Capítulo 2

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Empujé la enorme puerta y penetré en la penumbra, viendo tan solo con la poca luz que se filtraba por las ventanas o por alguna esporádica grieta en la piedra.
El interior del faro continuaba esta estética lujosa y refinada. Alrededor, contra las paredes, subía en espiral una escalera hacia la cima de este, escondida en la oscuridad, y frente a mí, en el centro, un llamativo ascensor en el cual intenté entrar.
Presioné uno de los botones presentes en él y para mi sorpresa las puertas se abrieron para dejar salir un torrente de luz que iluminó de golpe todo el interior del faro. Entré en el precioso ascensor forrado de terciopelo rojo y me encontré con un solo botón que decía "Vestíbulo".
Apenas toqué el botón, el ascensor comenzó a bajar cada vez más. Luego de cierto punto fue cuando me percaté de que el ascensor estaba hecho de cristal, y por sus cuatro paredes podía ver el fondo oceánico en el que me encontraba, y más abajo, hacia donde me estaba dirigiendo.
Era una especie de base submarina, con toques que parecían ser de una casa, pero había algo extraño en ella. Por mucho que la observara siempre parecía como si sus partes no encajaran, como si de una maqueta con las piezas desordenadas se tratase. Esto, no quitaba que la vista en conjunto fuera fascinante, sumado a la luz que emanaba de ella.
Llegué a una sala rectangular que parecía sacada de una película de la era victoriana; muebles de madera refinada, alfombras y cuadros. El ascensor en el que me encontraba estaba ubicado en el que parecía ser el lugar donde estaría la puerta en una verdadera casa, y frente a mí, al otro lado de la sala había una gran puerta doble de madera la cual parecía el único camino. Salí del ascensor y me dirigí hacia ella.
Mientras me acercaba me fui percatando de que encima, talladas en el arco de la puerta, se encontraban unas palabras las cuales probablemente hubieran echado atrás a cualquier niño o adulto que tuviese la intención de entrar. Pero, sin embargo, no sé si fue la belleza del lugar o cosas que aún os estoy por contar, pero una fuerza invisible me instó a ignorar la inquietud y seguir con mi camino.

El Faro AncestralWhere stories live. Discover now