargo mi ira y me daño, bueno, eso me alivia pero el dolor interior no, persiste tanto que pienso "cosas malas" llegue a sostener artículos filosos y rozarlos en mi muñeca hasta que reacciono y me tranquilizo por completo. El ultimo paso puede suceder mientras lloro y pienso lo mierda que es la vida. No tengo un nombre para esto, realmente. Pero no pasa seguido, solo cuando el estrés y enfado se acumulan ahogándome. Normalmente estoy tranquila, demasiado callada para muchos pero es que desde chiquita me han echo callar muchas cosas y... no, no voy a volver atrás con otro recuerdo, no al menos ahora.
Con los ojos llorosos, reviso los cajones de Gerard a ver si por milagro del cielo poseyera una secadora de pelo pero no creo que realmente el ten... ¡Mierda! Tanteo el objeto y lo identifico como un regalo de los Dioses, pero... hay mas. Observo el contenido del cajón. Maquillaje, secadora de pelo, planchita, pinta uñas negro... Admito que no me lo esperaba, pero, ahora que lo pienso, entre los vistazos que le eche a Gee sus ojos resaltaban demasiado, y sus pestañas demasiado arqueadas y negras. JA! Esto definitivamente fue mi calmante extremo. Y, ¡Diablos! El ataque de risa pudo conmigo.
-¡Del, ¿estas despierta? Ya llegaron las personas de las que te hable, cielo!- grito Gerard.
Trate de calmarme, ¡Lo juro! Pero... ah, ya. Me calmo. Tengo que aprovechar estos regalitos que me he encontrado. Así que...
Treinta minutos mas tarde, estoy caminando por el pasillo, con la camisa negra sin mangas, dejando ver parte de mi sostén negro, sin nada mas que bóxer oscuros debajo, con botas de combate, y maquillada a mi gusto. Mi pelo, bueno, era otro tema, estaba cepillado, enserio, pero era algo rebelde así que mucho no pude hacer. Y valió la pena ver la reacción de Gerard, al verme. Oh, si. El se encontraba sentado en el sofá lujoso boquiabierto y con sus orbes verdes sorprendidos, analizándome. Hasta que se dio cuenta de donde venia todo mi vestuario, je, y admire como un leve tono rosado tomaba su rostro. Un silbido me trajo a la realidad y note a tres personas mas. Menos mal, que la expresión de Gee me dio confianza, sino, estaría mas cohibida, joder. Pero ahora me siento mas... ¿seductora? Creo. En fin, las otras tres personas eran: un rubio, de unos preciosos ojos de hielo, celestes y expresión seria pero con un deje de diversión en su mirada, un hombre con cara simpática y con afro, mas una mujer bajita, con pelo rosado y rostro de porcelana. Era un grupo variopinto a decir verdad pero ¿quien era para juzgar?
-Bueno, Gee, cuando decías que la pequeña era toda una diablilla pensaba que hablabas de carácter.- se carcajeo el afro.
-¡Ray tiene razón, menuda tía que te has encontrado, hermanito!- se burlo la chica.
Oh, esperen... ¿hermanito?
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IMPULSOS. (Gerard Way)
Fiksi Penggemar"Tenias dos opciones, seguir siendo una chica de vida cotidiana, con problemas normales, que no pasan mas allá de encontrar marido y establecer una familia o entrar a este mundo donde al final del día lo importante es seguir con vida." All rights re...