Cruzamos la puerta y pasamos a un pasillo exactamente igual al anterior, o podía ser el mismo, a esta altura ya no lo sé. Atravesamos el pasillo y entramos en la siguiente habitación. Esta era una habitación enorme, hecha de metal frío y gris, y su particularidad era que sus paredes estaban completamente llenas de puertas, todas parecidas a las de una heladera, como si de un frigorífico se tratase, menos por la que acabábamos de entrar. La sala estaba abarrotada de almas siendo guiadas a latigazos cada una a su respectiva puerta.
"Esta es "La Sala Perniciosa" o "La Sala de las Eternas Muertes" Aquí reside una de las porciones más miserables de tu sociedad; los asesinos. Los que se creyeron en derecho de elegir cuando se termina la vida de otro semejante. Su castigo es morir eternamente, experimentando todas las posibles muertes que puede vivir un ser humano, a las que se llega a través de estas infinitas puertas, nadie sabe cuántas hay. Cada vez que mueren, vuelven a esta sala solo para volver a ser guiados a otra y el sufrimiento nunca acaba."
Comencé a vagar por la sala intentando ver a través de las diferentes puertas, llegué a ver a alguien ser decapitado, uno devorado por un tiburón, otro siendo quemado vivo en un incendio, un ahogado, uno muriendo por cáncer y otro cayendo desde 1500 metros de altura. En el fondo me alegré de que tales malvados seres recibiesen su merecido al debido tiempo.
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El Faro Ancestral
FantasyViaje al estilo de la Divina Comedia por algunos sitios de un Infierno especial.