Fue un alivio saber que no compartirían habitación en el hotel. Un alivio para todos, pues los ánimos tensos y las malas caras no pasaron desapercibidas para nadie.
Jimin quedó emparejado con Yoongi y Jungkook con TaeHuyng.
De modo que ellos podían evitarse, aunque fuese al final del día. Jungkook aun estaba receloso con su corazón cerca de Jimin. Y Jimin no podía sacarse de la cabeza la imagen de su menor dando serenata a otra persona que no fuese él.
Él nunca había tenido que preocuparse de algo como eso.
Se enfrascaron en los ensayos desde la noche hasta la mañana y funcionó por dos días completos. El agotamiento físico siempre ayuda a enfocar la mente. Pero al tercer día, ellos tuvieron un encuentro. Y no del mejor tipo.
Ellos estaban probando el audio para el concierto de esa tarde. El sol pegaba fuerte y la mayoría estaba sudando e intentando dar lo mejor de sí.
Tae estaba distraído intentando alcanzar una nota alta, imitando a un cantante de opera como había visto hacer a un chico en uno de los tantos videos por el estilo que lo apasionaban en el último tiempo.
Jimin tuvo que alzar la voz para hacerse oír.
—Jungkook, te he hecho una pregunta, responde mocoso.
Él no tenía intención de sonar tan duro, pero la tensión en su voz era imposible de dejar pasar y los presentes le lanzaron miradas sorprendidas como mínimo.
—No te he ido, hyung —Jungkook inclinó su cabeza a modo de disculpa, a pesar de la tensión visible en sus hombros.
—Te he preguntado, qué idea tienes para la parte de Attack on bangtan —Jimin repitió jugando con el micrófono brillante en su mano. —He estado pensado en hacer algo nuevo.
—Oh, no te preocupes, —Jungkook agitó sus manos —tengo una sorpresa para eso. —Y se alejó sin más.
Yoongi que miraba con ojo crítico su interacción, observó el anhelo en los ojos de Jimin por seguir al maknae y la manera en que se contuvo, volviendo a sus ensayos.
Ellos no habían tenido tiempo de hablar sobre lo que estaba sucediendo, pero comenzaba a hacerse a la idea de lo que podía ser. Y no le gustaba para nada, porque a pesar de que un corazón roto sirve de mucho material para canciones de desamor, también duele como nada en la tierra.
Se topó con la mirada cabizbaja de Jimin y le ofreció un guiño en complicidad a cambio.
Jimin medio sonrió. Y su ánimo se mantuvo lúgubre incluso sin perder paso en las coreografías. Si uno no lo conociera bien, podría haber sido engañado cuando horas después estaban a punto de salir al escenario entre medio de los gritos de los fans y lucía renovado. Se veía más compuesto, sus mejillas de un rosa saludable y su sonrisa era una de las más brillantes de la noche.
Con todo, Yoongi no le perdió de vista. La primera mitad del concierto estuvo bien, el publico estaba eufórico y coreaban con ellos cada uno de sus temas. Jimin rebotaba de arriba abajo lleno de energía y posaba para las cámaras de cualquiera con disposición a grabarlo, los cuales no eran pocos.
—Esta es una noche especial —Namjoon hablaba por su micrófono. —Hoy es una noche donde todo puede pasar.
Hubo una ola de gritos y ellos comenzaron a bailar algunas de sus canciones clásicas que hacían a todo el mundo volverse nostálgico.
Conforme avanzaban, Yoongi sintió ansiedad dentro de sí. Era palpable. Buscó a Jimin, quien estaba enfocado mirando a un sector especifico del público, su ceño fruncido como si estuviese calculando algo difícil. Entonces, Attack on bangtan sonó por todo el lugar y la sección que ya todos conocían como la serenata de Jungkook hacia Jimin dio un giro.
Jungkook pasó por el lado de Jimin y se arrodilló frente público que miraba directo al escenario, en su rostro se dibujó una sonrisa gigantesca y el reconocimiento brilló en sus pupilas antes de extender su mano y cantarle a alguien en específico.
A una chica.
Las tripas de Yoongi se retorcieron aun más, pues ese rostro le parecía conocido, aunque no podía saber de dónde.
La muchacha llevaba una bandana de Cooky y agitaba su Army bomb por encima de su cabeza con emoción.
Un hombro chocó contra el suyo y tardíamente Yoongi captó a Jimin saliendo del escenario apresurado.
Jimin corrió por las escaleras hacia la parte trasera, donde fingió sentirse mal físicamente y pidió una botella de liquido que lo ayudara.
Tenía nauseas, el piso temblaba debajo de sus pies. Y aquel maldito dolor que le atenazaba el pecho. Dios...
—Jimin-ah.
—Hyung, ahora no —pidió alzando su vista acuosa hacia Min Yoongi.
Este asintió.
—Solo quería ver si estabas bien.
Jimin se mofó.
—Es como se te enterraran un puñal en el pecho, pero estoy bien. —Se dejó caer en una silla, poniendo su cabeza entre sus rodillas. Sabía que afuera el resto de los chicos se podrían encargar del espectáculo y él volver con un cambio de ropa para su solo, así nadie sospecharía nada, pero la culpa royó su estomago de todas maneras agregando más dolor a su situación.
Jungkook le estaba cantando a esa chica otra vez...

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Inefable
FanfictionJungkook quiere una pareja, una de verdad... sin importar cuánto duela que ese papel no lo pueda llenar Park Jimin.