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-Jennie ¿Estás bien?- Preguntó Jisoo preocupada.

-¿Papá?- Dijo Jennie al mirar al hombre junto a Jisoo.

El hombre al ver a su hija se levantó de su asiento y se acercó a Jennie, quien comenzó a retroceder negando con la cabeza.

-No... No por favor... Vete- Dijo en un hilo de voz.

-Hija...-

-¡No! Yo no soy tu hija...- Jennie chocó con la puerta y no pudo retroceder mas.

-Jen, linda, tranquila- Dijo Jisoo acercándose a ella. Cuando Jisoo llegó a su lado, Jennie se escondió detrás de ella.

-Jennie, déjame explicarte- Le dijo el hombre que tanto daño le había hecho.

El hombre las había abandonado cuando más lo necesitaban. El hombre las dejó a penas y supo de la enfermedad de Dahyun. El dejó a su familia morir en sentido literal, y ahora se atrevía a venir como si nada.

-No quiero que me expliques- Jennie estaba abrazada al cuerpo de Jisoo quien la sentía totalmente tensa, estaba temblando.

-Jennie, tranquilízate porfavor- Dijo Jisoo dándo la vuelta para quedar de frente con ella.
Jennie miraba al piso mientras su cuerpo recibía espasmos, su cabeza no pensaba con claridad, la vista le comenzaba a fallar, sus oídos no escuchaban más que eco lejano hasta que finalmente su entorno se volvió negro y sus piernas le fallaron, haciendo que cayera sobre el cuerpo de Jisoo.

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La castaña comenzó a despertar sintiendo un dolor de cabeza terrible. Comenzó a abrir sus ojos tardando y poco en enfocar y acostumbrarse a la poca luz que la ventana de la habitación dejaba entrar.
Pudo deducir que estaba en la habitación de Jisoo ya que ahí se encontraban sus maletas y las de Rosé que al parecer aún no habían desempacado.

Sentía su cuerpo sumamente débil y al intentar pararse sintió sus piernas como gelatina y una fuerte punzada en su vientre bajo y su pelvis al igual que un dolor punzante en su mejilla.

-Maldición- Dijo cerrando los ojos debido al dolor y se volvió a acostar en la cama.

Tal vez el día anterior debido a todas las emociones que se habían apoderado de su cuerpo no se había percatado del dolor en la parte sur de su cuerpo, pero era algo terrible.

Jennie comenzó a pensar en todo lo que había pasado.
Había tenido sexo con Lisa, Seulgi las había descubierto y prácticamente entre las dos la habían echado, seguramente Jisoo se entraría y no lo va a querer volver a ver nunca más, después su padre aparece como si nada e intenta hablar con ella. Si pensaba que su vida no podía ir peor, se había equivocado rotundamente.

De todas las personas existentes en el mundo, la que menos necesitaba ahora en su vida era a su padre.

Mientras Jennie seguía hundida en sus pensamientos, Jisoo entró a la habitación con una pequeña bandeja con una botella de agua, una taza de té y una pastilla.

-Hola, cariño- Dijo sonriendo mientras dejaba la bandeja en la mesita de noche, pero su sonrisa no estaba llena de vida ni indicaba nada bueno como siempre lo hacía, no le producía calma.

-Hola...- Dijo agachando la cabeza y mecía sus pequeñas piernas que no alcanzaban el piso.

-¿Te sientes mejor?- Dijo acercándose a ella tocando su frente, mientras Jennie simplemente asentía. -¿Quieres hablar acerca de lo de ayer?- Jennie negó. -Pero necesito que me expliques por qué llegaste así. La ropa que llevabas puesta no era tuya y estaba llorando. ¿Te hicieron daño Jennie?- Preguntó la mayor temerosa por la respuesta.

CALL ME DADDY »JENLISA« »G!P«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora